«Brunch»: Archivo personal
En el jardín de la parte trasera del Mia-te tú suena, durante el almuerzo privado, Adolfo Celdrán. “¿Y esa música?”, se sorprende María Petra. “Gentileza de Mam’zelle [*]”, dice Arturo. “Nos trajo unos discos de vinilo por si nos parecía bien ponerlos. No le íbamos a decir que no”, explica Alberto, que, como la mayoría de integrantes del pequeño grupo que monopoliza el bar restaurante, fue alumno de la señorita Valvanera.
Miguel Hernández, Antonio Machado, León Felipe y Bertol(d)t Brecht, exquisitamente vivos en la voz de Celdrán, acompañan el puerro en tempura con relleno de gambas y el coulis frío de cangrejo de río; mientras, en la barra del interior, Arturo y Alberto preparan mojitos de granada ayudados por Étienne.
Al otro lado de la persiana metálica que protege la entrada principal del Mia-te tú, un cartel escrito a mano y colocado junto al hombro derecho de una repintada Betty Boop, reza: “Abrimos la terraza a las cinco”.
NOTA
[*] Apelativo que dan a la vieja maestra sus antiguos pupilos.
Me da envidia ese almuerzo en tan buen ambiente. Adolfo Celdrán es una novedad para mí, hasta hoy no sabía de él ni conocía ese poema de Brecht. Lo voy a añadir a mi lista de cantautores.
Saludos.
JBernal
Con un almuerzo así tienes cubiertas el resto de comidas del día. Celebro que hayas descubierto un nuevo fichaje para tu lista. Los viejos cantautores siempre han de ocupar un lugar de honor por todas sus aportaciones.
Salud.
Reconozco que a estas horas leer acerca del «puerro en tempura con relleno de gambas y el coulis frío de cangrejo de río» me despierta el apetito. Pero no solo de comer. Apenas si había oído de Adolfo Celdrán y tal vez sea el momento de tener apetito para conocer sus canciones y letras. En este caso de la mano de Brecht, se descubre que el hombre puede pensar. En estos tiempos actuales es de desear que el hombre piense y cada vez más, en lucha contra el aborregamiento impuesto. Siempre aprendiendo de tu blog. Un abrazo.
Ya les jo… fastidia, a quienes manejan el cotarro, no poder borrar la capacidad de pensar de los humanos que hacen gala de ella y la usan. Su ideal de autómatas revestidos de carne, a quienes llevar y traer a capricho, tropieza con ese raciocinio que puede ser tan peligroso como maleable. No está de más que Brecht y Celdrán (nos) lo recuerden y lo tengan en cuenta también aquellos que pretenden marcar una sola dirección.
Cordialidades.
Que tiempos aquellos de los cantautores, que pensaban y hacían pensar…
La sola palabra, cantautor, ya llevaba aparejada una serie de connotaciones que trascendían su significado. Pensaban, transmitían, impulsaban… Cada canción era un himno, una consigna. Y ahí siguen esas letras con su carga emotiva.
Desconocía a Adolfo Celdrán. Siempre digo lo mismo pero es así: cada día un descubrimiento. Por cierto me gusta mucho la canción. Esos versos finales de «general, el hombre es muy útil, puede volar, puede matar, general pero tiene un defecto puede pensar». !Bravo!. Salud.
Quizás no tuvo la proyección de otros, pero entre ellos estuvo, símbolo de una época y, como tal, merecedor de reconocimiento por esa labor de transmisión y por musicar tantos años de lucha por la libertad.
Salud.
Me da la impresión de que cada vez son menos los que hacen pensar, simplemente porque se están quedando sin público. Es mucho más fácil engancharse a la tele y tragar sin esfuerzo lo que echen. No es mal brunch.
Personal aborregado y manipulable siempre lo ha habido y es difícil que esa tendencia desaparezca, pero mientras haya quienes sean capaces de mantener el sentido crítico ante los aconteceres el mundo, como así ha sido desde que la humanidad lo habita, seguirá avanzando.
Así da gusto. Yo me apunto!
Buena comida, buena compañía, buena música, buenas letras, charlas, recuerdos, paladares degustando sabores y compartiendo impresiones.
Lo único que no me ha gustado es no poder hincarle el diente a esos platos, ahora, in situ. ¡Cachis!
Gracias, Una mirada…
Un beso.
En buena compañía cualquier mesa es señorial, con los sentidos y los sentimientos certeramente estimulados, sobre todo cuando las circunstancias están enrarecidas. Lástima no poder transmitir sabores y aromas.
Gracias a ti por todo.
Otro beso.
Haz pintado con todos los sentidos ese almuerzo.
Pude ver, oír, saborear, oler, tocar, sentir
Abrazotes!
Salud!
Me alegro que hayas disfrutado de la apacibiidad sensorial del momento. La vida está formada de instantes que la amenizan.
Salud.