«Fragmentos»: Archivo personal
En 1918, algunos amigos intelectuales y artistas convencieron a Pio Baroja para que se presentara a diputado por el Partido Radical, pese a las pestes que había echado de Lerroux, a quien consideraba escasamente leído y, como consecuencia, tirando a lerdo.
El pintor Miquel Viladrich, buen amigo del vasco, le aconsejó que lo hiciera por la circunscripción de Fraga (Huesca), localidad en la que el artista había montado su morada y su estudio. Hacia allá, pues, emprendió ruta el escritor, el 16 de febrero de 1918, para hacer causa común con su lejano electorado, en compañía, entre otros, de dos anarquistas oscenses y entusiastas barojianos, Felipe Alaiz y Salvador Goñi [*], en un itinerario que resultó entretenido pero asaz fatigoso y, sobre todo, un fiasco político.
A Baroja, que relató sus andanzas aragonesas en el artículo Una excursión electoral, contenido en el volumen Las horas solitarias, el viaje le sirvió, exclusivamente, para conocer y describir el paisaje del llano y algunas gentes del sur de la provincia de Huesca y, mínimamente, la propia capital altoaragonesa, a la que llegó en tren, pernoctando en la tradicional y entonces populosa calle de Ramiro el Monje, en la casa señorial del relevante y adinerado impresor Pérez, cuya hija, Marieta, recordaría muchos años después, en una entrevista, que el escritor tardó mucho en dormirse, maravillado por las pinturas que decoraban el techo de la estancia que le habían asignado.
Marieta —María Dolores Pérez Barón—, que en plena mocedad destacaría por su afición al deporte al aire libre, su religiosidad y su virtuosismo al piano, fue asesinada el 25 de mayo de 1985, a la edad de ochenta y seis años, en aquella misma mansión cuyos techos admirara el célebre escritor. Musa provinciana del régimen franquista, en los inicios de la democracia había cedido a la Falange Española la primera planta de su magna propiedad —reservándose para ella la parte superior del edificio—. Pereció, cruelmente golpeada y acuchillada, a manos de un falangista al que, según se cuenta, había reprendido por la rotura de una silla ricamente tallada y tapizada, que formaba parte del mobiliario de la planta arrendada a los del yugo y las flechas.
NOTA
[*] Salvador Goñi Marco, nacido en Huesca, en 1894, fue un periodista libertario que dirigió el periódico El Talión y colaboró en distintas publicaciones de izquierda. Figuraba en una lista de masones como miembro de la logia Constancia de Zaragoza. El 19 de octubre de 1936 fue fusilado, junto a otras dos personas de su logia, en la tapia del cementerio de Torrero de Zaragoza. Sus restos se hallan en una fosa común de dicho cementerio.
Me suena haber leído hace tiempo sobre el asesinato de esa anciana. Del viaje político de Pio Baroja no sabía. No he leído nada suyo y si conozco algún título es de cuando estudiaba.
Saludos.
JBernal
Han transcurrido casi treinta y cinco años y el asesinato, que en su momento ocupó mucho espacio en prensa, ha quedado bastante lejano; casi como el mismo Baroja, a cuyo Zalacaín conocerías de mozuelo.
Saludos.
He leído mucho de Baroja, especialmente cuando terminaba el colegio y estaba a punto de entrar en la Universidad, pero este libro no lo conocía. Habrá que buscarlo. En cambio, sospecho que Google ha eliminado las entradas sobre Marieta. Está claro que no se puede ceder la propiedad a verdaderos animales que no saben valorar ni lo que tienen a mano, especialmente si no muestran el más mínimo respeto por la vida humana. Me sorprendió el año del asesinato.
Este libro, al que yo llegué de manera fortuita, es una joya barojiana; muy ameno y relajado, casi como un diario.
De Marieta Pérez hay muy, muy poco en Google. Para entender quién fue y las circunstancias tétricas de su asesinato, hay que acceder a la hemeroteca del Diario del AltoAragón, donde además de abundante información, se puede leer una entrevista que le hicieron unos meses antes de su muerte.
No he entendido la razón de que te sorprendas del año de su asesinato; pero has despertado mi curiosidad…
Qué lejanas en el tiempo veo las lecturas de Pío Baroja!! Recuerdo leerlas, pero parece que hace una eternidad de ello. El tiempo y su relatividad……
Fui a buscar en internet sobre Marieta y no encontré nada, salvo unas fotos (suponiendo que sea ella). Qué triste terminar tus días así, y con esa edad que uno los ve más indefensos.
Un abrazo!
De Baroja leí, cuando tocaba, los libros que me iban recomendando -que era muy obediente a la hora de devorar cuanta lectura se ponía a tiro-, pero, salvo el libro que comento en la entrada, no he vuelto a releer nada suyo.
Si las fotos de Marieta Pérez las has mirado en la fototeca de la D.P.Huesca, son de ella. El resto de datos, con cuentagotas, se hallan desperdigados y, como le he comentado a Tawaki, la única información extensa se halla en la hemeroteca del Diario.
Sí, es tremendo llegar a esa edad avanzada para que un asesino, al que además conocía y era persona de confianza, te cercene la vida.
Otro abrazo.
Los falangistas… siempre tan delicados.
Este lo demostró… con saña.
Lo siento, en este caso aunque he leído algo sobre Pio Baroja, fue de estudiante, así que en realidad no conozco nada y ahora me estoy leyendo todos los enlaces que has dejado. Y sobre María Dolores Pérez Barón, ni siquiera la conocía.
Pues fíjate que, en la actualidad, pese a a la cantidad de libros que se publican -y a los que no se puede llegar todo lo que se desearía-, resulta un buen ejercicio releer novelas de antaño.
Marieta Pérez ya era muy conocida en Huesca antes de ser asesinada. De buena casa, fuerte carácter, muy metida en cofradías y gran organizadora de veladas musicales con su amiga Fermina Atarés, afamada pianista que, aunque tampoco te sonará, era la madre del pintor Antonio Saura y del cineasta Carlos Saura.
Raro es, entonces, que Carlos Saura no haya convertido en película esta vida tan interesante.
Pues no lo sé. Lo cierto es que esta señora estaba muy sola en los últimos años, dedicando muchos de ellos a cuidar de un hermano drogadicto. Cuando él murió, ya no tenía a nadie, porque, aun habiendo sido diez hermanos y hermanas, ella era la única que quedaba y nunca se había casado ni tenido descendencia. Tengo delante de mí una entrevista suya en la que se autodefine como “vieja, sorda y con cataratas”. Y lo que más impresiona: Cuenta que, por hacerle un favor a un amigo, acogía a estudiantes de intercambio, pero que dejó de hacerlo porque, con las cosas que se oían, igual le daban un mamporrazo… Y esto lo contaba en abril, un mes antes de que fuera asesinada. En fin…
Lo de «cría cuervos» le vendría bien…
Ya te digo.
No he leído a Pio Baroja, pero necesito decirte que así le pusieron de nombre a una discoteca clásica de San Martín (municipio del Gran Buenos Aires). desde que era un niño que ya existía y aún permanece. Entré un par de veces pero me aburría.
ahora tengo que probar con los escritos del señor
Abrazo!
Curioso… Igual se trata de otro Pío Baroja. Porque no me imagino a ningún entusiasta del literato poniendo su nombre a una disco -que, por cierto, he visto la página de eventos en Facebook-.
Si te animas con algún escrito suyo, ya contarás. Seguramente te sabrán remotísimos.
Otro abrazo.