Kike Lera en Aerolíneas de Leyenda
A chen que dixa tresbatir a suya fabla ye prenzipiando a amortar-se como pueblo [1].
El equipo de gobierno psoecialista del Ayuntamiento de Huesca ha vuelto a manifestar, implícitamente, el desprecio que le merece la fabla [2] suprimiendo, sin proponer otras alternativas, la Oficina de la Lengua Aragonesa que, desde hacía cuatro años, tenía como objetivo el fomento y la normalización de la lengua privativa en los diferentes ámbitos ciudadanos. La cruzada —iniciada por PP, Vox y Ciudadanos, con la aquiescencia del PSOE, en octubre de 2019— contra los reductos lingüísticos oscenses que defienden la supervivencia de la siempre maltratada lengua aragonesa, ha alcanzado el cenit con la contraprestación del alcalde, Luis Felipe Serrate, que para mantenerse como mandamás municipal no ha dudado en dejar que se pisotee el patrimonio idiomático, demostrando que su querencia por el bastón de mando, sea cual sea su coste, desplaza y suprime la tan manida como cínica «vocación de servicio a la ciudad» que declaraba en la cartelería de los períodos electorales. Ampararse, además, en los 21.000 euros de presupuesto anual que costaba el mantenimiento de la oficina externa de asesoramiento contratado, no es sino una fallida maniobra para ocultar el desinterés de las autoridades municipales por establecer, en el propio Ayuntamiento, un patronato lingüístico que se ocupara de los mismos menesteres sin recurrir a gestores ajenos a la corporación, en una ciudad donde, pese a las insidiosas campañas —desde determinadas instancias políticas— en contra de los hablantes de aragonés, se mantiene un enriquecedor, tradicional y arraigado léxico que sobrevive por el empeño de muchos oscenses, que lo aprendieron de sus ascendientes y lo usan en sus relaciones cotidianas.
NOTAS
[1] En aragonés, La gente que deja perder su lengua empieza a extinguirse como pueblo.
[2] Id., habla, lengua. Se utiliza para denominar, familiarmente, a la lengua aragonesa.