«Gris»: Sonia García
Baja de la cresta la mortaja acuosa con sus bordes marengos oxigenando la curvatura terrosa de las toperas y barniza de rutilante mojadura el voluminoso tronco escorado de la encina que, a modo de faro del tiempo, marca la entrada norte del Barrio entre tinieblas, allí donde Bascués, la cigüeña emérita, quebró su último vuelo herida de vejez sobre la hojarasca amarronada.
Precisamente nebŭla es lo que muestra hoy el celaje aquí.
Grande tu prosa, nunca me cansaré de repeirlo.
Estos pequeños «bocaditos» de alguna manera me serenan el alma. Mago eres, pues.
Abrazos
A través de la lectura de tus letras, se va dibujando el paisaje que describes con sus colores otoñales y esos «barnices» de agua que lo decoran como si de un lienzo vivo se tratara ¡Precioso!
Un abrazo
…y qué sensación produce, en el alma y en la carne, la frescura de la niebla aromatizando de Naturaleza los poros…
Gracias a ambas, Trini y Luz.