«Donde aún quedan rastros de la niñez»: Archivo personal
«(…) He pensado muchas veces en estas palabras ciertas y desconsoladoras del nunca bien y bastante ponderado Francisco Giner: “No he podido explicarme jamás –decía el maestro– cómo siendo los niños tan inteligentes son tan necios los hombres”.
(…)
A los veinte meses de nacer el primero de mis hijos me ha nacido el segundo. A Jaimín, un cuñadín de cinco años, al comunicarle la grata nueva, dicen que contestó: –¿Para qué habrá encargado un nuevo nene, si hace poco encargó otro y no es rico?
Todos han reído la gracia del pequeño tío de los críos que yo fabrico. Todos menos yo, que, silencioso, he jurado no desaprovechar la lección de maltusianismo salida de labios del mejor maltusiano; un maltusiano que, por los cinco años que cuenta de edad, ni tan siquiera ha podido oír hablar de Malthus…
(…)
Hace años, recuerdo que estudiaba el piano mi hermana y andaba por las vueltas Paquito, un muchachote contrapariente coloradote y revoltoso a más no poder. Mi hermana, en una de las pausas a que le obligaban las travesuras del rapaz, preguntóle: “¿En tu casa no tenéis piano?”. “No –contestó Paquito con su media charla–. En casa no tenemos piano, pero tenemos tocino”.
Verdaderamente, no sólo de música se puede vivir. A Paquito, para hacerle pasar en silencio un estudio de Schuman, hubo que darle a mascullar un trozo de jamón.
(…)
No son cuentos los que anteceden (…). Son anécdotas. Su valor no está en el modo de exponerlas yo, sino en la manera de ellos decirlas. No son invenciones mías; son cosas de chiquitines inteligentes que no han tenido todavía tiempo de estudiar para necios».
—Fragmentos de Florecicas, artículo publicado en la revista Vértice, el 6 de agosto de 1925, por Ramón Acín Aquilué (1888-1936). Pintor, escultor, cartelista, articulista, pedagogo. Profesor de Dibujo de la Escuela Normal de Huesca. Anarcosindicalista. Asesinado en Huesca, la ciudad que tanto amó, y a cuya grey infantil legó Las Pajaricas [FOTO], que fueron, durante la dictadura, recuerdo palmario del artista fusilado y, hoy en día, además, el emblema más representativo de la ciudad—.
ANEXO
- Ramón Acín pedagogo.- Fundación Ramón y Katia Acín.
Qué anécdotas tan simpáticas y qué bien las cuenta Ramón Acin, al que conozco ahora gracias a ti.
La obra de “Las Pajaricas” una delicia.
Abrazo mañanero!
Acín fue siempre un buen referente para mí; en la niñez, por esas Pajaritas (Pajaricas) del parque junto a las que tanto jugué; años más tarde, por su ideario, que comparto, y del que tanto he aprendido.
Otro abrazo.
Muy buena la frase de Francisco Giner que abre tu post. En general todas las frases extraídas del artículo de Acín son contundentes. Me ha hecho sonreír la del piano y el tocino, cuestión de prioridades y de posibles. Un abrazo.
Acín tenía un gran sentido del humor al que, muchas veces, añadía toques poéticos. Y el pensamiento de Giner de los Ríos no ha perdido vigencia, lo mismo que sus ideas pedagógicas.
Otro abrazo.
Qué buenos fragmentos has rescatado, apreciado Una mirada.
No tienen desperdicio, a veces la vida hay que mirarla con ojos de niños o de gente sencilla. Aprenderíamos mucho más.
Esa pregunta quedará inconclusa por los siglos de los siglos: «Por qué siendo los niños tan inteligentes, los hombres son tan necios».
Y es que perdemos algo más que la inocencia, al dejar atrás la pueritiae para entrar en la maturitas.
Un abrazote, expectante ante la nueva llovizna.
La niñez carece de filtros y es una etapa de absorción de aprendizajes a un ritmo sorprendente. Después, ya viene la «doma»; empiezan a molestar las preguntas de las criaturas y aquello que antes producía gracia se transforma en inconveniencias, así que no se tarda en aleccionar para cortar lo espontáneo y enseñar esa salsa de hipocresía en la que muchos mayores nadan.
Otro abrazo, y esta vez mojado por las nubes.
Anécdotas muy bonitas de las cosas de la niñez y bueno, los que la guardan… muy buena la foto también.
La niñez siempre tiene ese punto especial que nos hace sonreír cuando recordamos.
Salud.
Es verdad… Salud.
Muy bueno. Inolvidable Ramón Acín Aquilué.
Salud.
Inolvidable siempre, sí.
Salud.
¿No te he leído esto ya? ¿O lo he soñado?
No, no lo has soñado. Publiqué, con el mismo título, algunos fragmentos pero con otra fotografía y una explicación más sucinta sobre el autor.
Ya decía yo que esas anécdotas las recordaba y solo podía haberlas leído aquí.
…y estabas en lo cierto.
Me gustaron las anécdotas. el problema con los niños es que los adultos los moldean a su imagen y con sus miedos y vicios. Para que luego el resultado sea peor quela anterior generación lo digo por lo que estamos viviendo con la juventud actual. Te mando un beso.
Digamos que con las criaturas hay que «perder tiempo» y, aunque educar implica también moldear, es necesario respetar la personalidad de cada niño y niña y, sobre todo, hacer concordar las palabras con los hechos porque las personas adultas cercanas son el espejo en el que se miran.
Salud.
Sabía de quien eran Las Pajaricas, pero no había leído nada del escritor, me han resultado muy curiosas y simpáticas las que cuenta y como lo hace Ramón Acin.
Si pasas por Huesca, en el parque Miguel Servet, en el llamado Paseo de Ramón Acín, está la fuente de las Pajaritas (él las llamaba «Pajaricas»). Llevan ahí desde 1929, presidiendo los juegos infantiles de varias generaciones de oscenses.
Interesantes fragmentos, que pueden ir de Malthus a Schuman.
Me gustan Las Pajaricas y me recuerda al monumento para los otros fusilados, aquellos de mi ex barrio, aquellos del libro de Rodolfo Walsh.
Siempre es un placer darse una vuelta por aquí
Abrazos, Una mirada…
No había caído, hasta volver a ver el monumento a los Fusilados de José León Suárez, en ese cierto parecido con las Pajaritas de Acín; el color blanco, las líneas… Digamos que ambos se dan la mano.
El placer es mío cada vez que «aterrizas» en esta parte de España.
Otro abrazo.