«Paso a paso, la vida»: Archivo personal
El día que inhumaron a Marianito de [Casa] Chapullé, sonó, entre el dolor y la rabia, Jello Biafra desde los bafles situados a pie de calle en el Mia-te tú. Nadie, ni las más quisquillosas vecinas, tuvo arrestos para reconvenir a aquella panda de dolientes pirados, capitaneados por Anaïs, la hija del fallecido, que daban el postrer adiós al amigo ausente. Solo el mosén, contrariado porque la familia le hubiera hurtado un funeral al uso, comentó en el Salón Social que aquella manera estridente de homenajear al finado se asemejaba más a un aquelarre que a una sentida despedida, por muy laica que ésta se pretendiera.
Marianito murió dos días antes de cumplir cincuenta y ocho años; en su casa, como había pedido desde el hospital a su mujer y a su hija cuando supo que su estado era ya irreversible.
A principios de junio, con más fuerza de voluntad que energía, dio una charla sobre la Historia de la Objeción de Conciencia y la Insumisión desde finales de los años setenta hasta la supresión definitiva del Servicio Militar Obligatorio el 1 de enero de 2002. A Marianito de Chapullé, licenciado en Clásicas, que no sólo se negó a hacer la mili sino la Prestación Social Sustitutoria —fue el primer y único insumiso del Barrio— su postura personal le costó, como a tantos otros, ocho meses de cárcel, la inhabilitación para optar por un empleo público y la injusta etiqueta de inadaptado. Fue reponedor en un supermercado, profesor de Latín y Griego en una academia y, en los últimos años, agroganadero, actividad que, según confesaba, le había dado las mayores satisfacciones. Y, a su lado, siempre, Araceli, profesora de instituto, con la que se ennovió cuando ambos tenían dieciséis años y que compartió idénticas inquietudes y filosofía de vida.
En aquella charla de junio, con el rostro demacrado bajo la barba y la melena agrisada enmarcándole las facciones, habló Marianito de Chapullé de un objetor mítico, el entrañable Pepe Beunza, un joven de buena familia que en 1971 fue condenado por acogerse a la objeción por motivos políticos, pasando tres años y dos meses en diez prisiones diferentes, amén de otros quince meses en un batallón disciplinario de la legión en el Sahara. Beunza, católico, fue galardonado en 1970 con el Premio Internacional Juan XXIII de la Paz. En 1972, el compositor Cristóbal Halffter compuso en su honor una cantata titulada Gaudium et Spes (Beunza), que no pudo estrenarse en España hasta 1977 y en la que se incluían algunas de las frases que Pepe Beunza había leído durante los Consejos de Guerra que le instruyeron. La actitud antimilitarista de Beunza fue el germen del Movimiento por la Objeción de Conciencia y el referente de Marianito de Chapullé cuando, consecuente con sus ideas, se negó a cumplir con el Servicio Militar.
ANEXO
La Utopía Insumisa de Pepe Beunza, Perico Oliver Olmo, 2003
Sobre la objeción de conciencia, tengo a un compañero que nos seguimos viendo la mayoría de los miércoles en nuestro habitual almuerzo mañanero, y cuando fue llamado a filas, dijo que nanay, que no iba a hacer la mili. Estuvo en busca y captura bastante tiempo pero se libró de ir a prisión militar cambiando constantemente de trabajo y como era una persona bastante instruida y que siempre trataba de ayudar en los trabajos a los más desfavorecidos le iban echando de las empresas por soliviantar al personal.
Hoy en día da clases esporádicas de ciencias y tecnologías en determinados colegios e instituciones de Zaragoza, ya que se desvinculó de Telefónica por una indemnización que se les ofreció a los empleados.
Por lo que cuentas, tu compañero era, también insumiso, de los llamados «invisibles», porque nadie fue capaz de dar con él para llevarlo a juicio. Hubo algunos que consiguieron, sin tan siquiera esconderse demasiado, librarse de las consecuencias de su opción recurriendo a amistades y familia.
¡Dios mio! la de años que me has echao encima
Bueno
Conocí de todo
Gente que no quería hacer la mili, antilmilitaristas, e insumisos, pero fueron grados o peldaños de la escalera,
Recuerdo el término como OBJETORES DE CONCIENCIA que fueron recogidos por varias sentencias fuera de lo militar
Sin lugar a dudas El Beunza, (por alguna deformación yo lo recuerdo bonza), fue un referente, También recuerdo gente que salió al extranjero simple y llanamente para no hacer la mili, hasta que inventaron el servicio militar sustitutorio
Pero vamos, me hubiera gustado estar allí en la calle escuchando a los Dead Kennedy en holiday camboya o california huber.??…
Los Ramones eran mucha tela pero los Dead Kennedy eran como una sublimación de esos,
A toahostia GUAAAAAOOOOOOO!!! Buen funeral para Marianito que no quería descansar en paz
HOy no hay conciencia para esas letras
A veces, más que haber hecho un largo recorrido vital es suficiente volver la vista atrás para reconocer todas esas aportaciones particulares que, sumadas, conforman la Conciencia Social.
Algunas personas jóvenes olvidan que muchos de los que ahora son viejos y viejas fueron, también, jóvenes con inquietudes sin cuyas aportaciones nuestros principios no serían los que son. La rebeldía, el inconformismo, la ilusión, la utopía no son actitudes recién adquiridas. Han sido el motor que ha transformado las sociedades y que las seguirán transformando mientras quede un aliento humano en el planeta.
Para los que vivimos activamente los últimos años del franquismo y la Transición, es muy triste cuando ahora se dice que aquello no sirvió de nada, que todo se hizo mal.
Es justo comprender y valorar a todas las personas que no se arredraron y fueron capaces de generar una ilusión capaz de romper barreras; gente normal que hizo posible ese Pequeño Mundoi Nuevo que se abrió a un futuro que hoy ya es presente, pero la Transición política, la surgida desde el Poder no fue sino un «aquí paz y después gloria», un cerrojazo a un pasado doliente de aceptación de la desmemoria, una manera de sacudirse responsabilidades. Y es eso lo que se critica cuando se juzga y analiza esa Transición.
Mariano Chapulle es un personaje ficticio. Solamente 4 personas portan ese apellido en primer lugar: yo, José Manuel, mis 2 hermanas y mi hija. Procedemos de Quicena (Huesca) de una Pardina cercana al Castillo de Montearagon. Supongo que se trata de una licencia literaria.
Obviamente, José Manuel, y, salvo contadas excepciones, las personas reales no públicas reseñadas en esta bitácora no aparecen con sus apellidos verdaderos. La denominación Casa Chapullé es, pues, como apuntas, una licencia literaria.
Hola José Manuel, yo tambien me apellido Chapulle. Me gustaría conocer algo más del origen del apellido, tú podrías ayudarme? Gracias y un saludo