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Posts Tagged ‘Reino de los Mallos’

Mallos de Riglos-AA

«Los centinelas del Reino»: Archivo personal


En el número 42 del Diario Oficial del Ministerio de Marina, con fecha 18 de febrero de 1946, hay un apunte, bajo el epígrafe Bajas, que dice: «Transcurrido el año de «observación facultativa» que determina el artículo 165 del vigente Reglamento de la Escuela Naval Militar, y por no hallarse en condiciones de continuar la vida escolar, se dispone cause baja en la misma el Caballero Aspirante de Marina D. Manuel Derqui Martos». Algo inocuo y aparentemente ajeno a los ojos de la mayoría de no conocerse que el tal Caballero Aspirante que había navegado en el Juan Sebastián Elcano y al que se menciona en esa nota, devendría, con el tiempo, en escritor —cierto que minoritario y, por ende, perfectamente desconocido— que pese a su origen cubano (había nacido en La Habana, el 12 de septiembre de 1921), pasaría su niñez en Tetuán para recalar, tras su baja de la Marina, en Zaragoza, ciudad que adoptó como propia, y terminar sus días, todavía joven, en Aragüés del Puerto, pueblecito de la provincia de Huesca en el que su corazón se paró para siempre el día 13 de septiembre de 1973.

Como otros escritores, fue a su muerte cuando los textos de Manuel Derqui Martos, literato prolífico que había venido publicando en periódicos y revistas, vieron la luz en forma de libros. Dos de ellos a resaltar:


  • Meterra, novela que, según el propio autor, es «la biografía imaginada de un pintor que fracasa como hombre y como artista». Fue publicada en 1974 y los conocedores de la obra de Derqui señalan que, además de su factura experimental, posee una impronta kafkiana evidente en la que la Zaragoza del autor cubanoaragonés tiene cumplida correspondencia con la Praga de Kafka.
  • Cuentos, recopilación de narraciones breves publicadas en la prensa aragonesa, que se dio a la imprenta en 1978; de entre los textos recogidos destaca De Rerum Malleorum, magistral relato fantástico que se desarrolla en los Mallos de Riglos y describe una alucinante ascensión de dos alpinistas a los tubos pétreos que Derqui rebautiza como Macizo de Logris, quimérica elevación en la que conviven vampiros, lamias y seres del Inframundo con una poderosísima fauna autóctona, convertida en perversa y mortífera en la narración, y tan surrealista como el fantasmagórico hábitat dibujado con maestría por el escritor, que hace perecer a sus angustiados protagonistas en un entorno que, incluso sin el envoltorio de irrealidad claustrofóbica, se presta a la fabulación y la hipérbole.


La extraordinaria imaginación de Manuel Derqui Martos aporta sensaciones sobrenaturales nuevas a un lugar que obsequia su arriscada belleza y su magia a quienes contemplan los monumentales escarpes de conglomerados rojizos  —el Puro, el Pisón, el Visera, el Firé…, a los que Sender llamó “centinelas de las huestes del Diablo”—  y buscan entrever, entre las grietas de los imponentes farallones erguidos sobre el río Gállego, las ocultas criaturas ancestrales de las leyendas, observadoras no intervinientes (¿o sí?) del devenir humano, anfitrionas de tormentas y ventiscas y testigos silentes, tanto de los esfuerzos por conquistar las cimas, como de las ilusiones derrotadas.

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«Con los mallos al fondo»: Archivo personal


En la ruta de la Galliguera, en pleno Reino de los Mallos, se halla la torre donde nació y vive Mariliena, profesora de música jubilada y directora, durante muchos años, de la rondalla que agrupaba a personas del Barrio y sus alrededores.

En un paraje donde los cerezos en flor brindan su belleza y su aroma y los caballones del huerto parecen trazados con regla, se levanta, construido con sillares, un edificio extenso de planta y media rodeado de un encalado paramento de mampostería cuya poca altura no opaca la visión del precioso jardín interior, con arriates de petunias coloridas, margaritas y kalanchoes y, en el centro, junto a un banco pétreo, un olivo de tronco grueso y retorcido que ya formaba parte del paisaje mucho tiempo antes de construirse la casa. A la izquierda de la puerta principal, sobre losetas de pizarra, una mesa circular de cristal templado y fuertes patas de hierro en cuyo centro está encajado un parasol abierto y, rodeándola, Mariliena y sus invitados dando cuenta de una fuente de apañadijo que acompaña a los bocados de albóndigas de ternera, boletus y foie, con exquisita salsa de cebolla, que la anfitriona ha preparado para agasajar a sus visitantes.

Pero, sin duda, lo más apreciado del lugar del convite es su panorámica, con los mallos, a lo lejos, imponiendo sus extraordinarias hechuras en la vieja sierra prepirenaica, en el mismo lugar donde asegura la leyenda que la Giganta Hilandera, rechazada por las gentes, clavó las inmensas moles rocosas para esconderse entre ellas y aislarse de los humanos que la malquerían. Allí sigue, dicen, hila que te hila, inclinándose alguna que otra vez hacia el río Gállego para mojar el peine que desenreda sus cabellos canosos y el lino con el que lleva cientos de años entreteniendo su obligada soledad.


El interior de la torre de Mariliena podría considerarse un museo etnográfico, con los antiguos aperos del campo, rutilantes, adosados a las paredes del patio; los rosetones con complicados dibujos de los que penden arañas de luz; las altas camas con sus escaleritas de madera y los lustrosos lavamanos dispuestos en los dormitorios, y, sobre todo, el oratorio que se abre a la derecha de la entrada, que los abuelos de la actual dueña de la casa mandaron construir para Carmen, su nuera y madre de Mariliena, unos meses antes de que ella naciera y en el que, dentro de una gran hornacina con trazas de cueva, se encuentra una talla policromada de la Virgen de la Liena con el Niño Jesús, con un pajarillo en una mano, sentado sobre sus rodillas.

Explica Mariliena que a Carmen, su madre, se le habían malogrado cuatro embarazos en los primeros ocho años de casada. Una de las mujeres de un pueblo vecino, que faenaba en la casa, le habló de una virgen milagrera, protectora de embarazos y alumbramientos, y aun de las cosechas, que, en tiempos remotos, había hecho su aparición en una cueva próxima a Murillo de Gállego, y de la que eran muy devotas las mujeres que buscaban ser madres.

Cuando Carmen, embarazada por quinta vez, comentó en familia los prodigios relacionados con aquella virgen, sus suegros no albergaron ninguna duda. Se hicieron con los servicios de un artesano imaginero que, tomando como modelo la talla antigua que presidía la ermita, hizo una réplica preciosa de la misma que se colocó en la concavidad preparada en el oratorio, del que únicamente la sacaron para transportarla a la habitación de Carmen, por expreso deseo de esta, en el momento del parto.

Recién nacida su hija y antes de cortarle el cordón umbilical, Carmen se volvió hacia la talla de la virgen y le dijo: “Se va a llamar como tú”. Y aquella recién nacida, a la que se dio el agua de socorro por lo que pudiera pasar, fue inscrita como María de la Liena, siendo, quizás, una de las primeras niñas del comienzo de la posguerra que recibió tan singular nombre —liena es un vocablo aragonés que significa losa—, que llevan, también, su hija y la mayor de sus nietas.

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«Mallos de Riglos»: Fernando Cruz Bello


Del castillo de Marcuello sólo resta, ruinoso, el lienzo norte de su donjón, precariamente erguido en el elevado espolón que domina una fantástica panorámica que disfrutan los señoriales buitres leonados y los incansables aviones roqueros, bajo cuyas alas extendidas discurre  festoneado de mallos, fils [*], carrascas, bojedales, erizones—  el Gállego, el río que nos lleva.

Y en ese castillo, con su impresionante torre medieval de cuatro pisos y once metros, hoy fenecida, moró y gobernó doña Berta, reina de Aragón y Pamplona al matrimoniar con Pedro I y, una vez viuda, soberana del Reino de los Mallos merced a la generosidad de su cuñado y sucesor de Pedro, Alfonso I el Batallador.

Habíanse casado Berta y Pedro en la recién consagrada catedral de Huesca —antigua mezquita de la musulmana Wasqa— el 16 de agosto de 1097. Como dote para su esposa, el rey Pedro le había concedido los lugares de Agüero, Murillo, Riglos, Marcuello, Ayerbe  todos junto al río Gállego, Sangarrén y Callén  a orillas del Flumen—   y la almunia de Berbegal. En 1105, a la muerte de su marido, con quien no tuvo hijos, y con el Batallador en el trono aragonés, instalose la reina viuda en las posesiones cedidas, deviniendo estas en Reino de los Mallos, en homenaje a las extraordinarias formaciones geológicas verticales que se levantan, espléndidas y retadoras, sobre el río Gállego. Y en ese reino (de los Mallos) dentro de otro reino (Aragón) vivió doña Berta hasta 1111, fecha que unas fuentes señalan como la de su muerte mientras otras creen que regresó a su país, Italia, o que se difuminó discretamente en la Corte aragonesa. En cualquier caso, ni crónicas ni leyendas volvieron a referirse a ella ni al singular reino que las gentes de la Galliguera rescataron de la historia con el río como imponente vertebrador del pasado y el presente.


Y aquí estamos, río que lames el Reino de los Mallos e impulsas el futuro de sus gentes. Aquí estamos. Como siempre. Desbrozando tus orillas; clamando contra la desidia de quienes te envenenaron con lindano; asegurando la longevidad de tus senderos; protegiendo tu hábitat; alzando el pendón de tu dignidad, que es la nuestra; mirándote y amándote y celebrando contigo la victoria final contra quienes durante más de tres décadas pretendieron estrellar en el hormigón de su salvajismo tu bravura y nuestros sueños.

Ayer, hoy, siempre: RÍOS VIVOS. PUEBLOS VIVOS.


ANOTACIÓN

[*] Se conoce como Os fils (las hojas) a unas formaciones rocosas cuya erosión, por capas, produce el efecto visual de láminas de hojaldre.

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Grita el agua y se revolucionan las piedras de la orilla con el roce de los pies desnudos que transportan los cuerpos buscando la tibieza del Sol sobre los poros henchidos.

Canta el agua, gélida diva que trae de la Gallia el deje afrancesado del río salpicado de la jerga de las truitas[1] montañesas que se burlan de las temerosas sargantanas[2] ubicadas en el distante pretil que las acoge en Murillo.

Chap, chap de sueños adheridos a los talones danzarines que la tierra empapada de lluvia tiñe de almagre mientras ascienden por la pendiente arbustiva que parece empinarse hasta alcanzar la frontera del cielo.


NOTAS

[1] En aragonés, truchas.
[2] Id, lagartijas.

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«Nabata por el Gállego»: Coord. Biscarrués-Mallos de Riglos


Acaso crecía el río con el caudal de lágrimas que urgían a la nieve a fundirse y deslizarse por el desnivel sinuoso que encajona y protege el magno curso de las aguas bravas. Y parecían erguirse, rutilantes, los islotes pétreos que el tiempo y el ímpetu acuoso convertirán en guijarros durmientes en el lecho señorial de las badinas.

[…]

Y ellas, las dos mujeres  —mezclada su bravura con la de sus compañeros—  en las nabatas, con los pies humedecidos de caricias y los torsos convertidos en banderas de esperanza del río que nos lleva.


Se elevaba a la atmósfera festiva  —desde los amados vericuetos del Reino de los Mallos—  el acompasado rugido de las voces veinticinco años desgañitándose contra el .amenazador e imparable pantano.

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«Sinking»: Tony Scheuhammer


Toda mi vida, y ya llevo 26 añitos en este mundo, he estado escuchando en mi casa, en mi pueblo -Ayerbe-, en mi comarca, la misma protesta: ¡pantano no! Pero a pesar de esa sombra oscura que siempre ha rondado por este rincón de la Hoya de Huesca al que nosotros llamamos La Galliguera, mucha gente valiente ha sabido valorar el río como elemento natural y recurso económico, lanzándose a montar empresas y establecerse en esta zona.

Es un hecho bastante inusual en Aragón, donde la imagen típica de los pueblos pequeños es la de las personas mayores charlando al sol. En cambio, en estos pueblos -Biscarrués, Murillo de Gállego, Agüero, Erés, Riglos, Ayerbe, Santa Eulalia de Gállego, Morán, Concilio-, cada día hay más niños pequeños, y las plazas están más llenas de vida y alegría.

Muchos de mis amigos son jóvenes de otras provincias o países, que atraídos por el río han venido a trabajar y enamorados de la zona se han quedado formando su hogar y su familia. La vida de tanta gente que depende del río se ve amenazada. Nos llaman insolidarios si no les damos el agua que necesitan para sus cultivos. Pero yo contesto que somos supervivientes, como ellos, que hay otras alternativas y que habrá que escucharlas.- Lucía Cinto.

Aragón es uno de los pocos territorios del mundo desarrollado donde estamos dispuestos a inundar tierras, paisajes o lo que sea menester y a gastar enormes cantidades de dinero público e incluso privado con el inaudito fin de cultivar transgénicos. Es increíble”, escribía recientemente José Luis Trasobares en un artículo de acertado título  –Obsesión por los embalses-.

Pretender la devastación de una zona, el Reino de los Mallos, para glorificar los maizales monegrinos cuando con la construcción de balsas laterales se obtendrían los mismos resultados, es una propuesta, además de estúpida, desproporcionada y cara, asaz sospechosa si, como se pregona, sólo se desea la ampliación del regadío en las áridas tierras del llano. En cambio, si a la ingente necesidad de agua del maíz  -modificado o no genéticamente-  se le añaden los importante beneficios dinerarios derivados de la explotación hidroeléctrica, no es preciso hacer ningún malabarismo mental para comprender la principal razón del empecinamiento de los incansables aguadores de la Comunidad de Riegos del Alto Aragón por convertir el Prepirineo en una inmensa bañera de hormigón y vasos comunicantes con desembocadura en espurios propósitos.




Dicebamus hesterna die…

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"Regno (Acquarius)":  Giovanni Auriemma

«Regno (Acquarius)»:  Giovanni Auriemma


Los últimos parabienes a la construcción del embalse de Biscarrués y sus balsas laterales los ha dado la Diputación Provincial de Huesca con el ferviente voto favorable de los representantes del PP, PSOE y PAR y la solitaria negativa de José Torralba, de Chunta Aragonesista, que es, además, alcalde del pueblo cuyas tierras han sido condenadas a servir de aguamanil de los intereses hídricos de los todopoderosos y siempre sedientos regantes del llano.

Hay que regular el río Gállego”, explican, con el cinismo dibujado en las corbatas, los prebostes de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

«Hay que regular el río…«

Hay que regular, decretan, un río que en sus 215 kilómetros de recorrido, embalsa su flujo líquido en Formigal, Lanuza, Búbal, Sabiñánigo, La Peña y Ardisa, ya sea como aportación a centrales hidroeléctricas o como balsas y canalizaciones de riego.

Hay que regular, exigen,  un río cuyo aporte al Ebro, en su desembocadura, no sobrepasa el 10% de su controlado caudal.

Hay que regular, establecen, un río archiempantanado y detraer 35 hectómetros cúbicos de agua precisamente del territorio donde las gentes de sus orillas han convertido el curso acuático en un modo de vida respetuoso con la biodiversidad.


«La destrucción de un río por merma de sus caudales y/o la contaminación de sus aguas, transformado lo que fue belleza en fealdad y lo salubre en insalubre, es un hurto que hacemos a las generaciones venideras. Estamos obligados a confeccionar una lista generosa de ríos, cabeceras o tramos intocables, cuyo destino sea simplemente ser río, para el disfrute lúdico y estético, para un mayor acercamiento a la comprensión de lo que significa la naturaleza para el ser humano.«.- Fco. Javier Martínez Gil, catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Zaragoza.

 

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"La Galliguera": S.E.

«Panorámica de La Galliguera»:  S.E.


[…]Mi táctica es mirarte pasar, verdoso, azulado, luminoso, río Gállego. Aprender cómo sois, apresado, hormigonado casi siempre; bravío cuando te dejan. Quererte como sois, tan hermoso y libre a ratos, sobre todo en La Galliguera. Mi táctica es defenderte contra el pantano, por las gentes de los pueblos de las orillas, por los empresarios que para su pan necesitan tu agua, por los que caminan los senderos y saben escribir en las líneas de tus estelas sus historias, por ti, por mí. Mi táctica es ser franca, hablar en la prensa, llevar pancartas, pegar carteles, explicar que es posible que vivamos nosotros y que rieguen lejos, que hay alternativas. Mi táctica es hablarte y escucharte, y construir con palabras el grito de tu voz callada de río herido, y que el eco se escuche en todos los aragoneses que aún creen que es posible otra forma de tratarte. Mi táctica es invitarles a Murillo de Gállego para que, con una barca, un hidro, una canoa o sólo tumbados en tus aguas, descubran que merecemos vivir aquí, bajo los mallos el futuro por el que luchamos, con una esperanza inquebrantable, pese a tantos años de amenazas y humillaciones inútiles. Mi estrategia es en cambio, más profunda y más simple. Mi estrategia es, que un día cualquiera, no sé cómo, ni sé con qué pretexto, por fin sentados a tu orilla, te necesiten así, libre, verdadero. – Lola Giménez.

 

D/Dª……..………… con DNI ……………………………y domicilio a efectos de notificaciones en calle ………………………CP ………………… LOCALIDAD ……………(………………………).

Comparece en el periodo de información pública del Anteproyecto 02/09, del embalse de Biscarrués, publicado en el BOE de 25 de mayo de 2009, y mediante el presente escrito formula las siguientes alegaciones:

1.– Es un proyecto innecesario. No está justificado el aumento de necesidades de agua del regadío monegrino. No hay una definición final de la superficie regable de Riegos del Alto Aragón. No hay un análisis real de las superficies cultivadas, las zonas salinas, los cultivos implantados ahora y en un futuro inmediato, los efectos de la desaparición de la PAC, etc. No se conocen necesidades reales. Se parte de estimaciones generosas a modo de cuentas del Gran Capitán. Además consolida superficies importantes de riegos a precario, por encima de las cotas regadas y que se pueden considerar de dudosa legalidad.

2.- Las supuestas necesidades se pueden cubrir con la ampliación del vetusto y deteriorado Canal de Monegros y la previa y seria construcción de las denominadas balsas laterales dentro del sistema de riegos y para las que se han publicitado cabidas de más de 1000 hectómetros. Sin su construcción, no tiene sentido la realización de ninguna obra nueva en el Gállego. Antes el tejado que la casa.

3.- Existen alternativas razonables y más baratas a la hipotética necesidad de agua para regadío, como son la modernización de sus riegos, el reajuste de dotaciones y un sistema tarifario real, que no político, que impida los consumos excesivos.

4.- Amenaza directamente al pueblo de Erés. No lo destruye directamente, pero corta sus comunicaciones tradicionales, alarga sus desplazamientos, ahoga sus campos y lo aísla.

5.- Hace desaparecer totalmente el deporte de aguas bravas, motor económico de la comarca y con repercusiones en todo el Alto Aragón. Se eliminan muchos puestos de trabajo, directos e indirectos. Elimina la bajada de nabatas.

6.- Ahoga la Magia de la Hoya de Huesca. Se destruye el emblemático paisaje de la Galliguera y sus mallos, con clara incidencia en el turismo rural, segundo motor económico de la zona.

7.- Destruye y desnaturaliza un porcentaje muy alto de las, ya muy escasas, riberas naturales del río Gállego, fuertemente transformado por escolleras, graveras, pantanos y detracciones de aguas por azudes de riego y canales hidroeléctricos.

8.- Vulnera de forma flagrante la Directiva Marco de Aguas (DIRECTIVA 2000/60). Incumple el objetivo de conseguir el buen estado ecológico en el río Gállego. La regulación de avenidas y los caudales ecológicos son meras excusas. La propia Confederación Hidrográfica del Ebro incumple sistemáticamente, con excusas fútiles, en muchos tramos de la cuenca del Ebro.

9.- También vulnera la Directiva Hábitats (DIRECTIVA92/43CEE). Además afecta directamente a especies de fauna, catalogadas por su interés por la Unión Europea y la Comunidad Autónoma de Aragón: visón europeo, nutria y galápago europeo. Se afecta directamente la pesca deportiva.

10.- Es una aberración económica, sin justificación fehaciente, lo que supone un despilfarro de dinero público intolerable, máxime en una época de crisis.

11.- Supone un agravio para una comarca que lleva más de 20 años padeciendo la amenaza de la construcción del embalse. Esta espada de Damocles ya ha impactado su desarrollo sostenible.

12.- Es un paso previo para la construcción de un embalse mayor, que con el nuevo Yesa, es la base del trasvase.

Por todo ello, SOLICITO se tengan en cuentas estas alegaciones para que se descarte definitivamente la construcción de cualquier embalse en el Gállego, objeto de este expediente.

En ……………….. a ………. de ………………. de 2009.

Firma.

Coordinadora Biscarrués- Mallos de Riglos

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