«Juegos»: Archivo personal
Cuando madame Lerner asoma entre la arcada de setos que separa ambas parcelas portando una bandeja cubierta con un paño floreado, saludando, gozosa, al grupo que desayuna en el jardín y anunciando: “Aquí llega la prometida fougasse”, maman Malika hace un aparte con su hija, la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio, y le advierte: “Ni una palabra sobre Ménard delante de Maryvonne”. “¿Quieres que me quede callada mientras madame Lerner alaba a ese xenófobo?”. “Sí. Eso mismo quiero que hagas”.
(…)
—Y entonces, madame Lerner, ¿cuándo cree usted que el alcalde Ménard obligará a los extranjeros de Béziers a coserse una media luna en la ropa? ¿O quizás no hará falta porque se nota enseguida de dónde proceden?
El cuchillo con que maman Malika está troceando la fougasse parece quedar atascado en la masa. Iliane y Étienne miran con atención a Maryvonne Lerner, y María Petra, cuyo francés es rudimentario pero que se ha percatado de la reacción de maman Malika ante las palabras de la veterinaria, le susurra a Iliane: “¿Qué ha dicho? ¿Qué ha dicho?”.
Con el último eco del “Assez!!!” dirigido a su hija por una furiosa maman Malika, Maryvonne Lerner, estirando todavía más su permanente sonrisa afable, ajena a la ironía y a las risitas maliciosas de Iliane, Maria Petra y Étienne, responde: “Oh, no… Es un hombre encantador que sólo busca lo mejor para la ciudad. Si lo conocieras… Sólo quiere que Béziers vuelva a ser…”. Maman Malika la interrumpe: “Venga usted, que le enseño cómo han quedado las nuevas cortinas de los dormitorios. Ayer mismo vinieron a colocarlas y…”.
Avanza el Sol por la alfombra de césped donde Jenabou, absorta en sus juegos e indiferente a la conversación de los adultos, tararea una melodía imprecisa.
NOTA
Robert Ménard, exmilitante de la Liga Comunista, antiguo periodista, alcalde ultraderechista de Béziers, xenófobo practicante e instigador de un censo étnico en la ciudad que rige, fue uno de los fundadores de Reporteros Sin Fronteras, asociación que presidió de 1985 a 2008.
Todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, algún acto en el que se nos ha escapado una frase inadecuada o algún acto delante de la persona equivocada o entre un grupo de oyentes, y un «Trágame tierra» dicho con el pensamiento ha sido lo único que en esos momentos nos ha acudido a la cabeza.
…pero las mejores son las aparentes, las bien tramadas que combinan exquisitamente la mirada inocente y la mala baba entre los labios.
Robert Ménard es la definición de un trepa sin entrañas, aquí tenemos a Jorge Verstrynge, que venía de la extrema derecha, pp, psoe, asesor Hugo Chavez, y ahora en podemos, es lo mismo, pero con el camino contrario.
El recorrido ideológico de Verstrynge ha sido más extravagante, quizás; el paseíllo de Ménard, en cambio, no ha supuesto ninguna sorpresa para quienes lo conocen desde hace años.
Es urgente lo de las listas abiertas, para gente como esta, quede excluida con la información,
Y cómo temen los partidos este sistema que se aproximaría más a los deseos del personal votante: Cribar esos listados partitocráticos donde se apelotonan coles, lechugas y hierbajos.
¿Y que siente el votante que votó a una persona y pasados los años se encuentra con que es otra? En este caso se veía venir y los que lo votaron ya sabían de que iba, pero hay otros en que debería estar permitida la devolución del voto.
Los votos prestados entran dentro de la retahila Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita, desgraciadamente.
Ese tipo no ha engañado a sus votantes, al tío le asquean los inmigrantes y eso es lo que pregonó de la mano del FN teniendo el éxito que tuvo. Un poco más y lo sacan a hombros las madame Lerner y el resto que se creen que la crisis, el paro y la delincuencia se frenan expulsando a todos los que no demuestren tener sangre de cuatro generaciones galas. De cuando Francia mangoneaba, mangaba y mataba en África no dirán nada, no.
Menuda degeneración de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Salud.
Es una vuelta, solapada, a los pogromos. Despójese a la vecina, al compañero de trabajo o al paseante de todas las circunstancias que los hacen únicos y colóqueseles en el mismo baúl. Rotúlese este con las insidias habituales y arrójese por un terraplén; las necrófagas, el tiempo y la desmemoria harán el resto. Y a continuar viviendo con la moral henchida.
Tales para cuales… Me recuerda a esa famosa anécdota apócrifa de cuando sitiado ese mismo Beziers, durante la cruzada albigense, a punto de ser arrasado, alguien manifestó al legado papal que dentro de la ciudad había fieles y gente opuesta a la herejía, y este dijo aquello de «matadlos a todos, que Dios ya reconocerá a los suyos».
Está claro que la religión, cuando deja de ser una fiesta llena de ritos y la explicación fácil de todo aquello que no alcanzamos a entender, es un mal en sí misma para la humanidad. Y si además, se mezcla con las maniobras políticas de un tarado, peor que peor, llámese Abu Bakr Al-Baghdadi , Robert Ménard, Chaves, Kim Jong-Un o Bush… Mi propuesta es que dejen de buscar voluntarios para ir en la primera expedición a Marte, y envíen en ella a todos estos individuos y los que se les parezcan.
Salud!
…y qué poco, tan poco, han variado las percepciones desde ese infame julio de 1209, repetido y justificado vergonzosamente hasta nuestros días.
Qué proclives somos al etiquetado y a la clasificación del prójimo; qué miserablemente endiosados estamos y cuántas falsas verdades argumentamos para que el rebaño se mantenga en el margen que nos conviene…