«Aurora de sueños»: Archivo personal
Guiado siempre de un entusiasmo objetivo, sentía en mi trayectoria revolucionaria el intenso dolor de que al pueblo, precisamente a mi pueblo —la tierra aragonesa donde mis energías adquirieron desde la niñez la savia anarquista—, se arrebatase sin más ni más el fuero de su autonomía, tan difícilmente alcanzado a fuerza de sangre, de tesón combativo, de fervor revolucionario….- JOAQUÍN ASCASO. Primer —y, hasta la fecha, único— presidente anarcosindicalista y republicano de la historia de Aragón.
A Joaquín Ascaso Budría (1906-1977), el «albañil y anarquista”, como él se definía, que presidía el Consejo de Aragón, lo detuvieron el 19 de agosto de 1937 junto con algunos de los consejeros que componían el efímero ente aragonés. Era la respuesta del gobierno republicano a los discolos libertarios que habían ninguneado la autoridad gubernamental. Las Colectividades Agrarias aragonesas serían destruídas por las tropas republicanas al mando de Enrique Líster. Fusilamientos sumarísimos y detenciones masivas frenaron el sueño revolucionario de quienes, durante casi un año, mostraron al mundo que las utopías no eran un fantasma improbable en la fantasía de los desheredados. Fue, lo que Ascaso y sus compañeros llamaron, en sintonía con el inolvidable Joaquín Costa, «el turno del pueblo«.
El Consejillo de Caspe —como así denominaba al independiente y rebelde Consejo de Aragón, con furiosa sorna, Manuel Azaña— nacido el 6 de octubre de 1936, y defenestrado vía decreto y manu militari entre el 10 y el 19 de agosto de 1937, fue el único e insólito experimento de gobierno anarquista de la historia; un islote independiente de autogestión donde cientos de personas repartidas en más de 400 colectividades desarrollaron un sueño igualitario que, tras el final de la guerra, fue sepultado, con igual afán, por vencedores y vencidos.
Joaquín Ascaso fue acusado, a conveniencia del Frente Popular y con la siempre eficiente propaganda comunista, de ladrón y traidor a la causa republicana. Cuestionado por sus compañeros libertarios, era consciente del precio que iba a pagar por su osadía. “Lo procesaron por causas ficticias, nunca justificadas, las autoridades gubernamentales. Su propia organización aragonesa le hizo el vacío. Y de ahí la salida. En Francia vivió muchas penalidades. Las autoridades francesas lo amenazaron con devolverlo a Franco o a sus propios compañeros. Antes que hubiese sucedido nada de eso, se habría suicidado con un disparo de pistola. Finalmente, consiguió embarcar hacia Uruguay, gracias a un feliz contacto en Francia, y se estableció en Venezuela. Estuvo también en Chile, pero vivió dos etapas de su existencia auténticamente miserables; trabajó de albañil, de conserje, en el transporte, conduciendo camiones. Nunca logró remontar el vuelo ni dejó de ser un transterrado. Finalmente sus amigos tuvieron que pagar su entierro”, cuenta el historiador Alejandro R. Díez Torre, editor de las Memorias que Ascaso escribió antes de salir de España.
En Zaragoza, en el barrio donde nació Joaquín Ascaso Budría, se alza un monolito con la leyenda: «Los vecinos de Torrero, al anarcosindicalista Joaquín Ascaso, presidente del Consejo de Aragón. Octubre 1936- Agosto 1937».
ANEXO
- Las colectividades de Aragón: Un vivir autogestionado, promesa de futuro, de Félix Carrasquer Launed.
- Sueños colectivos, documental, en cuatro partes, de Manuel Gómez y Marco Potyomkin, sobre las colectividades anarquistas altoaragonesas.
¿Un sueño efímero, del que sólo queda un recuerdo que se desvanece en el tiempo?
El sueño sólo fue efectivo durante diez meses; así que, en efecto, fue una realidad efímera que se intentó borrar de la historia.
No es tan perverso el llamado régimen del 78, cuando ahora puede tener un monumento el hombre al que le dieron en las dos mejillas… y porque no tenía tres.
Fíjate si fue perverso el régimen del 78 que la Ley de Memoria Histórica tuvo que esperar treinta años para ser aprobada y con restricciones. A Ascaso y al Consejo de Aragón pretendieron enterrarlos en el olvido, pero la memoria del colectivismo sobrevivió incluso a los propios colectivistas.
Tenía referencias de la mala relación entre comunistas y anarquistas, pero veo que fue aún peor. Desconocía a Ascaso y su trayectoria, ideas y penalidades, al menos es recordado en su barrio. Interesante la mención a Joaquín Costa. La Biblioteca Nacional le hizo una interesante exposición hace varios años. Siempre aprendiendo de tus textos. Un abrazo
La doctrina rural y populista de Costa se aproxima a las teorías idealizadoras del anarquismo -aunque Costa no era anarquista- de ahí que su figura fuera muy respetada por los anarquistas aragoneses, que aplicaron el «Escuela y Despensa» de Costa a las colectividades. Ascaso fue, en su momento, muy vapuleado por unos y otros, pese a sus esfuerzos por defender las zonas aragonesas que no estaban en manos fascistas. Al gobierno republicano le sabía fatal que Ascaso comandara un islote con consignas anarquistas, de ahí que mandara un ejército a cortar por lo sano lo que se consideraba una rebelión contra la República, pese a que las colectividades trabajaban también para suministrar víveres y enseres a las tropas republicanas del frente. Y en estos desencuentros, aprovecharon los estlinistas para vengarse de anarcos y militantes del POUM, que eran muy mal vistos en Moscú.
Otro abrazo.
Gracias por tu amplia respuesta. No pasa nada por embalarse, todos tenemos nuestro «punto». Para mí es un gusto leerte. Abrazo.
Muchas gracias a ti, compañero.
Ya perdonarás el rollazo, pero, chico, me embalo y…
Estupenda documentación. Creo recordar que fue en la película «Tierra y libertad» de Ken Loach en la que en alguna escena quedo evidencia de la pésima relación entre comunistas y anarquistas. Me sorprendió tristemente. Volveré a leer con más detenimiento tu entrada, me parece muy interesante. Buen día.
Esas relaciones poco cordiales tienen su razón de ser. El comunismo es estatalista, cree en un Estado todopoderoso y omnipresente en cualquier ámbito de la vida ciudadana. El anarquismo, por contra, busca la desaparición del Estado en favor de los colectivos asamblearios de trabajadores y trabajadoras, donde prime la cooperación y exista un arbitraje para la resolución de conflictos. Son dos visiones contrapuestas de la organización social. Para que te hagas una idea: Los anarquistas que ayudaron en la Revolución Rusa y en la Revolución Cubana terminaron encarcelados o exiliados, cuando no asesinados.
Salud.
Tremendo ejemplo el de los anarquistas rusos y cubanos.
Lo sé. Pero existen testimonios.
Qué triste que a personas como Joaquín Ascaso, les sucedieran cosas tan terribles.
A pesar de todo, asentaron bases y recios ideales, de los que hoy en día se siguen hablando vs conociendo.
Un abrazo.
Ascaso es otro de los rescatados del olvido y que se reivindica, desde el anarquismo, como un hombre que defendió sus convicciones aun sabiendo los disgustos que esa decisión le acarrearían.
Otro abrazo.
Sí. Ya sé, el anarquismo rechaza el estado y para el comunismo todo es estado, pero aun con todo recuerdo como me impacto aquella escena. Podían haberse unido en su lucha contra el fascismo y luego ya veríamos. Así les fue.Yo creo que la izquierda siempre estuvo muy divida.
El error fue creer que el enemigo común era fácil de abatir y que la guerra tenía corto recorrido y estaba ganada. Pero la guerra se perdió mucho antes, por no frenar el pistolerismo de unos y otros y no tomar en serio el ruido de sables que sonaba por todo el país meses atrás.