Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘CNT’

«Lugar de Memoria»: Archivo personal

 

95º aniversario de la Sublevación Republicana de Jaca (1930).

 

Al otro lado del río Isuela, en la circunvalación que comunica con la modesta zona industrial de Huesca, el monumento [FOTO] a los capitanes Galán y García Hernández —a los pies de la loma conocida como Cerro de Las Mártires, a menos de un kilómetro del polvorín donde ambos militares fueron fusilados tras la fallida Sublevación Republicana de Jaca de 1930—, relanza recuerdos aprendidos que arrastran los pies del caminante hacia la pendiente que, mediante unas escalinatas, facilita la ruta hasta la cima del tozal.

Antes de entrar en la historia como Cerro de Las Mártires, la loma oscense fue conocida como Tozal de las Forcas, por ser lugar de ajusticiamiento en tiempos de los visigodos y del Islam. Pero el nombre que prevaleció fue el de Las Mártires.

 

Dícese que, en el siglo IX, las hermanas Nunilona y Alodia Ben Molit, nacidas en Adahuesca (Huesca), de padre musulmán y madre cristiana, fueron denunciadas por un tío suyo a Jalaf, emir de Alquézar, por profesar la religión cristiana cuando la ley obligaba a los hijos de padre musulmán a mantener la religión de su progenitor. Como Jalaf no emprendió acción alguna contra las niñas, el familiar trasladó la denuncia a Zumail, valí de Wasqa/Huesca, que ordenó la detención de las hermanas y su traslado y encarcelamiento en la ciudad, donde fueron presionadas para adjurar de su fe. Inamovibles Nunilona y Alodia, fueron decapitadas y sus cuerpos quedaron expuestos a las alimañas en el Tozal de las Forcas. Cuenta la tradición que los buitres velaron los cuerpos y que, por la noche, una luz cegadora envolvió los cadáveres, así que Zumail mandó arrojar los restos a un pozo del centro de la ciudad de donde fueron robados por los cristianos y trasladados secretamente a Pamplona y de ahí al monasterio de Leyre para retornar, siglos más tarde, a su Adahuesca natal. En el siglo XIII se construyó en el tozal una ermita dedicada a las mártires aboscenses que sería remodelada a principios del siglo XVIII.

 

Anexo a la ermita levantada en el Cerro de Las Mártires, se halla el cementerio viejo de Huesca donde se llevaron a cabo las vejaciones y asesinatos de hombres y mujeres oscenses antifascistas en los primeros años de la guerra (in)civil de 1936. Y allí mismo, testigo de la barbarie de la guerra, presidiendo la ladera norte, se levanta un monolito [FOTO], erigido en 1885, que recuerda a Manolín Abad y a los defensores de la I República, fusilados en 1848.

 

Manuel Abad, Manolín, nacido entre 1815 y 1818 en Huesca, dirigió al grupo de luchadores republicanos aragoneses —conocidos como partida de las Cinco Villas— levantados contra la monarquía borbónica que, tras asaltar, la madrugada del 26 de octubre de 1848, el cuartel de Ejea de los Caballeros y hacerse con dinero, armas y caballerías, pero sin causar víctimas, emprendieron una ruta sin retorno posible que les llevó por Rivas, Luna, Bolea y Ayerbe hasta Huesca, donde recalaron el 30 de octubre perseguidos por las tropas reales. De allí, tras liberar a los presos políticos, marcharon a Siétamo, donde se atrincheraron en el hoy inexistente castillo para terminar pactando una rendición cuyos términos traicionarían, aun antes de estamparse las firmas, los representantes de Isabel II. Detenidos los integrantes de la tropa republicana y trasladados a Huesca, Manolín Abad y siete de sus lugartenientes fueron pasados por las armas el 5 de noviembre. Dos días después, tras un macabro sorteo entre los detenidos, serían fusilados otros seis miembros de la partida republicana; del resto de los arrestados muy pocos quedaron en libertad; la mayoría fueron embarcados en Valencia con destino a Filipinas.

 

…Y soñaba la ciudad frente al cerro del otro lado del río que, algún día, ese tozal descuidado pero donde no habitaba el olvido, devendría en bosquecillo frondoso que agitaría el ramaje celebrando la lucha por la libertad. Y, así, el Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca, con el apoyo de la CNT, propuso al Ayuntamiento oscense dignificar el Cerro de Las Mártires y hacer de él un Lugar de Memoria.

En el mes de diciembre de 2014, ya convertido en parque Mártires de la Libertad, el histórico tozal lució sus nuevas galas vegetales para ser testigo de la inauguración, en su cima, del Monumento a los Mártires de la Libertad, una pirámide truncada de hormigón [FOTO DE LA RÉPLICA DE RECUERDO] cubierta por 545 prismas de caliza —uno por cada víctima oscense documentada, amén de paneles con los nombres de todas las víctimas—, obra del arquitecto municipal, y la inscripción, con los logotipos del Consistorio y del Círculo Manolín Abad: “A los mártires de la libertad, mujeres y hombres asesinados en Huesca entre Julio de 1936 y Enero de 1945 y a sus familias destrozadas. Diciembre de 2014”, además de una placa de la CNT que reza: “En recuerdo de todos los antifascistas, hombres y mujeres que sufrieron la represión, la guerra, la cárcel, el exilio y la muerte, para que su vida, lucha y ejemplo no caigan en el olvido. Huesca, 14 de Diciembre de 2014”. Ambos textos se pueden leer también en Braille.

Read Full Post »

IMG-20211208-WA0017-A

«El teatro Olimpia en los años 30»: Archivo de fotos antiguas


En el Coso Alto —que, con el Coso Bajo, conforma la vía peatonal que discurre por el centro de Huesca—  se levanta la fachada neoclásica del teatro Olimpia, construido por iniciativa privada e inaugurado el 9 de junio de 1925. Cerrado para su reforma y rehabilitación en 2003,  volvió a abrir sus puertas en 2008 [FOTO], regresando a la vida de una ciudad que, pese a su poca extensión y número de habitantes, goza de variadas propuestas socioculturales de las que el Olimpia ha sido, muchas veces, el anfitrión, como en el caso del Festival Internacional de Cine que, cada mes de junio, convierte Huesca en la capital de cortometrajes y documentales, habiendo adquirido tal relevancia que la preselección de los cortos que optan al Óscar y al Goya se realiza partiendo de los premios recibidos en la Sección de Concurso del Festival de Huesca.

Imposible dejar en el tintero, a propósito del Festival de Cine, el premio «Francisco García de Paso», con galardón pero sin dotación económica, que distingue al cortometraje que más destaca por resaltar los valores humanos. Paco García de Paso (1948-1994), que da nombre al premio, fue profesor de quien esto escribe; hombre talentoso y persona bondadosa, dejó su marchamo humanista en los muchachos y muchachas que tuvieron el privilegio de asistir a sus seminarios en el instituto Ramón y Cajal y al que, pese al tiempo transcurrido, mantienen en el recuerdo.

Fue el inolvidable Paco quien, en cierta ocasión, en una charla informal sobre el anarquismo, habló a las chicas y chicos del mitin multitudinario que la CNT celebró en el teatro Olimpia aquel domingo, 26 de enero de 1936. Lo organizó y presidió el admirado Ramón Acín Aquilué (1888-1936) que, en su alocución inaugural, resaltó la importancia de las mujeres, dueñas de su destino y compañeras de los hombres, siempre a su misma altura,  en su lucha para conquistar la libertad y la emancipación. Al discurso de Acín siguieron los de otros conocidos anarquistas: los aragoneses Miguel Chueca Cuartero (1901-1966) y Miguel Abós Serena (1889-1940) y el escritor y periodista gaditano, representante de los sindicalistas andaluces, Vicente Ballester Tinoco (1903-1936).

El tema central de las disertaciones fueron las elecciones generales que iban a celebrarse aquel 1936, resaltándose los recelos de la CNT por la pusilanimidad de los partidos de izquierda concurrentes e insistiéndose —con independencia de decidirse por votar o abstenerse— en la necesidad de mantenerse alertas ante el fascismo para no ceder en la conquista de las libertades. Ninguno de aquellos hombres de convicciones firmes ni el público asistente podían prever que, seis meses después, un golpe militar daría lugar a una guerra que destrozaría vidas y anhelos de muchos españoles; incluidos los presentes en aquel histórico mitin.

Read Full Post »