«Al borde del camino»: Archivo personal
Bajo el puente, el antiguo trazado de la vía del Canfranero transformado en camino de gravilla; en la hondonada, la ciudad provinciana, con las torres de la catedral dominándola en su atalaya; de frente, ya visible desde la carretera limpia de arbolado, a media hora de tranquilos pasos, el santuario. Carretera parcheada, campos de trigo y matorrales dispersos. Un desagradable olor a pollos hacinados cabalga en la brisa acalorada que recorre el camino. Dos perros se desgañitan, furiosos y amenazantes, al otro lado de la verja de la torre [*]. Un par de curvas más allá, los juncos y las zarzas de la acequia invadida por cangrejos rojos. Unas zancadas más —apretado el paso y contenida la respiración para contrarrestar el hedor putrefacto que emana de entre las hierbas del arcén— y el desvío al santuario-ermita de Loreto [FOTO].
Refiere la historia que los habitantes de la prerromana Bolskan celebraban en el poblado de Lur el culto al dios Lug, divinidad luminosa festejada en el estío. Y fue allí, en el viejo Lur, convertido siglos después en fundus romano denominado Lauret o Loret, dependiente de Osca, donde la tradición asegura que nació, en el siglo III, Lorenzo, hijo de Paciencia y Orencio, ricos labradores, y hermano gemelo de Orencio.
Señálese que esta tradición de la oscensidad de Lorenzo dimana de las primeras estrofas del Martirio de San Lorenzo, poema narrativo medieval compuesto por Gonzalo de Berceo, en el que se hace referencia a Huesca como cuna del mártir. Posteriormente, ante la necesidad de ubicar convenientemente al personaje, los hagiógrafos hallaron en el poblado de Lauret o Loret, enclave del antiguo culto pagano al Sol y la Luz, el lugar idóneo de nacimiento, añadiéndole, además, una santa familia y hasta el detalle de un hermano gemelo con el que, si nos atenemos escrupulosamente a la cronología, se lleva dos siglos de diferencia.
En el décimo día del mes de agosto del año 258, Lorenzo, que vivía en Roma y era diácono del Papa Sixto II, fue ejecutado por negarse a entregar lo que los romanos consideraban tesoros de la Iglesia. El martirologio católico asegura que fue asado, literalmente, en una parrilla, circunstancia que contradice el Edicto del emperador Valeriano, que ordenaba ejecuciones rápidas e inmediatas de obispos, diáconos y presbíteros cristianos, como así sucedió con el propio Sixto II, que murió decapitado.
Sea como fuese, Lorenzo, nacido en Lauret o Loret, terminó siendo San Lorenzo y, según se cuenta, ya en el siglo XI, en el que había sido poblado prerromano de Lur dedicado al dios Lug, se ubicó un pequeño oratorio que honraba al santo oscense, afirmación peregrina porque, en aquella época, tanto Loreto como las localidades adyacentes estaban habitadas por musulmanes de Huesca obligados a vivir extramuros de la urbe y es poco probable que los devotos cristianos eligieran ese lugar para dar rienda suelta a su fervor por un santo del que, entonces, si algún pormenor se sabía no era el de su origen. Cuéntase, también, que un siglo más tarde nació la primera cofradía en honor al santo y que, en el siglo XIII, el sencillo oratorio fue embellecido y ampliado, lo cual resulta asombroso y hasta fantástico dado que no se documentó la adscripción de San Lorenzo con Loreto, su supuesta cuna, hasta el siglo XIV.
El espaldarazo definitivo al diácono de la parrilla fue la victoria hispana en la batalla de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, en cuya memoria se levantó el monasterio de El Escorial. Parece ser que, en primera instancia, se pensó edificarlo en Huesca, pero la idea se abandonó “por la mala calidad de la piedra del entorno oscense” (sic). No obstante, diez años después de la construcción madrileña, se puso la primera piedra del santuario oscense actual, de formas neoclásicas con fachada herreriana, que fue inaugurado en 1777.
En 1936, durante el asedio a la ciudad de Huesca —en manos de los fascistas— por parte del ejército leal a la República, el santuario de Loreto fue sede de la Columna Garibaldi, formada por brigadistas italianos, que denominaron al santuario Castillo Errico Malatesta, como queda constancia, todavía, en sus muros [FOTO]. Hasta hace algunos años, la CNT de Huesca celebraba, cada Primero de Mayo, una comida campestre —en recuerdo de los libertarios de la Garibaldi— frente a la fachada del templo que preside una estatua —defenestrada durante el asedio a la ciudad— del tan querido como ilusorio patrono oscense.
El Camino Viejo de Loreto, en paralelo a la carretera seguida a la ida, estrecha su pendiente pedregosa. Un avispero gordezuelo y grisáceo cuelga entre las zarzas tapizadas de telaraña. En lo alto del desnivel, cuando ya se avistan las edificaciones urbanas, un pequeño monumento [FOTO], antaño cubierto de piedras, señala el lugar donde la madre de los gemelos Lorenzo y Orencio aguardaba cada dia a sus hijos, que llegaban del colegio desde Osca. El camino baja, recto y polvoriento, encajonado entre torres, chalés, matorrales y campos. Duele ya el sol, certero e implacable, a las doce en punto del mediodía dominical en la ciudad de Huesca.
NOTA
[*] Nombre que se da en Aragón a las casas de campo de las zonas llanas.
Buenos recuerdos me trae el camino a Loreto por detrás del camping. En ese monumento he dejado muchas piedras y no lo había visto despejado como muestras en la fotografía. Me ha gustado esa forma de narrar y documentar a San Lorenzo contradiciendo a la tradición y mostrando que su biografía es fabulada. El santo no va a dejar de ser una figura querida por los oscenses aunque no sea el que se ha querido mostrar.
Un saludo.
JBernal
Si despojas Loreto de toda la parafernalia nacida en el medioevo solo queda lo que siempre fue; un lugar que los ingenuos primeros pobladores utilizaban para agradecer a las fuerzas y elementos de la Naturaleza sus dones y que, siglos después, mantenía su carácter mágico. Lorenzo no es sino el viejo dios Lug convenientemente reciclado al cristianismo.
Saludos.
P.S.- El monumento del camino lo he llegado a ver hasta arriba de piedras (yo también colocaba una cuando pasaba), pero el Ayuntamiento decidió limpiarlo y pedir que no se amontonaran allí porque son las que mantienen firme el suelo.
Ya se sabe la Iglesia redondea a su gusto las historia y la verdad mirando de hacer clientela redondea sus cuentitos a su gusto y ¡Hala! a rezar. desconocía totalmente la historia de San Lorenzo, para mí que lo asaron a la parrilla. En fin. Buen día,
En este caso, lo que hizo fue coser retales con tan poca habilidad que el tirón más débil destrozaba por completo la labor. Por eso, tanto el poder civil como el eclesiástico, siempre se han apoyado en la «tradición», aderezada con todo tipo de truculencias, aunque ésta proceda de una imposición interesada.
Salud.
Por lo que veo, vuestro patrón está, más o menos, en la misma situación que el nuestro
Se ha querido apuntalar tanto a algunos moradores del santoral que los han convertido en santos imposibles.
No conocía a San Cecilio, pero imagino la urgencia por acomodar en la Granada recién conquistada un santo propio, igual que sucedió en Huesca cuado fue conquistada por los aragoneses, que consideraron prioritario algún mártir de la misma tierra para reforzar el tibio cristianismo de sus habitantes.
Y ya habrás visto la que me formó un paisano porque puse en duda al patrón… y me hice un lío con los patronazgos.
Lo he leído y su intervención, entre altiva y paternalista, me parece desmesurada cuando, para defender su tesis confronta la existencia de san Cecilio con la de tu bisabuelo, en vulgarísimo ad hominem que desacredita cuanto pueda alegar. La certeza histórica de la existencia de tu bisabuelo eres tú misma, como su bisnieta; no es una cuestión de creencia ni de fe, como sí lo es la del santo Cecilio por muchos hagiógrafos que hayan pulido su biografía.
Tú, como anfitriona, estuviste magnífica. Y el Anónimo, acertadísimo en su exposición.
es bastante interesante leer tus post
Muchas gracias por esa opinión favorable.
Como siempre una excelente aportación a nuestro acervo cultural. No conocía la historia que has detallado, de hecho he pasado mi infancia en San Lorenzo de El Escorial y mi historia es -como puedes imaginar- la del asado del santo, ya sabes que desde altura se aprecia la mismísima parrilla en la arquitectura del monasterio. Queda claro que la historia se hace y rehace y en eso sospecho que la iglesia no es excepción. Sin desmerecer el origen de Lorenzo, el detalle de que se lleve dos siglos de diferencia con su hermano gemelo, es solo eso… un detalle sin importancia. Ello demuestra que eso de las Fake news ya existía hace siglos. En fin, gracias por tu texto y un abrazo
Concurren, además, una serie de curiosas particularidades donde la luminosidad unida a este mártir cristiano adquiere gran protagonismo: Su lugar de nacimiento era un enclave donde se rendía culto al Sol, Señor de la Luz -la voz eusquérica Lur significa brillante-; esa misma luz del astro rey en agosto, mes calórico, en el que fue ejecutado el diácono Lorenzo con al calor y el brillo de las llamas; brillo que puede observarse, igualmente, en las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, que iluminan las noches posteriores al martirio. Y por si el conjunto de luminiscencias anteriores no fueran suficientes, el emperador Valeriano, supuesto inductor de la muerte del oscense, fue a su vez asesinado… ¡obligándole a beber refulgente oro líquido! Un encadenamiento de casualidades lumínicas que dan para muchas elucubraciones. Y eso sin nombrar el peregrino Grial, tan unido al santo del monasterio de tu niñez y del santuario de mi andada.
Queda pendiente una visita al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en el que todavía no he estado.
Un abrazo.
Pero la leyenda del martirio de San Lorenzo la escribió Ambrosio de Milán más de 100 años después… y se la considera poco creíble. Además Ambrosio, que escribe acerca de los paganos persiguiendo cristianos, fue él mismo un cristiano perseguidor de paganos…
Sí, pero en la península Ibérica fue Berceo, en el siglo XIII, el que adecuó la historia y dijo la ciudad hispana de su nacimiento, aunque sin precisar el lugar concreto. En el sigo XIV se precisó que era el que comento en el post, que no es nada creíble.
Como dijo Chesterton: «La afirmación de que los mansos poseerán la tierra está muy lejos de ser una afirmación mansa». Y así pasó con el cristianismo cuando alcanzó el poder.
Yo también he pasado bastante tiempo en San Lorenzo del Escorial, así que la historia de la parrilla me resulta de lo más familiar. Si es verdad, que no creo, pobre hombre.
Lo que no sabía es que hubiera tenido un hermano Orencio.
Me gusta tu descripción del paisaje, casi me he tenido que tapar la nariz. Esos pollos hacinados…uffff
Un saludo
Tras tantos siglos, es imposible verificar si el hombre de la parrilla, si acaso existió, fue o no el que nos ha llegado como San Lorenzo, en cambio, las falsedades e incongruencias de su biografía en lo referente a su origen están probadísimas.
(Lo de los pollos es una desagradable apreciación olfativa; ni siquiera se necesita verlos hacinados para saber que lo están).
Celebro que te pases y comentes.
Saludos.
Impresionante exposición e interesantísimo texto. De los que se leen a gusto cuando se hace pausadamente. El culto a Lug es un tema que me apasiona, me parece tan interesante como desconocido por mi… Quizá a esto se deba aquello. El caso es que precisamente el otro día, en un foro distinto, divagaba con un amigo sobre las posibles relaciones entre los templos de culto a Lug y la toponimia derivaba de ello, muy abundante en muchas áreas de nuestro país… Por cierto, que la sustitución del dios pagano por el santo parillero ha incluído, por lo que creo, hasta para el momento del año en que se celebraba su culto.
Me apunto el lugar para ir en mi próxima incursión por aquellas tierra. No lo conozco y, además, me llama la atención que haya sobrevivido hasta nuestros días la inscripción de «Castillo Errico Malatesta». Curioso.
El cristianismo tuvo el acierto -digámoslo así- de reciclar y reconvertir mitos y dioses en perfiles bañados con la pátina de la nueva fe a imponer y en el caso de Lorenzo, independientemente de las tropelías que cometieron al crear su biografía, lo cierto es que las similitudes con Lug van tan parejas que no resulta muy creíble tomarlas como meras casualidades. Por estas tierras camparon no solo vascones, sino celtas, como deja bien claro la toponimia, y si en los lugares dejaron su impronta geográfica también influyeron en las creencias, incluido el culto a Lug, una de las divinidades más extendidas. Es un tema fascinante, aunque muchos de los estudios que hay sobre el tema resultan algo farragosos para el común de mentes profanas. Si incides en el asunto de Lug y publicas algún artículo, lo leeré con el mayor deleite. Te paso un enlace por si te interesa. En la pág. 15 hay un artículo sobre la religiosidad donde, entre otros, se habla de Lug. [ https://www.cesobrarbe.com/wp-content/uploads/2018/12/Revista-6.pdf ]
La inscripción en el muro del santuario de Loreto ha sobrevivido porque, pese a los intentos de taparla durante el largo franquismo, hubo manos anónimas que, jugándoselo todo, se preocuparon para que no desapareciera por completo.
Magnífico relato!!
Hace unos cuantos años hubiera podido recorrer ese camino con los ojos cerrados,y sí, también dejaba la piedra en el monumento
Que nos llevaría de críos ir hasta Loreto?
Al sol también se le llama Lorenzo,mera casualidad???……
Salud
…y con el calor tremendo que hacía en aquella carretera en verano y sin ningún árbol bajo el que protegerse de las caricias solares, y, la mayoría de las veces, aguantando la sed hasta llegar a Loreto.
Cuántos recuerdos.
Salud.
¡Nos has hecho viajar por los senderos del tiempo y de tu Huesca!
Desde hace unos meses estoy muy metido con la historia de Roma. Por ahora he leído y escuchado mucho de toda la primera época de Reyes y luego de la Républica. Estoy por adentrarme en el Imperio… hacia las épocas que describes vamos, con posibilidad de retorno (y reestudiarlo todo)
Pero si hablamos de San Lorenzo… ¡Que sea de san Lorenzo de Almagro!
Abrazos!
Estarás, pues, muy entretenido, porque la historia de Roma es densa y, a veces, cuando se cree tener controlada una época, te topas con nuevos datos y relaciones. Pero «engancha», ya lo creo. Y fascina; además, somos deudores de esa civilización tanto como de la griega.
Ay, ay, ay, el equipo de tus amores… Que le vaya muy bien en campo propio y ajeno.
Más abrazos.
Una entrada muy interesante con la que se puede aprender mucho. Ya sabemos que la Iglesia ha inventado o adaptado toda una serie de historias, generalmente porque les era más fácil convencer así a la gente. Me quedo más con los lugares que con las creencias, sean éstas en los santos o en los dioses paganos.
Los lugares son, siempre, los mejores protagonistas de las viejas historias porque, impregnados de fantasías y tradiciones, son los que permanecen, testigos de la humanidad que los ha visitado a lo largo de los tiempos.
Da gusto recordar la historia entre leyendas.
Tampoco hay que buscar las cinco patas al gato, muchas veces las cosas son más sencillas, y es solo en nuestra mente cuando se retuercen.
Me gustó la foto y lo que cuentas. Sobre todo porque me recordó una de las fiestas más esperadas en mi isla; Los fuegos de San Lorenzo. Esa noche el cielo de Las Palmas se viste de fuegos artificiales, y puede verse fácilmente desde muchos puntos de la isla.
Un beso, Una mirada.
Las celebraciones en torno a San Lorenzo son siempre espectaculares; las fiestas laurentinas oscenses se celebran del 9 al 15 de agosto en honor al diácono y si algo ha entristecido este año a quienes las disfrutamos ha sido su supresión debido a la pandemia. Afortunadamente, las Perseidas seguirán fieles a la noche agosteña.
Las tradiciones, aunque su origen sea engañoso, sobreviven a cualquier contingencia y un personaje con tanta luz como Lorenzo seguirá irradiando en los festejos populares, como los que le dedican en tu isla.
Más besos.