«Marceline»: DPHuesca. Exposición
Marceline fue el payaso más popular, aplaudido y admirado de la primera década y media del siglo veinte. Divertido y original, sus gags deleitaron a espectadores de París, Londres, México y Nueva York. Su éxito en Estados Unidos tuvo tal magnitud que, además de intervenir en algunas películas —protagonizó, en 1915, el cortometraje The Mishaps of Marceline— y shows en los mejores teatros de Broadway y ser portada en los más importantes periódicos, inspiró una tira cómica —The Merry Marceline— que publicaba el New York World. Contaba entre sus fans a Buster Keaton, que lo consideraba el mejor payaso del mundo, a la bailarina Anna Paulova, con la que había compartido escenario, y a Charles Chaplin, que había actuado de niño, en Londres, en uno de los espectáculos de Marceline. Pero un día los focos que seguían sus evoluciones se apagaron para él; su nombre desapareció de las marquesinas de los grandes teatros y el público olvidó a aquel exitoso payaso de orígenes inciertos —¿era inglés? ¿tal vez francés?— que, unos años atrás, concitaba larguísimas colas en las taquillas de las ciudades donde actuaba. El 5 de noviembre de 1927, Marceline, el gran payaso, arruinado por unas malas inversiones —el fracaso de sus dos restaurantes en Greenwich Village y Connecticut habían hecho desaparecer los buenos caudales obtenidos en sus años de bonanza—, condenado a malvivir de pequeñas actuaciones en salas de tercera, solo —se había divorciado años antes de su esposa, Ada Holt— y deprimido, se suicidó disparándose un tiro en la cabeza en la habitación del modesto hotel donde residía. Su entierro fue costeado por la Asociación de Artistas de Vodevil y, cuentan, que sobre su féretro llevó la más espectacular corona de flores jamás vista. La envió Charles Chaplin. Fue enterrado en el cementerio de artistas de Kensico, en una tumba que continúa, hoy en día, sin lápida.
Isidro Marcelino Orbés Casanova nació en la calle Castellar de Jaca (Huesca), en el seno de una humildísima familia, el 15 de mayo de 1873. Se dice que en una función de circo a la que asistió, cuando tenía siete años, en Zaragoza —ciudad de la que procedía su familia paterna; la materna, de la localidad oscense de Bailo— descubrió su afición circense y se preparó concienzudamente para ser acróbata. En Barcelona, donde recaló la familia en busca de una vida mejor, debutó con el Circo Alegría, pero un grave accidente mientras realizaba un difícil ejercicio le apartó de las acrobacias; Marcelino continuó en el circo, integrando la troupe de los payasos en un papel de escasa relevancia. Poco a poco, la habilidad de Marcelino Orbés para hacer reír le hizo subir peldaños y, recorriendo Europa, de circo en circo, su nombre artístico, Marceline, empezó a ser conocido. En 1900, ya famoso, recaló en Londres y, cinco años después, fue contratado en Estados Unidos, donde se convirtió en una de las grandes figuras del espectáculo. El mejor payaso del mundo.
Creo que en Bailo ya no lo recuerda nadie, al menos yo nunca había oído hablar de el. Del corto The Mishaps of Marceline han hecho una mínima reconstrucción, con media docena de fotos y mucho texto.
En Facebook, hay un vídeo sobre un viaje que hizo el payaso Marino Clown por EEUU concluyendo con la visita al cementerio de Kensico donde esta enterrado sin lápida Marcelino Orbés.
Precisé lo de Bailo por ser tú de allí, porque ciertamente el hombre ha permanecido en el olvido -al menos en Aragón, porque en EEUU hay abundante bibliografía sobre su trayectoria y su fallecimiento- décadas y más décadas. Fue una beca de investigación de la DPH la que desenterró la historia del desconocido paisano Marceline, del que Charlot sacó alguna de sus características poses y al que alude en sus memorias.
Por haber dejado dos enlaces, mi comentario está pendiente de moderación.
Publicados quedan los enlaces que aportas. Gracias. El de las fotos lo había visionado, pero no el del cementerio.
Triste historia la de ese payaso, que no conocía. No tan antiguo es Charlie Rivel, el payaso con el que más me he reído… y me sigo riendo ahora al ver sus vídeos.
Un payaso de renombre, Charlie Rivel, y venturoso por contar con al aprecio del público. Al menos, su recuerdo pervive.
Lo desconocía. Realmente tan apasionante como olvidado… Una pena el no recordar esas vidas forjadas a base de esfuerzo y dedicación… Lo he investigado, e incluso seguido en youtube, como imagino ya habrá hecho usted.
Salud!
En mi caso pasé de no saber nada del personaje a tener tantos datos que resultaba apuballante. Hace casi un año que tenía in mente dedicarle un post, pero siempre dejaba para otro momento la idea por la cantidad de bibliografía que había ido acumulando. Por eso, cuando decidí dedicarle unas líneas, me olvidé de la bibliografía y, simplemente, intenté resumir al máximo lo que sabía de él.
Salud.
…y cuantas vidas se nos quedan en el tintero, a la espera del mejor momento para hablar de ellas, y terminamos por olvidarlas.
Demasiadas vidas, sí. Vidas que nos acompañaron y vidas que conocimos por otras bocas o en lecturas que dejaron un rastro fascinante. Todas dejaron su impronta y, en ocasiones, surge el destello en la mente y regresan a nuestro presente, que ya no es el suyo.
La primera vez que leo algo de este Marcelino.
El tío va, y se mata.
¡Menudo final de carrera!.
Si lo hizo para hacernos reir tiene dos collejas.
Pero seguro que no le importaría que nos riéramos por ello
Así que juas y rejuas por Marcelino
Buen fin de semana
Creo que, si pudiera atisbarnos, se carcajearía él de ese avasallador resurgimiento a casi 90 años de aquel día en el que, tras desparramar sobre la cama sus fotografías y sus trajes de farandulero, dejó que cayera el telón definitivo.
Buen finde también.
Como a los que han comentado antes también me era desconocido este payaso que nos descubres. Qué trágico destino para una persona que tantas risas dio y por no tener, ni una lápida que lo recuerde.
Un abrazo.
Triste final, sí… Pero quedémonos con los años felices -que, sin duda los tuvo- de nuestro merry Marceline.
Otro abrazo para ti.