«Expo Más Que Libros»: Olga Berrios
La idea de desempolvar a Heinrich Böll durante la Semana del Libro en la biblioteca del Centro de Cultura Popular, se le ocurrió a la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio cuando regresaba, con María Petra e Iliane, de recoger a la última del festival Viña Rock. De noche, y con casi quinientos kilómetros por delante, se sucedían música, anécdotas, confesiones, cansancio, asfalto y jolgorio, cuando María Petra, que acababa de ceder el turno de conducción a la veterinaria, empezó a entonar, en su deslucido francés, una versión cuasi rockera de La mer, que llevó a la veterinaria a evocar a Agnès Hummel, cuyo padre, prisionero de los alemanes, tuvo oportunidad de escuchar al autor, Charles Trenet, en directo, en una de aquellas propagandísticas giras organizadas por los nazis en la Francia ocupada. Fue entonces cuando Iliane recordó la primera vez que estuvo en casa de Agnès Hummel, cerca de Uzès. Agnès, que tenía muchos invitados ese fin de semana, había habilitado para Iliane una cama en el estudio, rodeada de estanterías abarrotadas de libros; de madrugada, Iliane se despertó con la sensación de haber escuchado ruidos y, apenas incorporada del colchón hinchable sobre el que dormía, una de las combadas baldas de una estantería cayó con su voluminoso contenido de papel encima del improvisado lecho, aunque sólo uno de los libros golpeó a la muchacha: El honor perdido de Katharina Blum, de Heinrich Böll.
Y así, durante la Semana del Libro que se celebra en el Barrio del 28 de mayo al 4 de junio, la sección «¡Que rule!», dedicada en exclusiva a rescatar del olvido a un autor y su obra, ha tenido como excelso protagonista al puntilloso y genial autor y Nobel alemán, llamado el alma buena de Colonia.
Hoy me has hecho viajar por medio Europa desde Alemania a España, de aquí a Francia, también he visto el mar en la voz de Charles Trenet y al final me ha caído en la cabeza un libro como consecuencia de la agitación de la prensa sensacionalista donde empezaba a rebullir en su interior, el terrorismo, el amor y la política.
Si el viaje ha sido de tu gusto y has disfrutado de música, paisajes y personajes, habrá valido la pena escribir el articulillo.
Las mejores ideas surgen de esa manera tan casual como aquí encadenando situaciones. No he leído nada del autor que propones y me ha gustado la sinopsis de Katharina Blum.
Me voy a aplicar el «¡que rule!» de la biblioteca.
Un abrazo y buen fin de domingo.
Si empiezas con Katharina no te decepcionará y te animarás con Opiniones de un payaso u otra obra.
Buen domingo (lluvioso) y mejor semana.
Opiniones de un payaso, esa es para mí la mejor. La leí hace muchos años y no se me ha olvidado.
Es una excelente novela, aunque al tratarse de una traducción se pierden los giros renanos. Hace un par de días terminé El pan de los años mozos. Me ha gustado incluso más que Opiniones.
No creo que la versión rockera de La mer fuera más sorprendente que esta del propio Trenet
Quien tuvo, retuvo. Pero no creas que hay tanta diferencia entre la versión que he puesto -que será de principios de los cincuenta o así- y esta tuya más actual, aunque en la otra no haya coros y la orquesta sea más modesta.
Esta tiene más ritmo ¿no crees? Aunque prescindas de los coros y la orquesta.
Sí, hay más movimiento y mayor sonoridad; en la versión antigua la música suena muy por debajo de la voz.
Paseo chachi saliendo de un entuerto
si escribes el alma buena de Colonia
a mi el buscador me lleva a – El alma buena de Se-Chuan – del tambien alemán Bertolt Brecht, juas y rejuas, parece que el goglito ya se adapta a cada personalidad,
– Esta es puta, pos toma.
A Bolt me parece haberle leido Opiniones de un Payaso, pero te juro que ya no me acuerdo de nada, debió ser hacia final
es de los 70 que estuvo de muy de moda como todos los alemanes, clic que te clic por aqui y por alli y no se como me llevas a mi querido nodo50.org, hacía más de un año que no los visitava. Siguen en la trinchera,
….y fondo sonando el mar,
¡Ay! marimar.
Kissss y Kissss
Se supone que los enlaces se insertan para facilitar la comprensión del sentido del texto, mas en ocasiones se convierten en una ruta con múltiples encrucijadas donde abundan los recovecos.
tava?
ummmm
Apunto la de «El pan…» que menciona en alguno de los comentarios: no la conozco y entran ganas de abrir nuevas lecturas….
Salud!
Es una novela no muy larga pero intensa que transcurrre en un sólo día y donde el mundo de Böll aparece magistralmente retratado.