«Paseo por Santesteban/Doneztebe»: Archivo personal
En el escaso cuarto de hora que se tarda en recorrer la carretera que une Elizondo con Santesteban, el río Baztán pierde su nombre para tomar el de Bidasoa, en su inexorable curso que lo aleja de los Pirineos para conducirlo al Cantábrico, por la bahía de Txingudi, acompañado de las últimas lamias que Marcel asegura haber contemplado desde el puente elizondarra de Txokoto y hasta secándose los cabellos al aire entre los alisos del Señorío de Bértiz. Marcel es baztanés, nacido en Ziga, orgulloso de sus orígenes agotes, aquella comunidad maldita y despreciada que la Iglesia Católica consideraba compuesta por herejes y, como tales, perseguidos, no siendo tenidos por navarros hasta el siglo XVII, pero siempre con el estigma que los señalaba como diferentes, impíos y reos del Averno, salvo que pagaran unos buenos dineros para la salvación de sus almas.
Del pasado, de lo sobrehumano y lo terrenal, disertaba Marcel ante su pequeño y atento auditorio de comensales en el restaurante de Santesteban, entre bocados de cogollos de Tudela con ventresca de atún y anchoas, cocochas de bacalao en salsa y pastel vasco, dejando para la sobremesa de los cafés el motivo real de la reunión. “Entonces, ¿qué…? ¿os alquilo una o dos autocaravanas…? Ya las habéis visto. Impecables, casi, casi, a estrenar, a buen precio y con opción de compra…”, les decía, cambiando de tercio y regresando a su papel de comercial zalamero. “Ostras, Marcel, ¿te has tirado todo el rollo de los agotes por las autocaravanas…? “, bromeaba la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio. “No, mujer… Las historias del Baztán son gratis pero tengo que saber hoy mismo si tenéis intención de coger uno o los dos vehículos. O ninguno… Si marcháis a eso de los castillos del Loira la segunda quincena…” “Lo hemos hablado y vamos a alquilar las dos. A eso hemos venido, a rellenar los papeles”, intervenía Emil.
Hacen el camino a la inversa, dejando a la espalda el Alto Bidasoa, y vuelve el río Baztán a recuperar su nombre, a discurrir, gozoso, por el valle encantado donde moran seres protectores y maléficos entre bosques, grutas, palacios, iglesias y caseríos, allí donde la imaginación se desboca y danza al compás del gorgoteo del agua.
Malerreka es mi zona durante gran parte del año y seguro que te trataron bien. Otra cosa son las lamias, el Baztán verde y el agua. Parecen cosas del pasado al menos por este año, Bertizarana es casi más marrón que verde, el bosque de hayas se daña con estos calores. Buen viaje y salud
Teniendo en cuenta que, como en el dicho, «aragoneses y navarros somos primos hermanos«, ni unos ni otros pueden sentirse extraños o mal tratados en el territorio vecino. Así que habitas por las tierras donde el río Baztán pierde su nombre… Unas tierras fantásticas las del valle de Bertiz, con ese toque cuasi cántabro.
Celebro tu regreso a la virtualidad.
Salud.
Tengo que conocer esos parajes ya!
La buena tierra del norte te aguarda.
Salud.
Un lugar intensamente interesante y me encanta lo que come Marcel. Un saludo,
F.
Se hace la boca agua, sí. Y no falta ese bacalao tan gustoso.
Salud.
Eso! Toda la razón!
Ganas de hacer ese recorrido y de paso degustar todas esas delicias propias de esas tierras casi hermanas, lástima de esta persistente sequía que deja el monte agonizando.
Salud.
Son unas tierras en las que merece la pena perderse, aunque el calor les haya trastocado su color original.
Salud.
[…] Malerreka | Una mirada alrededor […]
Que interesante eso de los agotes… Tengo que leer más información que la que acabo de encontrar.
Hay abundantes artículos (y libros) sobre los agotes pese a que su historia ha trascendido poco fuera de las tierras a las que se circunscriben y en la actualidad han quedado casi en el olvido.
No puedes imaginarte lo que se parece a esta la calle de la foto. En la mía no se ve la calle, pero es muy parecida.
He encontrado en internet esta foto en la que se aprecian mejor los edificios que aparecen en la foto de este post porque se trata de la misma calle. Es la típica arquitectura de los pueblos vasconavarros, algo así como sus señas de identidad. Supongo que el trazado de la calle de Santestebe y la que tú dices será similar, aunque seguro que varía la configuración de los edificios.
El parecido lo he encontrado por el trazado de la calle y la verja de la derecha, pues los edificios que tiene la de aquí a la izquierda son mucho más modestos. Sin embargo, esa verja pertenece al Jardín Botánico, que está en la Facultad de Derecho. y ese sí es un edificio histórico.
También es cierto que la arquitectura de cuaquier zona de España viene muy marcada por la climatología (la tradicional, no estos extremismos meteorológicos de estos tiempos de ahora).
Conozco muy poco la zona de Navarra, un poco el valle del Roncal, hasta Isaba, Pamplona la capital la conozco mejor ya que estuvo ingresado uno de mis hijos durante un mes en la Clínica Universitaria de Navarra, y también mi hija hizo la carrera de empresariales en la misma ciudad.
Es algo que siempre he querido visitar, pero lo he ido dejando y creo que se me termina el tiempo.
Es lógico que la Navarra más conocida en Aragón sea la que limita con las provincias de Zaragoza y Huesca, tanto en la parte de la Ribera como la pirenaica, por aquello de la proximidad geográfica. Siempre ha habido buena vecindad con las gentes navarras de las tierras limítrofes y el trasiego de unos lugares a otros ha sido constante. También es verdad que, conforme nos hacemos mayores, cuesta más meterse en kilometrajes.
Vuelvo a leer la entrada y veo que, como siempre, os cuidáis en los almuerzos. Menudo menú…
Jajajaja… Y eso que el menú en este caso entra en la categoría de ligero.
Tudela. Siempre que escucho este lugar me acuerdo de Pablo Domínguez, el sacerdote que falleció en el Moncayo. Y es que él estaba allí, en Tudela, porque había ido a dar unos Ejercicios Espirituales a unas monjas de un convento de Tudela.
De cada parte de la historia, sacamos a personas interesantes, lugares increíbles y deparamos charlas entre la camaradería de unos y otros.
Gracias, Una mirada.
Abrazos.
Tudela está en la ribera del Ebro, en la zona limítrofe con Aragón. Acabo de leer la historia del cura montañero, que no conocía. Qué pena. Las montañas son cautivadoras pero, en ocasiones, se cobran las vidas de quienes las aman, como sirenas de piedra cuyos cantos extasian e impiden percatarse de los peligros que acechan.
Gracias a ti.
Abrazos con brisa.
Curioso eso de perder el río su nombre en cierta frontera y empezar a llamarse de otra manera.
A algunos humanos nos sucede con los apodos, según el grupo de amigos que vayamos visitando.
Sigan disfrutando de sus viajes septentrionales!
Abrazotes
Bueno, los ríos (y en la geografía en general), resultan tener diferentes nombres en función de la lengua que se utiliza. En el caso del río Baztán/Bidasoa es chocante porque su curso transcurre por una zona de lengua euskérica, la misma entre quienes lo miran como Baztán y los que lo ven como Bidasoa.
En las personas los cambios de apodo varían conforme se van sumando años.
Otro abrazo para ti.