«Tree of Life»: Stefano Menicagli
«Esta es la albada del viento. La albada del que se fue…»
A las ocho, el bar del Salón Social sirve los primeros desayunos al grupo de paseantas -así se las conoce- que, como cada domingo, terminan frente a la barra -donde tanto se esmera Josefo, el encargado-, el recorrido pedestre iniciado dos horas antes por los alrededores del Barrio.
Junto a la parrilla del hogar, dos bandejas con rebanadas de pan frotadas con ajo y untadas con aceite, que compiten, en incitante prestancia, con una fuente de torrijas, son tomadas al asalto por las andariegas y el resto de madrugadores que, a intermitencias, van ocupando banquetas y mesas en rito dominical convertido, con el paso del tiempo, en tradición.
“Esta madrugada se ha muerto Labordeta”, anuncia Josefo a quienes se incorporan al peculiar encuentro gastronómico.
Se escuchan las voces con el verbo apasionado. Decrecen. Desaparecen entre sorbos de café y pan masticado y engullido. Van y vienen mientras se vacían tazas, vasos y platos y se esparcen las migas sobre mesas y tarima.
Trastea Josefo en el equipo de música y suena -más emotiva que nunca- la Albada.
Un emotivo y dulce homenaje a Labordeta.
Descanse en paz.
Abrazos
Me uno a ese deseo. Descanse en paz alguien cuya bandera fue siempre la de la libertad
Un abrazo
Un buen hombre (que no de todos los que han estado en política se puede decir lo mismo) con capacidad para tocar muchas y diferentes «teclas». Sus cenizas irán al río que tu tanto quieres.
Salud.
Ciertamente un hombre cuya huella de Vida a nadie ha dejado indiferente. En muchos sentidos ya forma parte del patrimonio aragonés.
Gracias, Trini, Luz y Fer por los comentarios.
Bueno, tal vez habría que dar el pésame no solo a su familia, sino también a todos los maños porque siempre fue un referente de Aragón. Decir Labordeta era pensar en vuestra tierra.
A mí me gustaron mucho sus reportajes de «Un país en la mochila» creo que, en su momento, los ví casi todos.
Saludos.
Me acuerdo cuando se cabreó Labordeta en el congreso y mandó a la m… a los peperos q le hacían burla.
Estoy de acuerdo con Esperanza, decir Labrdeta era decir Aragón.
Salu2.
También vi algunos capítulos de Un país en la mochila, Esperanza, con un Labordeta fiel a sí mismo y a sus querencias. Y, como a ti, me gustaron.
Saludos cordiales.
«Ustedes están habituados a hablar siempre porque aquí han controlado el poder toda la vida, y ahora les fastidia que vengamos aquí a poder hablar las gentes que hemos estado torturados por la dictadura. Eso es lo que les jode a ustedes, coño, y es verdad, joder. A la mierda.«, esas fueron -según el diario de sesiones- las palabras exactas, Sands. 🙂