«Second-Hand Bling»: Clay Bodvin
Las guijarros artísticamente incrustados en la mesa del jardín relucen salpicados por la lluvia que también repiquetea, cual travieso duende de Otoño, en los cristales de la ventana del Cuarto de los Cataticos, donde cientos de figuritas y objetos de porcelana, cobre, plata, alpaca, cristal, piedra, madera, tejidos y arcilla, representando pastorcillos, damas dieciochescas, muebles diminutos, animales de todas las especies, ceniceros, platos, pipas, arcos y flechas, máscaras…, ornamentan muebles y paredes en ordenada, aunque aparentemente casual, disposición. Son los cataticos que dan nombre a la amplia pieza que oficia de recocina, comedor y salita de diario en la casa de la señorita Valvanera.
A través de la puerta abierta de la cocina penetra en el comedor emperifollado el aroma de la pierna de ternasco que se hornea mientras la antigua maestra y sus invitadas -la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio y su hija- avían la mesa para la comida.
En el vetusto tocadiscos un viejo vinilo de csárdás expande por la estancia sus sones in crescendo y las dos invitadas evolucionan por la habitación al ritmo de la música; la señorita Valvanera, con una fuente de apañijo en las manos, las contempla sonriente.
Ay, la señorita Valvanera y sus invitadas… Tengo la sensación (dulce) al leer tus relatos de trasladarme a épocas pasadas en las que la calma, la amabilidad y la cortesía eran algo cotidiano.
El punto de tristeza lo he sentido al leer el detalle musical que me trae al recuerdo la catástrofe de Hungría. Ójala puedan parar los efectos del vertido tóxico y no haya más víctimas.
Un abrazo
Terrorífico lo ocurrido en Hungría, sí. Y, al parecer, evitable si se hubieran tomado las medidas adecuadas, dado que ya en el año 2001 la balsa desde donde se ha producido el derrame estaba incluída en una lista de instalaciones potencialmente peligrosas…
Afectos, Luz.
Preparando mi apañijo debería de estar yo ahora, pero estoy aquí, leyéndote y emocionándome con la sencilla sencillez de la señorira Valvanera.
Abrazos
…que usted apañe la ensalada y, sobre todo, la saboree bien, doña Trini.
Otro abrazo.
La música q has puesto la conocia pero sin saber q se llamaba csárdás. Una cosa más q he aprendido gracias a ti.
Las fotos de la receta del cordero dan ganas de cocinar un plato así, casi q lo huelo.
Salu2.
Pues mira, Sands, ya sólo tienes que comprar los ingredientes, seguir los pasos que se indican y sorprender a familia y amistades con un plato típico aragonés.
Y… ¡a comer con gusto!
Estupendamente documentado este relato. Palabras autóctonas, bailes del Este.. y para rematar la información tema culinario con receta incluida. Una buena idea para un día de estos.
Saludos.
…es un plato exquisito, Esperanza.