«Fitizú»: Archivo personal
Cuando, en la tarde del miércoles, comenzó el pleno del Ayuntamiento, había tanto público en la sala que los asistentes en pie doblaban en número a quienes habían podido ocupar una silla. La razón de semejante afluencia no era sino el punto 3 de los asuntos a tratar en la convocatoria, en el apartado de Resoluciones: «Aprobación del levantamiento del reparo de las facturas del área de Medio Ambiente correspondientes al Proyecto Michinos».
El Proyecto Michinos —coordinado por la veterinaria y llevado a cabo hasta hace dos años exclusivamente por iniciativa privada— son un conjunto de protocolos ambientales y sanitarios que suponen el control censal, desparasitación, vacunación y, en último caso, esterilización, de la colonia felina del Barrio, sin distinción entre gatos domésticos o callejeros, por entenderse que todos los miembros de la colonia transitan libremente por la localidad. Al Proyecto se unió, en 2017, el Ayuntamiento del Barrio, que aprobó una subvención anual de 125 euros para la adquisición de medicamentos y material sanitario.
En el pleno extraordinario celebrado en el mes de enero, la Interventora del Ayuntamiento puso reparos no suspensivos a las facturas correspondientes al año 2018 presentadas por la coordinadora del Proyecto, al exceder las mismas del presupuesto destinado por el ente municipal y, aunque fueron aceptadas, se conminó a la responsable del Proyecto a documentar el desfase entre la subvención concedida y los gastos realizados. Al día siguiente del pleno, la veterinaria presentó en el Ayuntamiento un pliego en el que se especificaban las aportaciones privadas recibidas, que se correspondían con la partida de gastos que no cubría la subvención; la documentación fue admitida quedándose en que, en el siguiente pleno, se levantaría el reparo.
A las ocho y diez de la tarde del miércoles, con el punto 3 de la convocatoria aprobado entre aplausos de la concurrencia, y ya en el turno de Ruegos y preguntas, Presen, la del Invernadero, voluntaria del Proyecto Michinos, solicitó al Ayuntamiento que se estudiara la ampliación de la ayuda en función de las necesidades reales que han de cubrirse, petición a la que la presidenta de la corporación respondió con un escueto “Imposible”, que lleva repitiéndose, cual estribillo, pleno tras pleno.
Estas jornadas se celebraron ya, pero no he encontrado información digital sobre ellas, aunque sí la tengo en papel y bajada en pdf para enviarla a una amiga.
He visitado la página que enlazaba el periódico y he comprobado que se trataba de la aplicación del Programa CES, que es el que se está llevando a cabo en la mayoría de municipios españoles con los gatos callejeros. Sin duda, unas interesantes ponencias las de esas Jornadas Gatunas que no sólo abordan la salubridad mediambiental sino el bienestar de los felinos.
En la entrada de la urbanización en la que vivo en Zaragoza, hay una colonia de gatos subvencionada íntegramente por el ayuntamiento. Sobre las 10 de la mañana viene todos los días un señor mayor al que ya están esperando los 8 ó 10 gatos que hay en la colonia, les trae agua, comida… también los esterilizan y luego los vuelven a soltar.
En las localidades pequeñas, donde todos los gatos, independientemente de si pertenecen o no a una familia, callejean, el tratamiento es diferente y es suficiente con la colaboración de sus habitantes para llevar un buen control censal; ni siquiera se necesita la figura del alimentador porque la colonia gatuna tiene muy fácil el acceso a los alimentos en los corrales.
Los 125 euros al año no me parece mucho dinero y comprendo que se aprovechen los plenos para pedir más porque la buena salud de los animales es importante para la salud de las personas.
Me gusta el gato de la fotografía. ¿Está encerrado por algún motivo?
Un abrazo y felices domingo y semana.
Los entes municipales de las localidades pequeñas consideran cuasi extravagante invertir el dinero comunal en estos menesteres, de ahí que la implicación sea mínima.
Fitizú, la gata de la foto, ronda libremente por cualquier sitio y que se halle detrás de una malla metálica es sólo casualidad.
Más abrazos y provechosa semana, Pili.
Me parece una buena iniciativa, que salvo error u omisión, no conozco nada parecido aquí en Las Palmas (u otro municipio de la isla).
Tampoco veo muchos gatos callejeros, todo hay que decirlo.
Con la salvedad de los complejos turísticos del Sur, a los que le vienen bien tenerlos para mantener a ralla las indeseadas cucarachas, que tanto gustan del calor y la humedad reinante por esos lares.
Supongo que los Organismos Públicos no quieren reparar en estos menesteres. Y que de hacerlos algunos, son una excepción ante la mayoría de ellos.
Un beso, Una mirada…
P.D: ¿sabes que tienes deshabilitado los comentarios en tu última entrada? Quise dejar un comentario pero no pude.
El Programa CES es un procedimiento que se sigue en casi todas las ciudades y localidades grandes para las colonias de gatos callejeros; no he mirado Canarias, pero seguro que lo hay en aquellos lugares donde las colonias son abundantes. Los Ayuntamientos «grandes» cubren por completo todos los gastos y suelen ser las Protectoras de Animales las que se encargan del voluntariado con los mininos para controlar que todos los procedimientos lleven aparejada la ética.
En cuanto a los comentarios deshabilitados del siguiente post, me vi obligado a ello por la actitud irrespetuosa de un comentarista multinick. Siento las molestias causadas.
Un abrazo.
Perdón, «mantener a raya» quise escribir.
A los suizos tendré que explicarles lo que es un gato callejero. No creo que lo entiendan.Los dueños son responsables de sus mascotas, que es lo que debería hacerse en todas partes. Y el ayuntamiento debería ocuparse del resto de animales para que estos y humanos puedan convivir sin temor a accidentes o enfermedades.
El problema es que no ha calado del todo la sensibilización contra el abandono de animales. Por otra parte, los gatos son un valor añadido en cualquier entorno y es importante su control en todos los ámbitos para que la convivencia con los seres humanos no perjudique ni a unos ni a otros, de ahí que se lleven a cabo actuaciones con las colonias felinas.