«Perspectiva desde el mirador»: Archivo personal
En el Reino de los Mallos la Naturaleza todavía no se ha engalanado con la indumentaria de entretiempo y hasta el Sol parece remiso a mermar la fortaleza de sus rayos, que se abaten, con ínfulas veraniegas, sobre los andarines detenidos en la primera zona de sombra que han encontrado circunvalando los Mallos de Riglos. “Hala, y venga verde y más verde… Se nos han chafado las fotos otoñales. No he visto ni una seta, solo esos pedos de lobo que salen en cualquier parte”, se queja Jenabou. “Pues ríete tú de los pedos de lobo, niña, pero que sepas que, durante siglos, fueron un preciado regalo de la naturaleza. Las esporas tienen propiedades cicatrizantes y antisépticas”. “¿Las usaban las brujas?”. “¿Qué brujas ni qué gaitas? Las usaba cualquiera que conociera sus beneficios medicinales”.
Dan cuenta de las castañas que les preparó Mariliena en la freidora de aire, antes de salir. “Os pongo poquetas para que no os fartéis, no vaya a ser que luego no me comáis lo que tengo intención de preparar”, les advirtió.
Entre las moles de tonalidades ferruginosas de los mallos —de los que Sender decía que eran «los centinelas de las huestes del Diablo»— se entrevé el Gállego como una serpentina cerúlea que marcha hacia la llanura, hacia el Ebro, sabiéndose amado y defendido por quienes viven y se asoman a sus orillas para reseguir con la mirada los caireles de espuma de sus aguas bravas. Porque es su río; el río del Reino; su río, que nace gabacho para aragonizarse nada más cruzar el Portalet; su río, el romanizado Gallicus a quienes sus gentes denominan Galligo, aunque ese nombre no tenga cabida en los mapas hidrográficos peninsulares.
La brisa sabatina que oxigena sus pulmones les sabe a torroco deshidratado, a virutas de madera, a panizo, a nuez moscada, a migas humedecidas, a ternasco asado y a minglana con azúcar, mientras salvan la distancia que separa la cancela de la torre donde aguarda Mariliena.



Espléndido. Si algo me gusta de tus textos, no solo son las historias que cuentas, o la forma de contarlas, que sabes que aprecio mucho, sino también como las adornas con fotos, expresiones populares a través de vínculos o enlaces que hacen el texto más entendible y apreciable al lector, y que nos permite conocer y aprender a la vez. Si el otro día me apunté «refitolera» hoy lo hago con «minglana» aunque no te niego que los «pedos de lobo» me han dejado a cuadros, si bien admito que mi conocimiento «setil» es escaso. Recuerda pues lo he comentado alguna vez, mi herencia aragonesa por parte paterna, de hecho la web Aragonario, la tengo en favoritos. Una maravilla los Mallos de Riglos, que has traído a tu blog en alguna otra ocasión. Un abrazo y Salud.
Las palabras en aragonés que aparecen en este y otros textos tienen una razón de ser: Son vocablos que se utilizan siempre tal cual, sin traducirlos jamás al castellano. No es el caso de los pedos de lobo que, si acaso tienen algún nombre específico en aragonés, lo ignoro. Esta seta la habrás visto muchas veces aunque no supieras su nombre; si se aprieta el sombrerillo salen las esporas disparadas y, a veces, suena como una pedorreta.
Huesca es tierra de mallos, aunque solo hayan trascendido los de Riglos; enfrente de ellos, al otro lado del Gállego, están los mallos de Agüero, menos conocidos, y, cerca de donde vivo, se hallan los más atractivos, por el paisaje sobre el que se alzan: los mallos de Ligüerri. De unos y otros he escrito en la bitácora.
Otro abrazo y (mucha) salud.
Cuantas palabras nuevas… Para todas he tenido que seguir el enlace menos ternasco, que ya me enseñó el amigo Jubi que es cordero. Fotos incluso vi que ponían «los dientes largos»…
Es que el ternasco es la estrella; digamos que sí, es carne de cordero, pero, para ser ternasco, ha de cumplir unas especificaciones muy rigurosas y, por eso, no todo el cordero aragonés asado es ternasco.
Me gusto tu relato. Te mando un beso.
Gracias, Citu. Otro beso para ti.
A poetry of nature and memories, every moment captured in words. 🍂🌄
Thank you very much for your poetic take on the text.
Cheers.
La palabra OROFILIA no la había oído hasta hoy en tu entrada, el diccionario de la RAE no la computa.
Uf, hasta que la RAE la considere…
Qué buen rollo se respira alrededor de esos Mallos de Riglos.
Hay palabricas que se me escapan. Minglana, por ejemplo. Las miraré .
Salud.
Pues fíjate que estaba convencido que la palabra minglana y su árbol, el minglanero, estaba más generalizada en Aragón (salvo en los pueblos del Pirineo, que dicen mangrana o mengrana).
Salud y buenas noches.
Por Belchite y alrededores decimos unos mangrana y otros mengrana según. ________________________________
Y yo creyendo que esos vocablos eran propios de los pueblos pirenaicos…
Pues fíjate que repasando ahora tu entrada, me doy cuenta de que la palabra que tenéis para maíz es muy parecida a como llamamos aquí a las mazorcas: panochas.
¡Vaya! He puesto la cursiva a sin acordarme de que aquí es más cómodo…
Ya lo he arreglado; en wordpress, para poner la cursiva manualmente se utiliza <em></em>.
También aquí llamamos así a las mazorcas.
Resumiendo, que el ternasco es una pasión confesable. Pues yo puedo añadir que aquí tenemos otra pasión en forma de cordero. Cordero segureño se llama el «bicho», es IGP. y, según dicen, su sabor suave se debe a que no tiene apenas lana. Pero lo que sí tiene es un precio no al alcance de cualquiera…
Si voy por ese Sur tuyo, una ración segureña caerá, ahora que he sabido de ese corderico. ¿Que es caro? Normal que lo sea; también el ternasco lo es, pero el sabor merece el dispendio.
Pues pídete una «lata», que ahora las hacen de pierna o paletilla, pero a mí me gustaban más cuando, por la zona de Baza, eran de partes menos «nobles» como cuello, costillar, etc.
Digo yo que, aunque me pida esa lata, no me servirán la paletilla dentro de una…
Esto es una lata de cordero segureño, aunque lo que se pone de base varía según donde se toma.
https://www.enbuenaedad.es/inicio/salud/alimentacion_saludable/lata-de-cordero-segureno
Ahora sí he entendido lo de lata. Con tantos ingredientes la carne estará muy gustosa. Al ternasco tradicional solo se le añaden patatas a lo pobre.
Pues no sólo me transportas a través de una orografía inédita para mí, sino que además me llevas por unos modismos y unos recovecos lingüísticos que me descubren un nuevo territorio.
Me ha encantado eso de «pedos de lobo».
Abrazos, camarada.
Frodo
Es otra manera de hablar, reminiscencia de aquella lengua aragonesa que, como el castellano que nos une, procede del Latín, aunque haya quedado arrinconada.
Más abrazos.