«Bosque de Sorogain»: Archivo personal
Bosteza tempranamente la tarde. Del otro lado de los cristales de la ventana se abrazan las sombras mientras Sátur unta con queso de puchero las rebanadas de pan dispuestas sobre la enorme mesa que, a modo de tosca isleta, separa la sencilla cocina del zaguán donde, en ordenado caos, se apilan mochilas y tabardos. En el exterior, ladra Polillas, el mastín. Una sola vez; un ladrido bronco, autoritario, que precede a su entrada. Trae entre sus pelos amarilleados una amalgama de olores que se adueñan de la estancia y se entremezclan con la contundencia del queso y los suaves efluvios de las hierbas aromáticas ya resecas que cuelgan de las vigas de madera del techo.
Un par de kilómetros más arriba, la ancestral muga donde Sátur, hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de mugalaris, centra todas sus historias, reales e inventadas, mientras acompaña al grupo de técnicos mediambientales que recorren el valle de Sorogain y observan, huelen y toman muestras atentamente vigilados por el viejo Polillas, inmune a las caricias y llamadas de aquellos a quienes, seguramente, considera intrusos de poco fiar.
Ese mismo día, por la mañana, cuando regresaban de recorrer un tramo del río Erro, señaló Sátur con la cabeza una zona que ya habían transitado en la jornada anterior y dijo: “Ahí fue donde los guardias dieron el alto a los fugados de Segovia y mataron al anarquista”. Y mientras el grupo se detenía mirando el lugar indicado y recomponiendo la escueta información recibida, Sátur siguió adelante escoltado por el perro.
El queso de puchero no me gustaría ya que los quesos demasiado fuertes no soy capaz de aguantarlos y eso que últimamente los voy tolerando más.
Muga es «frontera» en euskera, en Bailo se utilizaba para todo, por supuesto como separación de los pueblos adyacentes e incluso en muchos casos, la separación entre fincas del mismo pueblo.
No conocía a los fugados de Segovia, así que me he entretenido un rato buscando información.
El queso de puchero no solo es muy fuerte sino picante, dependiendo de cuánto se le haya rebajado, que normalmente se hace al gusto de quien lo consume. Hay muchos términos del euskera que forman parte de la lengua aragonesa, incluyendo la toponimia de muchos lugares de Aragón; cosas de la proximidad y la relación entre Navarra y Aragón durante siglos.
De la fuga de Segovia hay hasta una película; fue un hecho que tuvo mucha proyección en los medios informativos de la época.
Me ha gustado mucho cómo introduces los olores, o cómo los introduce Polilla al hacer su entrada.
No sabía nada de los mugalaris, interesante oficio, si es que se puede llamar así.
La foto parece de un bosque encantado, solo faltan los duendes, seguro que andaban por ahí.
Pues seguro que algún duendecillo habría; ese bosque bien lo merece porque invita a pasear por él e incluso a sentarse al pie de un árbol y, mecido por tantos sonidos gratos, dejarse llevar por la imaginación. Si, además, se tiene la suerte de contar con guías como Sátur, el gozo está servido.
Lleno de curiosidades y de información totalmente desconocida para mí. Desde el queso de puchero que no tenía ni idea, hasta las palabra de muga y mugalaris». Tampoco conocía la fuga de los presos de la cárcel de Segovia. Un hecho casi reciente 1976. Muy interesante. La foto me ha encantado por el colorido.
Todo se debe a Sátur, un abuelete que, sin haber salido apenas de ese valle, tiene una sabiduría ancestral que se adhiere al entendimiento ajeno viendo cómo actúa y con qué vivacidad se hace eco de todos los sucesos actuales y pasados que se relacionan con su entorno.
Leer sobre el queso de puchero a estas horas de la tarde, es un poco fuerte para un devorador de quesos como yo, por lo que heme aquí casi salivando. Seguro que los técnicos medio ambientales se llevaron un puñao de interesantes historias contadas por Sátur. Conocía un poco la función de los mugalaris, pero apenas lo de la fuga de Segovia. Siempre interesante. Un abrazo.
Con personas como Sátur casi hay que llevar una grabadora, siempre dispuesta, para cuando surgen esas confidencias que te pueden llevar hasta la invasión napoleónica y aprender cómo los pastores navarros engañaban a los franceses mismamente, entre tajadas de pan bien untadas con queso y buenos tragos de vino peleón… La espectacular fuga de Segovia y el triste final de Oriol Solé son ya retazos de historia que el tiempo ha ido enterrando, aunque Sátur, que seguro sabe más de lo que cuenta, no ha olvidado.
Cordialidades.
Esto de los mugalaris me ha recordado la novela de Hemingway Por quien doblan las campanas y la película del mismo nombre, en donde me parece recordar que algunos de los personajes se dedicaban a pasar huidos y resistentes por la frontera en pleno Pirineo.
No sabría decirte porque no me acuerdo. No obstante, el término mugalari se aplica solamente en los Pirineos navarros; en los Pirineos aragoneses, a quienes ayudaban a cruzar la frontera con Francia se les ha llamado siempre pasadores.
Qué bonita es esa seta venenosa.
Bueno, con ella se tiene la ventaja de reconocerla, así que es poco probable una intoxicación.
Me gustan los quesos, y si son fuertes, mejor. Todavía recuerdo una rueda de ellos en Estrasburgo con una quincena de ellos que me dejaron la lengua como un zapato. Curioso nombre para un mastín y un río muy de crucigramas.
Este queso se comercializa con el nombre de Gaztazarra, en una versión en tarro de cristal que no he probado pero que, dicen, mantiene su sabor fuerte… Los nombres que cada cual da a sus animales dan para todo un tratado. Un vecino tiene un perro ratonero de nombre Martínez, apellido de un compañero de mili del que, asegura, el perro es una copia…
La foto es tan sugerente como bonita. Me encanta.
Hay personas que deberían ser inmortales, y muchas lo son porque aunque no nos acompañen lo hacen sus historias y leyendas, su forma de ser, sus enseñanzas y los ejemplos que dejan.
Parece que Sátur es una de esas personas, un saco de información andante latente, una fuente de sabiduría. Y lo será ayer, hoy, y siempre.
Un abrazote.
Sátur es, como bien dices, un saco de información andante, un autodidacta que ha aprendido de la vida todo lo que no contienen los libros; un hombre inteligente y, con poco, feliz porque vive como le gusta, en medio de la Naturaleza, sin que ello suponga rechazo por el contacto humano. Una persona de las que ya quedan pocas.
Otro abrazo.
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Aprendí sobre los mugalaris.
Creo que algo de la fuga de Segovia ya habías comentado ¿o no fue acá, en tu página?
Polillas es un excelente nombre de perro
Abrazos
No recuerdo si comenté en otra ocasión lo de los fugados; seguramente, sería en alguna entrada sobre esa zona del Pirineo navarro, de la que he hablado varias veces en la bitácora.
También a mí me gustó el nombre de Polillas, aunque el mastín que lo lleva es inmenso y tranquilo.
Un abrazo.
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