«Mother’s Love»: Linda Norén
«Era una madre ideal y famosa en Zamora por su corazón abierto hacia la gente pobre. Papá fue, sin embargo, el ardiente anarquista de Aragón que desdeñaba la ceremonia, el sentimentalismo y el romanticismo desde el punto de vista de una persona realista».– Ramón Sender Barayón–
“No perdones a mis asesinos, que me han robado a Andreína, ni a Miguel Sevilla, que es el culpable de haberme denunciado. No lo siento por mí, porque muero por ti”, escribió Amparo Barayón a su esposo, Ramón J. Sender, en la última carta que, según cuentan, salió de la cárcel zamorana escondida entre los pañales de Andrea Sender Barayón, la hija de cinco o seis meses que, poco antes de ser fusilada la madre, le fue arrebatada porque “los rojos no pueden criar hijos”.
Cincuenta y dos años después, Ramón Sender Barayón, hijo mayor de Ramón José y Amparo, que contaba menos de dos años cuando su madre fue asesinada, daba a la imprenta un libro entrañable pese a su temática doliente, Una muerte en Zamora, donde, por encima de la estructura narrativa, se elevaba el canto de amor filial hacia el añorado ser desconocido del que le habían robado hasta la posibilidad de honrar recomponiendo migajas de recuerdos.
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Cuentan que un pretendiente despechado, un cuñado falangista de felonía probada, un cura más cercano al César que a Dios y su matrimonio con el escritor republicano aragonés, dictaron la suerte de Amparo Barayón desde el momento mismo que decidió permanecer en Zamora, ciudad que, según la historiadora Laura de Dios Vicente fue “retaguardia, despensa y granero del Ejército Nacional” durante la Guerra (In)civil.
Como reflexiona Mauro Armiño, “al que buscaban por anarquista y rojo para llevarle al paredón era a él, a Ramón J. Sender. Al no encontrar al escritor, aplicaron el código bíblico que la Inquisición había practicado en los viejos tiempos: mata hasta la séptima generación. Los falangistas que asesinaron a Barayón no se limitaron a la esposa. Un hermano y dos cuñados murieron también durante las represiones.”
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ANEXOS
Llamada del hijo de Sender, El País, 13/12/1981.
His mother and her murderer, New York Times, 1989.
Sender: Una víctima del mal, El Siglo de Europa, 1/10/2007
Página web de Ramón Sender Barayón, (en inglés).
Siempre ocurre lo mismo: cuando el ser humano considera que quedará impune de sus actos se convierte en salvaje y su crueldad no tiene límites.
En la Guerra Civil Española en concreto la barbarie fue por ambos lados y eso nadie cabal lo puede negar, porque el gentío, de izquierdas o derechas, es animal que se enciende cuando huele sangre.
En mi pueblo, según cuentan las crónicas de la época, se fusilaba incluso a niños de menos de un año… porque cuando crecieran serían «rojos». Y tengo que decirte que efectivamente los que se salvaron… fueron rojos durante toda su vida.
Saludos cordiales y cariñosos. Me gusta leerte.
Ya he oído antes y bien cerca, eso de que al no estar el que buscaban se llevaban al que estuviera, el caso era cumplir una maldita e injusta y delirante misión.
Una historia terrible, sobre todo porque sabemos que fue real…
Un abrazo
No conocía lo de la esposa zamorana de Sender ni su tragedia.
Disfruté tanto con «La tesis de Nency»…
Estupendo el enlace que nos facilitas de «El Siglo»
Este abrazo
Mi padre militó en aviación en las filas de Durruti, estuvo a unto de ser fusilñado y yo o hubiera nacido
Y luego, encima, le pillaron con propaganda para los maquis, y otra vez estuvo a punto de lo mismo
Ya nunca volvió apisar Ansó, de hecho yo no conocí el pueblo hasta varios años después de su muerte
Lo recuerdo con cariño
Sin duda, Chesana, en todo conflicto armado se cometen tropelías… Salvo que los flecos de las mismas se alargan interminablemente para quienes, perdedores, se hallan a merced de las decisiones -o caprichos- de los que ostentan el poder.
Un placer que estés por aquí y mi sincera cordialidad.
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A veces, eso es lo malo de la realidad, Trini, que sus historias componen un retablo de horrores.
Un abrazo.
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Yo descubrí primero el Réquiem… -dicen que escribió la novela en memoria de su hermano, alcalde de Huesca, fusilado el 13 de agosto de 1936-, para engancharme, después, al resto de sus novelas y cuentos. Hasta que descubrí al Sender ser humano y me impactó.
Otro abrazo, Almena.
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Importantes vivencias, Amigoplantas. Y gran y, nunca mejor dicho, afortunada baraka la de tu progenitor.
Un saludo.
Cualquier guerra es una barbaridad, pero una guerra civil es la situación más horrible en la que puede encontrarse un pueblo, sea el que sea, porque ahí no cuenta únicamente la ideología (que tampoco sería motivo para matar) como se quiere hacer pensar; va mucho más allá porque sale lo peor del ser humano, desapareciendo cualquier valor que en tiempos de paz pone límites a la barbarie.
Un saludo.
Así es, Luz. Y, desgraciadamente, tampoco del horror extraen los seres humanos la consabida moraleja.
Feliz regreso.
Me interesa mucho Sender y me gustaria que pudiera darme algun dato mas para un trabajo que estoy realizando. Muchas gracias.
En el Centro Virtual Cervantes hay un apartado, muy completo, sobre la vida y obra de Ramón J. Sénder. También puede usted recabar información en el Centro de Estudios Senderianos (mail: iea[arroba]iea.es), donde, mediante inscripción, se puede acceder a una excelente recopilación de trabajos relacionados con el escritor.
Buena suerte con el trabajo y un saludo.