«La moza del perol»: Ricardo Compairé
La señorita Valvanera, la antigua maestra, lleva desde junio de mil novecientos setenta y dos manteniendo y ornamentando el nicho donde reposa Marisefa, la niña merchera que pereció ahogada en los Sifones. La veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio —que nunca coincidió con Marisefa porque sus respectivas familias acampaban en la explanada del barranco en diferentes épocas del año— hizo sustituir, hace cuatro años, la lápida, algo deteriorada y anodina, por otra de mármol blanco ligeramente moteado y con un sorprendente trabajo en relieve donde se observa una paloma posada sobre una rueda de carro —símbolo de los nómadas—.
La familia de Marisefa se dedicaba, amén de a la venta ambulante, a un oficio de los ahora llamados perdidos: el vareo de la lana de los colchones al objeto de hacerlos más mullidos. Para ello, se golpeaba rítmicamente la lana depositada en el suelo con unas varas largas y convenientemente delgadas hasta obtener un buen volumen que se extendía sobre la tela rectangular que servía de base para, a continuación, colocar sobre la lana otro rectángulo de tela que se cosía a la base con fuertes puntadas por los laterales, mientras por la parte central se introducían, a través de unos agujeros hechos ex profeso, unas cuerdas trenzadas o lisas firmemente anudadas que atravesaban el colchón de parte a parte y mantenían la lana prieta e inmóvil en su interior.
Los padres de Marisefa abandonaron el Barrio tres días después del entierro de la chiquilla. Nunca regresaron. Durante unos años intercambiaron comunicaciones epistolares con la señorita Valvanera que, poco a poco, fueron espaciándose hasta interrumpirse. Pero ella, la vieja maestra, no ha perdido la esperanza del reencuentro y cada cierto tiempo deposita flores frescas en la pequeña repisa del nicho de mármol blanco.
He releido algunos de los post de los tags barrio y naturaleza para ponerme al día para la semana que voy a pasar en el camping de Lecina. No voy a pasar por alto ni la piedra más pequeña, je, je.
Salud.
Buen sitio, pardiez.
Que barranquees mucho y te oxigenes bien, Fer.
(Y cuidadín con el agua de Colungo).
Esta foto ¿no es la portada del libro «Orosia. Mujeres de sol a sol»?
Recuerdo a los colchoneros en Bailo. En mi casa en Zaragoza, la lana la vareábamos entre todos, pero antes la teníamos que escorpinar una vez que mi madre descosía la tela del colchón y la lana quedaba suelta.
Los primeros días era una gozada dormir en esos colchones, posteriormente se cambiaron por unos más modernos que venían ofreciendo por las casas a cambio de los de lana.
Efectivamente, Jubilado. Es la misma fotografía que se utilizó para ilustrarlo; forma parte de la fototeca de la Diputación de Huesca. Compairé fue un puntilloso retratista de las gentes y sus actividades cotidianas.
La verdad es que los colchones de lana quedaban vistosos recién cosidos.
Dicen que un@ se mantiene vivo en cuanto alguien lo recuerde. De alguna manera el espíritu de Marisefa vive a través de los cuidados de la señorita Valvanera, a la que cada vez admiro más.
Espero que cuando ella se vaya, alguien la mantenga viva con su esmero.
Abrazos
La señorita Valvanera, que es una mujer decidida, forma parte de esos seres humanos cuyas mejores enseñanzas residen en sus acciones, aunque ella considera que hace lo que puede y debe, sin más.
Besos, Trini.
Hola, a ver si alguien me puede ayudar, por casualidades de la vida di con la foto de la moza del perol, es una niña merchera de mi etnia foto realizada por Ricardo Campaire. Me gustaria saber si la señorita Valvanera sigue con vida y si es asi como me podria ponerme en contacto con ella, ya que esa niña es pariente mia. Antiguamente era muy complicado tener noticias de unos y otros, y mas si como nosotros eramos nomadas estabamos de un pueblo a otro por toda las regiones de España. Me gustaria saber donde esta enterradala niña para ir alli estaria contenta y hacerle un homenaje. Un cordial saludo
Hola, Remedios.
«La moza del perol» es una fotografía de una colección que realizó Ricardo Compairé (fallecido en 1965) entre 1921 y 1934; la muchacha fotografiada es una integrante de una familia de caldereros húngaros. La fotografía pertenece al fondo de archivos de la Diputación de Huesca.
En cuanto a la pequeña Marisefa, he enviado tu comentario a un familiar de la niña para que, si lo desea, contacte contigo directamente, si no tienes inconveniente en que le pase la dirección de correo electrónico que has dejado.
Un saludo.
Hola una mirada, muchas gracias por contestar a mi comentario… me imagino que la familia de la niña no quiere en ponerse en contacto conmigo por desconfianza etc, algo muy nuestro de los mercheros españoles. Este es mi correo m.garcia5@hotmail.com
Hola una mirada, muchas gracias por contestar a mi comentario… me imagino que la familia de la niña no quiere en ponerse en contacto conmigo por desconfianza etc, algo muy nuestro de los mercheros españoles. Este es mi correo m.garcia5@hotmail.com
Espero que tu llamamiento tenga éxito.
Saludos cordiales.