«As crabetas/Las cabritas»: Archivo personal
I
Aun antes de culminar por segunda vez el repecho que asciende desde el río a la trocha, entrevió la sombra de las rapaces necrófagas en el farallón, planeando, en vuelo silencioso, sobre la angostura pedregosa del cauce fluvial, atraídas por el cadáver, todavía caliente, del desgraciado muflón recién despeñado. Minutos antes, lo había visto precipitarse del remate del peñasco vertical, entre una lluvia de rocas de distintos tamaños que golpearon con estrépito el suelo de la hondonada y quedaron como ofrendas al animal quebrado. Él, que acababa de llegar jadeante al antepecho que se abría al barranco, volvió a descender raudo, arrastrando culo y piernas por los guijarros y matorrales de la pendiente, suplicando a la Madre Naturaleza que el muflón careciera de cualquier atisbo de vida para no verse en la obligación de rematarlo. Sintió en sus manos la tibieza de aquel cuerpo roto bajo los mechones lanosos; le acarició el hocico y pasó los dedos por la cornamenta desencajada y, cuando se separó del animal muerto, vio la sangre que le empapaba los vaqueros en la parte de las rodillas.
II
Apoyado en el pretil, con los restos del muflón visibles veinte o treinta metros por debajo, contempló los círculos señalizadores de los cuatro buitres leonados con sus dos metros de alas tensadas, elegantes y pacientes bajo el Sol que metalizaba sus cuerpos y engrandecía sus siluetas reflejadas en el roquedo. Cerró los ojos a la luminosidad que, a ratos, los cegaba y, al abrirlos de nuevo, las vio: Tres cabras asilvestradas lo observaban desde la cornisa del escarpe enfrentado. Quietas, curiosas, atentas. Tal vez testigos de la mortal caída y de las caricias humanas junto al lecho del río. Escasamente tuvo tiempo de retener la imagen en el móvil, con el Sol distorsionando la panorámica, antes de desaparecer las cimarronas por el lado oculto de la escarpadura.
NOTA
Entalto es un vocablo aragonés que significa hacia arriba, en lo alto.
Interesante recordar que hay otra vida fuera de este absurdo atropello en el que nos movemos.
Salud y buen día.
La Naturaleza tiene otro ritmo, otras reglas que deberían ser preservadas para que la presencia humana sea solo anecdótica y no invasora. Es grato moverse por esos espacios naturales intentando dejar las menos huellas posibles.
Salud y buen finde.
Que pena ver morir así a un animal libre… Aquí tenemos en Sierra Nevada gran cantidad de cabras monteses, que los montañeros y senderistas ven con frecuencia y hasta creo que se dejan acariciar.
https://ecoparaisos.blogspot.com/2015/07/cabras-montesas-en-sierra-nevada.html?m=1
En ese rincón de Guara, las reinonas son las cabras silvestres, descendientes de los antiguos rebaños de cabras domésticas. Las montesas y muflones que se ven por allí son, en su mayoría, animales huidos de un coto de caza; el muflón ni siquiera es autóctono sino una especie introducida en España que, en algunos lugares, se considera especie invasora, pero no es plato de gusto, salvo para los buitres, que se mate accidentalmente.
Muy interesante el enlace. Me da cierto malestar que dejen que se les acerque la gente porque parte de su supervivencia se halla en mantener las distancias.
https://obsnev.es/cabra-montes/
Cómo ves, no parece que haya problemas en cuanto a la supervivencia de la cabra
No lo decía por la preservación de la especie sino de cada ejemplar individualmente, porque los machos de cabra montesa son piezas de caza (no sé si en Granada; por aquí, sí) y la desconfianza hacia los humanos les da más posibilidades de supervivencia.
En alguna ocasión he leído que se han permitido cacerías dado que, al parecer, hay demasiadas y eso les perjudica a ellas y al medio ambiente en el que viven. A mí me resulta triste que tengan que morir de esa forma, pero si lo dicen los expertos…
Expertos en justificar la caza los hay a porrillo y no siempre las razones son justificables, pero, claro, yo no soy cazador y veo el panorama de otra manera. En Guara, se habló de deshacerse (tal cual) de las cabras asilvestradas para introducir cabras montesas; precisamente, de estas últimas los ejemplares que hay (lo mismo que los muflones) son los que huyeron de un coto de caza.
Pobrecito muflon 😢
Sí, es triste, pero los animales que viven en entornos naturales no están exentos de sufrir accidentes, como le sucedió al muflón.
Salud.
Fíjate la de veces que iría el muflón por esa zona y, ya ves, un mal paso y se acabó. Triste pero inevitable.
Salud.
Me dio pena lo que le paso al pobre animal. Un relato muy bien llevado. Conmueve y enseña. Te mando un beso.
Sí, da pena; la muerte de otro ser vivo no reuerda que la vida caduca para todos.
Otro beso para ti.
Pues se abre la humanidad al curso de la naturaleza, al instinto de ayudar, a la intención de socorrer (acompañar, acariciar), y finalmente al papel de observador de la vida.
Me gustó también esa escena desde lo alto, a ratos con ojos cerrados y a ratos entreabiertos por el sol, y la sensibilidad de mirar al resto de moflones e imaginar lo que estarían pensando (coincido en eso).
La primera parte del relato me recordó a un programa de Félix Rodríguez de La Fuente, me parecía escuchar su voz relatando todo y esa música tan característica. Supongo que ese recuerdo hace que acepte el curso de la naturaleza, aunque me de pena verlo (imaginarlo en este caso).
Un abrazo, apreciado.
Contadora de Libros.
Qué buenas imágenes de fauna ibérica se veían en aquellos programas televisivos de Félix Rodríguez de la Fuente, incluidas esas tragedias cotidianas de los animales en libertad y que forman parte del equilibrio natural, aunque, con nuestros ojos humanos, asome la sensibilidad por un ser vivo que, como el muflón, pierde la vida sin que nada se puede hacer por evitarlo.
Abrazo grande.
Hay escenas que se escapan por pequeños segundos a los móviles.
Por la cordillera de los Andes tenemos al cóndor, pero últimamente en la Pampa húmeda han aparecido unos bicharracos carroñeros que no estaban décadas atrás, dicen que los trajeron para combatir la plaga de palomas. Yo no sé si son halcones, buitres o qué. Pero seguro no son los que cuando era niño llamábamos aguilucho, y que los viejos llamaban chimango.
Un abrazo, querido Una Mirada…
Seguramente, el ave que nombras sea un halcón peregrino, que es un ave de presa que se utiliza mucho contra las pesadísimas palomas, aunque el bicho no se priva tampoco de zamparse a pajarillos como el gorrión.
Otro abrazo.
PD: quiero decir, que estos bichos nuevos son mucho más grandes que los que veía de niño
Triste ver así al precioso ejemplar. Y más, ver a los cuatro de arriba esperando su momento. Al menos tuvo espectadores que también sintieron como él piedad por muflon.
Buena semana Una mirada.
Un abrazo.
Sí, pero así funciona la Naturaleza: La muerte de unos es el sustento de otros, por mucha pena que dé el accidentado. Ese muflón supone la supervivencia de los leonados y de los quebrantahuesos que, seguramente, llegarían después.
Abrazos.
Comparto el comentario que habla del recuerdo de los programas de Félix Rodríguez de la Fuente. Mira que hemos aprendido viendo de chavales esos documentales precisos y preciosos. La naturaleza es dura para todos, incluso para estos expertos escaladores de peñascos y rocas, pues el resbalón o el mal pisar pueden mostrarse y este es el caso, como el fin de una vida y a la vez, como la continuidad del propio equilibrio de la naturaleza. Pero a pesar de todo, la vida debe continuar. Espléndido texto y foto. Un abrazo.
Fue el Gran Divulgador de los entresijos de la Naturaleza, de esa fauna en libertad que la goza y la habita y cuyo espacio se ha ido reduciendo. Quizás la realidad sea menos bucólica y paradisíaca que la imaginada pero es la que hay, a veces rozando la sensibilidad humana.
Otro abrazo.