«El gato de la basa»: Archivo personal
El primer libro-fórum organizado por Las Tejedoras —Asociación de Mujeres del Barrio— se celebró quince años atrás, en el espacio cedido por el señor Anselmo a la Asociación de Cultura Popular.
Dos semanas antes había sido depositada en el cementerio la urna con las cenizas de Servando Altemir (1912-2000), hijo del Barrio, emigrante en Barcelona, militante del POUM y exiliado en Francia desde 1938. Viudo y sin hijos, Servando mantenía una estrecha comunicación epistolar con el señor Anselmo desde finales de los cincuenta y, unos meses antes de morir, había confirmado su asistencia a las Jornadas Culturales del Barrio para dar una charla sobre sus avatares, como miliciano poumista, en la Sierra de Alcubierre. Las Tejedoras, en contrapartida, pensaban regalarle un curioso libro, con dos cuentos inéditos de Joaquín Maurín, prologado por el propio hijo del antaño dirigente del POUM, y recién publicado por el Instituto de Estudios Altoaragoneses.
Fue el mismo señor Anselmo quien propuso convertir en libro-fórum la imposible charla de su amigo Servando, utilizando para ello el obsequio destinado al difunto. Y así fue como ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo, un conjunto de relatos protagonizados por un gato de la cárcel de Jaca, escritos en dicha prisión entre el 1 de marzo y el 10 de abril de 1937 por Joaquín Maurín Juliá —cuando todavía no había sido reconocido por sus captores y se hacía llamar Joaquín Julió Ferrer, de profesión traductor— volvió a triunfar en público sesenta y tres años después de haber sido ideado.
«(…)Había en la prisión un gatito que nadie sabía de dónde había salido, ni cómo había entrado. Caridad[1] le dio el nombre de Misceláneo. Todos lo querían, pero no sé por qué me demostraba una cierta preferencia. Los demás presos le llamaban ¡Misceláneo! ¡Misceláneo!, pero Misceláneo no hacía caso. Pero si era yo quien decía ¡Misceláneo! venía a mí, se dejaba acariciar y se ponía a ronronear. Por la noche, cuando estábamos acostados, saltaba por encima de los demás hasta que me encontraba a mí…
¿Cómo no agradecer a Misceláneo esa demostración de afecto?
Decidí escribir sobre Misceláneo. Pensé que quizá la lectura podría interesar a Mario[2].
Escribí la biografía. La ilustró Julio Sánchez, pintor de brocha gorda; fue puesta a máquina y encuadernada. Título: ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo.
Creo que después de la Historia de San Michele, el libro cuya lectura tuvo más éxito en la prisión fue la biografía de Misceláneo…».- Extraído del libro Cómo se salvó Joaquín Maurín, de Jeanne Maurín.
NOTAS
[1] Caridad Olalquiaga.
[2] Mario Maurín, hijo de Joaquín.
Del párrafo de los recuerdos y testimonios de Maurín me acordaba pero no sabía que el IEA había publicado sus cuentos de la cárcel y hace un porrón de añadas. Se te pasó ese detalle cuando me mandaste el libro…
¿Te has pasado en los últimos tiempos por Bonansa…? A saludar a tu «amigo» Iglesias, por ejemplo…. juassssss… La casa de Bonansa donde nació Maurín es un hotel rural muy bien montado. Junto a la puerta de entrada hay una placa donde se lee: «En esta casa nació el día 12 de I de 1896, Joaquín Maurín Juliá, escritor y político que consagró su vida a la clase obrera y a la causa de la libertad. Murió el 5-11-1973».
Salud, gaté.
…y además de la casa, también se hallan en Bonansa, en el cementerio, parte de sus cenizas, traídas desde Nueva York en 1981. Sigue, pues, Maurín en la tierra donde fue a nacer.
(¿Y los Iglesias…? Eternizándose en el Ayuntamiento comandados por el hereu de Marcelino.)
Salud, compañero.
P.S.- El detalle al que aludes lo hallarás en la contraportada, despistado. Compruébalo.
He estado leyendo un poco sobre Joaquín Maurín, del que desconocía todo, y hay una cosa que me extraña: que, con su trayectoria, fuera indultado dos años después de su condena.
Si cuando fue detenido en septiembre de 1936 hubieran sabido de quén se trataba, su trayectoria vital habríase acabado pronto; pero aconteció que, aun encarcelado, mantuvo su falsa filiación y así siguió casi un año.
Cuando fue reconocido, un primo suyo -con buenos contactos franquistas, porque había sido confesor de Franco en África y pasó a serlo de Carmen «La Collares»- consiguió que Serrano Súñer evitara que terminara siendo víctima de las sacas; lo tuvieron en diferentes cárceles, aislado y de tapadillo, para canjearlo por algún preso en el otro bando. Cuando se supo que Maurín seguía vivo y en la cárcel, ya había terminado la guerra (in)civil, varias voces y gobiernos extranjeros -su mujer, Jeanne Souvarine, era francesa y apeló a todas las instancias posibles- se interesaban por la suerte de Maurín y el primo confesor acababa de ser nombrado obispo de Urgell. Así que, en 1944 Maurín fue juzgado, condenado a 30 años y dos años después -es decir, cuando llevaba diez años encarcelado- le concedieron la libertad vigilada, un pasaporte y ¡marchando al exilio!
Antes no lo conocía de nada, ahora ya no puedo decir lo mismo, se encuentra mencionado en muchos sitios. Wikipedia, Biografías y Vidas en algún libro digital, así como en PDF.
La vida de Maurín es como abrir una muñeca matrioska, que dentro hay otra y otra y otra más… Apasionante su vida anterior a la guerra, novelesca su estancia en prisión e interesantisimas sus vivencias como exiliado en los EEUU -de donde estuvo a punto de ser expulsado- y su amistad con Sender, con el que, además de cartearse, mantuvo una relación profesional, haciendo todo lo posible, editorialmente hablando, para que Ramón J. Sender pudiera ser conocido en España.
Casi q le hiceron un favor los fachosos xq si llega a volver a Barcelona acaba como Nin.
Salu2.
Imagino que a esa misma conclusión llegaría el propio afectado cuando supo la «actuación» del gobierno Negrín con poumistas y anarquistas.