«Bañista en el basón»: Archivo personal
A la izquierda del camino los almendros ornan de falsa primavera el paisaje recorrido por la primera luminosidad diurna, extendiendo sus róseas y blancas flores hasta la faldilla del roquedal. Al otro lado de la imponente empalizada pétrea, un solitario pato se desliza, indolente, por el agua quieta del basón[1], esbozando lenes surcos que se desdibujan aun antes de que la mirada del paseante prenda en ellos.
Un círculo de piedras bien dispuestas, a modo de brocal, por humanas manos, señala el lugar donde antaño se erguía el imponente y último tejo, cruelmente cercenado para lustrar los techos de la pretenciosa casa conocida como la Perragorda.
El paseante, sentado en la orilla, con los pies desnudos hollando el arcilloso lecho donde se asienta el agua, contempla, con los ojos entrecerrados por el baño de luz, al ánade real, ahora inmóvil en el centro de la balsa. Sobre la hierba, que todavía retiene la humedad de la noche, reposan Milagritos Rueda, Froilán Carvajal, míster Witt y los insurrectos del cantón de Cartagena[2].
Ramón J. Sender ha vuelto, una vez más, a su rememorada Sierra de Guara.
Vuelan, remontando el roquedal, un trío de falzetas[3].
NOTAS
[1] En aragonés, balsa, charca.
[2] Personajes de la novela de Sender «Míster Witt en el cantón«.
[3] En aragonés, vencejos.
Si, ¡Unos «insurretos» !, que no tenían «ahonde» caerse muertos,
Lo cierto es que solamente el trasiego marítimo de los cantonalistas es alucinante, con la bandera turca incluída disfrazada de bandera pirata roja -rozando lo pachanguero-, recalando en un puerto u otro para conseguir reales para la causa y llegándose a solicitar a los USA ser un estado más norteamericano. Una historia increíble.
Increíble, apasionante, como toda la literatura de Don Ramón J.
Y tanto. Nunca podré agradecer lo suficiente a una profesora de Lengua y Literatura del instituto (que fue, por cierto, alumna de Carmen Sender Garcés, la hermana pequeña del escritor) aquellas disertaciones sobre los escritos senderianos que a tantos aburrían y a mí me embelesaban.
Es un artículo pequeño de tamaño, sin embargo ya lo he repasado tres o cuatro veces y cada vez me surgen más preguntas, y aunque voy hilvanando determinados actos, casi, casi es todo nuevo ya que la historia, como otras muchas cosas las tenía completamente olvidadas, e incluso apenas las había tocado.
Si está en mi mano responder a alguna de las preguntas que te surgen… Aunque seguramente ya habrás desenredado todos los nudos del ovillo.
Gracias, Pero aunque parece imposible estoy desenredando el nudo Gordiano y no precisamente con una espada.
…digamos, mejor, un medio nudo. Quítale las florituras al texto e imagínate a alguien que, después de un paseo, se sienta a contemplar lo que le rodea y deja sobre la hierba una novela de Sender…
¿Querrás creer que no he leído esta obra de Sender? Pecado mortal diría yo…
Sender estuvo obligadamente apartado durante muchos años del espacio literario español y no fue esta novela precisamente la más publicitada. Pero es un relato muy curioso contextualizado en una revolución cantonal por la que siempre se pasó de puntillas.
… Y de la que yo también se muy poco.
Tampoco creas que estoy muy puesto; sólo cuatro cosillas que he ido leyendo.