«La memoria de las piedras»: Archivo personal
…y un día Bastarás quedó cercado, aislado su abandono de la mirada del caminante, convertido en propiedad privada, en coto de depredadores cinegéticos ciegos a las joyas que a modo de roquedales, covachas, hondonadas y barrancos, suavemente musicados sus afloramientos calcáreos por los ríos Formiga y Mascún, conforman el orgulloso territorrio kárstico del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Llegó la mortal necedad hasta la sierra. Llegó la mortal necedad armada y camuflada. Llegó la mortal necedad a acomodarse, fullera y retadora, sobre las huellas humildes de pretéritas gentes que amarraron sus sueños a los riscos y el humus y alimentaron la tierra con su sangre. Llegó la mortal necedad y pateó los restos desprotegidos para plantar sus bombers, sus benellis y sus sauers.
En el año 2008, un doliente y apesadumbrado Vicente Baldellou Martínez, director del Museo de Huesca y arqueólogo que descubrió y trabajó en ese espectacular yacimiento del Neolítico que fue la Cueva de Chaves, en Bastarás, declaraba: «Ha sido uno de los disgustos mayores de mi vida. Fui allí a enseñar el yacimiento a un catedrático de Valencia y nos encontramos que habían vaciado el depósito, hasta llegar al suelo firme. Las piedras que habían caído del techo, las habían sacado para hacer una represa para que beban los animales. En la cueva, a la que ahora puede entrar un coche sin problemas, han puesto un abrevadero de madera».
Del arrasamiento irreversible de ese emplazamiento único del patrimonio prehistórico aragonés, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, se hizo responsable al factótum de la empresa propietaria del coto de caza, Victorino Alonso García, al que se encausó y juzgó en 2016, siendo condenado a dos años de prisión y al pago de 25 millones de euros de indemnización por un delito contra el patrimonio. Merced al artículo 80.1 del Código Penal, que prevé la posibilidad de dejar en suspenso la ejecución de las penas privativas de libertad no superiores a dos años, consiguió eludir la cárcel, declarándose, a la par, insolvente, situación que, de pronto, seis años después del juicio y quince de la destrucción del yacimiento, ha dado la vuelta a raíz de descubrirse la trama de los Papeles de Pandora, donde el presunto paupérrimo Victorino Alonso aparece como uno de los seiscientos españoles integrantes de sociedades opacas en paraísos fiscales, con una cuenta bancaria de millones de euros de la que el empresario leonés, artífice de la devastación de la Cueva de Chaves, tiene la potestad de administración, gestión y extracción de fondos. Y a esto último se han remitido los ejercientes de la acusación popular, la Asociación Apudepa, para solicitar al Juzgado de lo Penal número 1 de Huesca el inmediato ingreso en prisión del potentado, por haberse servido de inexactitudes y falsedades al objeto de incumplir la sentencia dictada en su día.
A Vicente Baldellou (1947-2014), catalán de nacimiento y altoaragonés de corazón, a cuya pasión arqueológica se deben las actuales Rutas Prehistóricas de la Sierra de Guara.
IN MEMORIAM.
Puedo comprender el desasosiego de Baldellou al descubrir lo sucedido nada menos que en un bien protegido por la UNESCO. El resto de la historia me es familiar, es como el pan nuestro de estos años de corruptelas. Abusos y mentiras. Por supuesto una condena exactamente de 2 años, hecha a la medida y ¡como no! una premeditada y estudiada insolvencia. Ojalá la acción de Apudepa, dé sus frutos y se haga justicia, aunque ya nada restaurará el yacimiento de la Cueva de Chaves. Abrazo.
Fue una catástrofe. Del yacimiento solo quedan las fotos que hicieron Baldellou y su equipo y las piezas encontradas que, antes de la monstruosa entrada de la excavadora, se habían depositado en el museo. En primera instancia, la condena fue a dos años y seis meses, lo que no le hubiera evitado la cárcel, pero, gracias al recurso, le rebajaron esos seis meses, amén de la indemnización (que jamás hizo efectiva). El delito fue grave; se fue, con alevosía, a destrozar aquello que debía preservar por no ser una pertenencia privada suya, y, dada la trayectoria de ese individuo, los dos años de cárcel, si se logra que los cumpla, servirían de aviso a quienes, como él, cometen barbaries contra el patrimonio cultural.
Otro abrazo para ti.
Hay gente a la que no le importa nada excepto sus intereses o hobby. Lo que debería ser patrimonio de todos lo pisotean y si se tercia para, así por las buenas, pasa a ser patrimonio mío o de unos cuantos. Tremendo. El dinero que todo lo puede.
Salud.
La biografía empresarial de ese tipo demuestra su catadura y es lamentable que individuos como él tengan acceso a comprar tierras donde existen reservas culturales y/o ecológicas que, en ningún caso, van a ser respetadas. Como bien dices, hay gente incapaz de valorar aquello que no da beneficios económicos, por eso es importante que los desmanes tengan reciprocidad punitiva.
Salud.
La pena es que Vicente Baldellou no haya llegado a ver al tipo ese descubierto en sus chanchullos y en camino de ir a la cárcel, pues si se libra de ir por la destrucción de ese yacimiento arqueológico, es posible que lo haga por los otros cargos.
El bueno de Baldellou ni siquiera pudo verlo sentado en el banquillo… Con lo que tarda la Justicia en instruír un caso, la única manera de que este hombre sea sancionado es que se revoque la suspensión de la pena de cárcel por el delito contra el patrimonio para evitar que continúe toreando al personal, a fin de cuentas esa es la única causa de la que existe una sentencia que, encima, no se ha cumplido.
A Alonso se le dieron unas facilidades que no tendría ningún desgraciado, leí en el Heraldo que hace tres años Apudepa volvió a pedir cárcel y el juez les dijo que ya tenía embargada la pensión para hacer frente a los veinticinco millones. Tiene buenos abogados y barrunto que marearán la perdiz para que siga de rositas y no le salpique ninguna acusación nueva.
Saludos.
JBernal
Eso es lo que me jode, que determinadas fechorías tengan cierta venia según el estatus de quien las comete mientras que a otras personas, que delinquieron alguna vez y abandonaron las malas artes, se les sigue pidiendo cuentas.
Salud.
Haría falta un juez culto, que no todos los son…
…o un juez que aplique la llamada insolvencia punible, que trata de la ocultación de bienes para no hacer frente a la responsabilidad civil, que es lo que alega la acusación popular en este caso. Lo peor es que ese delito está a punto de prescribir y, si no se dan prisa, no se podrá hacer nada.
Esas rocas de la fotografía son del yacimiento que explicas??
No, no. Están cerca pero no guardan relación con la cueva destruida.
¡Vaya jeta!
Uno de los hombres de más patrimonio…..declarado insolvente.
También la justicia llegó tarde…….hace 6 años de la sentencia pero 15 de la destrucción.
Llegó tarde, sí, pero también llegó mal…..porque sentenció de tal manera que el acusado pudiera eludir la cárcel.
Ayyy qué impotencia se siente.
No me entra en la cabeza que alguien se le ocurra «mover un dedo, o una piedra» de un Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco.
En fin, si mi indignación es mayúscula puedo imaginar la tuya infinitamente mayor.
Gracias por compartir, no tenía conocimiento de lo que aquí relatas.
Un abrazo para ti.
Además, la destrucción no fue accidental sino alevosa; se dio la orden sabiendo que se trataba de un yacimiento protegido. Que tenía solvencia para afrontar la indemnización, se sabía, pero como no tenía nada a su nombre o lo que había estaba embargado, solo se pudo rebañarle parte de su pensión. Pero como la arrogancia termina por hacer aguas, su nombre en esa lista de millonarios con capital evadido ha sido suficiente para que el engranaje judicial se haya puesto en marcha. Ahora, a esperar que ese engranaje esté lo suficientemente lubricado para seguir hasta el final.
Más abrazos.