«8 de Marzo»: Archivo personal
«Hay gente que pregunta: “¿Por qué usar la palabra “feminista”? ¿Por qué no decir simplemente que crees en los derechos humanos o algo parecido?” Pues porque no sería honesto. Está claro que el feminismo forma parte de los derechos humanos en general, pero elegir usar la expresión genérica “derechos humanos” supone negar el problema específico y particular del género. Es una forma de fingir que no han sido las mujeres quienes se han visto excluidas durante siglos. Es una forma de negar que el problema del género pone a las mujeres en el punto de mira. Que tradicionalmente el problema no era ser humano, sino concretamente ser una humana de sexo femenino. Durante siglos, el mundo dividía a los seres humanos en dos grupos y a continuación procedía a excluir y oprimir a uno de esos grupos. Es justo que la solución al problema reconozca eso.» Del ensayo Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie.
Antes de que Creszen —la más veterana de Las Tejedoras[*]— leyera, en aragonés, el Manifiesto de la Huelga Feminista del 8 de marzo, la señorita Valvanera puso el epílogo más emotivo a las Jornadas sobre Literatura Feminista organizadas por la Asociación de Mujeres del Barrio. Y lo hizo regresando a la niñez de muchas de las personas allí presentes, volviendo a contar, con esa voz suya que acaricia los tímpanos de sus oyentes, la historia de Margarita y las rosadas elefantitas del vallado de Rosa Caramelo, el texto de Adela Turin que, en italiano, porque todavía no se había publicado en España, supuso la primera entrada específica de Literatura Infantil No Sexista en la escuela de la localidad. Relató la vieja maestra jubilada cómo, a finales de los años 70, en un viaje a Roma, conoció a la ilustradora Nella Bosnia, que le regaló un libro infantil, Rosa Confetto, de cuyos dibujos era autora. A través de Nella conoció a Adela, la autora del texto, con la que se carteó y tuvo conocimiento puntual de los sucesivos libros infantiles fruto de la colaboración de escritora y dibujante, de los que siempre recibía un ejemplar cordialmente dedicado. Cuando la Editorial Lumen empezó a publicar en castellano los cuentos de las dos esforzadas italianas, la biblioteca escolar ya poseía una buena colección de textos y materiales coeducativos. Y concluyó: “Soy vieja. No lo digo con pesar. Soy vieja. Es evidente, ¿no? Pues escuchadme bien: Esta vieja a la que siempre habéis arropado y que se siente orgullosa de cómo habéis crecido y madurado, quiere confesaros algo… Y esto no está en el guión que me había preparado… No está. Bien. Confieso que soy feminista. Pero veo por vuestras caras que no os coge por sorpresa. Eso me alegra más. Muchas gracias.”
NOTA
[*] Nombre que se da, en el Barrio, a las miembros de la Asociación de Mujeres.
ADENDA
Dicebamus hesterna die…
Estoy buscando un restaurante cercano que no haga huelga, ya que con lo cocinero que yo soy, veo que me voy a quedar sin comer.
Y es que el fregoteo se me da bien, lo practico todos los días dos o tres veces, pero de eso de planchar un huevo…
– Jubi, igual si les dices que les friegas los platos, te sale la comida gratis.
Esquirola !!
Que está de servicios mínimos, mujer.
Siempre es más socorrido untar con tomate media barra de pan y ornamentarla con jamón serrano…
Yo no me he considerado nunca feminista y, sin embargo, una amiga me dijo en una ocasión: Con esto has hecho por las mujeres mucho más que las manifestaciones y los carteles. Y se refería a un conflicto que había sostenido con el director de un banco, al que no le permití que me tratara de distinta forma que hubiera tratado a un hombre.
http://el-macasar.blogspot.com.es/2014/02/la-violencia.html
El feminismo es una actitud cuyos resortes salen disparados cuando se utiliza el género para pretender dinamitar la dignidad de una persona. Ser mujer u hombre no es más que un hecho biológico que jamás debe suponer menoscabo u opresión. Las mujeres no son seres humanos limitados y dependientes; no son úteros con piernas encadenadas a sus perros guía… Y, el día que, individuos como ese director de banco, lo asuman, el 8 de Marzo sólo será un día para recordar a las mujeres a las que las sociedades anteriores negaron la oportunidad de desarrollarse como seres humanos sin acotaciones por cuestiones de sexo.
Por suerte se están dando algunos pasos importantes, pero siento que falta mucho. Cómo los medios cubrieron la noticia del movimiento desde una visión machista, es un buen ejemplo de que falta mucho.
Me gustaron los textos, en especial la definición de por qué usar la palabra feminista y no derechos humanos.
Saludos!
Hay vindicaciones irrenunciables y la de la igualdad, en este caso, es la que nos ocupa, por muchas voces contrarias que se aferren a esa discriminación secular. Somos muchos y muchas quienes creemos firmemente en esa cotidianidad donde nadie sufra menoscabo por su sexo.
Adela Turin merece ese recuerdo. Sus historias son sencillas y el mensaje comprensible, adecuado y rompedor con los roles.
Incomparable este 8-M de los de otros años ¿verdad?
Feliz fin de semana.
La verdad es que sí; cualquiera de los libros del tándem Turin-Bosnia -y del posterior, Turin-Cromer- es una lección de respeto por los derechos de las personas, sin alharacas ni distorsiones.
Un completo día de calles violetas con mujeres, hombres, niñas y niños, codo a codo. Que siga. Que sigamos.
Buen -y lluvioso- finde y mejor semana.
Hola Una mirada…..
No me gusta la palabra (ni lo que conlleva) machismo ni feminismo.
Supongo que porque en mi foro interno no concibo diferencias entre hombre y mujer, no hay lugar dentro de mis esquemas y mi manera de ser y pensar.
Sin embargo, entiendo el texto que nos compartes y el contexto. Y la necesidad de usar esos términos para, como apunta el manifiesto, «no fingir que no han sido las mujeres quienes se han visto excluidas durante siglos….»
Lo justo sería que la mentalidad evolucionase y aprendiera de tantos errores, reconociendo y abriendo camino a lo justo y equitativo.
El cuento de Adela Turín y Nella Bosnia, es tan clarificador y sencillo, que se me antoja de obligada lectura para niños y adultos.
Al igual que tu entrada, dice mucho pero no sentencia, dejando al lector libertad para interiorizar y aprender. Cosa que se agradece, al igual que tus opiniones.
Un beso.
A veces sólo es cuestión de interpretar literalmente el significado; el feminismo no implica creencia en la supremacía de la mujer sobre el hombre -que es lo que significa el machismo respecto de la mujer- sino (y aquí hasta el DRAE lo ha reconocido) «principio de igualdad de derechos entre la mujer y el hombre«. La otra palabra, la equivalente a machismo, es hembrismo. Y, como dices, sería suficiente con aprender de los errores del pasado y hacer esa simple suma del TÚ + YO= NOSOTROS Y NOSOTRAS, que aúna y reúne y da oportunidades… Pero para ello, para forjar una sociedad justa, es necesario educar, coeducar, en esos valores que nos hacen ser libres y nos enseñan a no dejar que otros perviertan esa libertad. Y a esa labor se dedica Adela Turin, aportando esos cuentos deliciosos.
Muchas gracias a ti por tu delicadeza.
Sin embargo, no acaba de gustarme que este día, que empezó siendo de la mujer trabajadora, recordando las americanas que murieron encerradas en su fábrica, haya terminado siendo tan generalista. ¿Qué tienen que ver aquellas obreras textiles con las actrices del Me Too?
Precisamente porque marzo fue un mes de movilizaciones, antes y después de la tragedia. Y porque, con los años, el 8 de marzo volvió a vindicar los derechos laborales y sociales de las mujeres y, por extensión, la igualdad de oportunidades y la no discriminación por razones de sexo.
Lo triste es que nos cueste entender tanto algo que no debiera necesitar ni de una palabra para ser asumido. Dado que no es así, echamos mano de palabras, conceptos e ideas que ya de por si podemos recibir con una carga de subjetividad que no entendemos, ni sabemos si viene de serie o se la ponemos nosotros.. Y la cosa se complica hasta que convertimos el sentido común en un debate dialéctico. Creo que ni yo entiendo lo que digo, pero si lo que pienso. De eso se trata. Con todos nosotros.
Pues sí, es lamentable que todavía haya que argumentar obviedades, desplegar pancartas y gritar consignas contra atavismos que en este siglo XXI deberían haber sido superados. Pero… ya ves. Se va despacio en derechos elementales. Y en este viejo planeta nada se consigue sin hacerse oír.
Feminista no es una palabra que me guste, porque es equívoca y se parece demasiado a machista cuando su significado es completamente distinto, ya que no busca la preponderancia de la mujer sobre el hombre sino la igualdad. Ello provoca que algunos la usen de forma errónea, queriendo recuperar terreno perdido más allá de la justa mitad.
Si se trata de educar en la igualdad, estupendo. Me apunto el primero y lo apoyo sin reservas. Si de lo que se trata es de que yo coma anémonas y peonías por obligación, entonces, lo siento, pero me resisto y protesto. Y parece que algunos, usando como excusa el que la mujer haya sido relegada y maltratada a lo largo de la historia, quieran obligarme a comer lo que no quiero o a pedir perdón por crímenes que no he cometido. Por ahí no paso.
No se trata de invertir los viejos roles sino de desterrar cualquier actitud discriminatoria; tampoco de culpar ni agraviar en función del género. Cada cual, hombre o mujer, solamente es responsable de sus acciones y actitudes. De lo contrario de nada serviría creer y defender la igualdad de las personas.
….mozaaáaa ¿Aonde tasido a comprar la tinta?
Tinta tenía; me faltaba el pergamino.