«Inspiración»: Archivo personal
Paseo Marino
A I. Ludo
La sangre del mar circula roja por los corales
El corazón profundo del agua me zumba en los oídos
Estoy en el fondo del cielo de las olas
En el sótano de las aguas profundas
A la luz muerta del fúnebre cristal
Peces menudos como juguetes de platino
Recorren mi pelo que ondea
Peces grandes como jaurías de perros
Sorben con rapidez las aguas. Estoy solo
Levanto el brazo y compruebo su peso líquido
Pienso en una rueda dentada, en una palmera
En vano intento silbar
Es como si atravesara la masa de una melancolía
Y diríase que siempre ha sido así
A medias hermoso y a medias triste.(Max Blecher, del libro de poemas Cuerpo transparente, traducido del rumano por Joaquín Garrigós).
Las olas se contonean entre espumas y se tienden en la orilla dejando, tras la resaca, oscuros rastros que delimitan la arena blanca alejada de los embates salinos.
Chispea sobre Berck y se vacía de caminantes pausados el paseo marítimo mientras arrecia la brisa que bambolea el agua de la atmósfera y la expande sobre la ciudad aromando de Atlántico los rincones.
Y frente al océano, con su torreta picuda elevándose a modo de discreto farolillo sobre los tejados de láminas apizarradas y sus albos balaústres forjados bajo los barandales sirviendo de elegantes antepechos a las galerías de su fachada principal, la emblemática presencia del Instituto Médico Calot, otrora sanatorio de tuberculosos San Francisco de Sales.
[…]
Tres años, de 1928 a 1931, de oceánicos efluvios marinos deseadamente curativos respiró Max Blecher junto a las dunas blanquecinas de Berck-sur-mer, aprisionado su tronco en implacable corsé de yeso, paralizadas y curvadas las piernas y permanentemente acostado sobre una cama rodante que los enfermeros se encargaban de deslizar con pericia por el sanatorio, siendo sustituidos, fuera de los límites del edificio, por una yegua cuyas riendas manejaba el propio Max; tres años -todavía habrían de transcurrir otros siete de inmovilidad y peregrinaje por diferentes hospitales europeos- dolorosa y apasionadamente intensos que desgranaría en una novela autobiográfica, Inimi Cicatrizate, escrita en tercera persona.
Marcel (Max) Blecher, dibujante, poeta y novelista rumano de tendencia surrealista y pre-existencialista, nació en la región de Moldavia el 9 de septiembre de 1909. Hijo de una familia judía de clase media, inició estudios de Medicina en París, donde se le diagnosticó una tuberculosis ósea que terminaría con su vida el 31 de mayo de 1938.
Fue, durante muchos años, un escritor sepultado en el olvido.
Obras: Cuerpo transparente (poesía), Acontecimientos de la realidad inmediata (novela), Corazones cicatrizados (novela) y La guarida iluminada (novela póstuma).
Trae la mar océana, mezcladas con la lluvia, las palabras que Max Blecher dijera, cercana ya la muerte, a su madre: “Mamá, en 29 años he vivido más que otros en cien. He viajado, he visto, he escrito”.
No conocía al poeta, así que menos aún su historia. Leerlam saber de ella, nos parece muy triste, pero al llegar al final y leer esas palabras a su madre, cambiamos los matices del pensamiento.
Abrazos
También para mí era un desconocido hasta hace unos meses, pero me ha maravillado la única novela suya que he leído.
Más abrazos.
Tampoco yo lo conocía, pero, a través de ese poema que transcribes, se adivina una sensibilidad especial.
Voy a buscar sus libros porque estoy segura que me gustarán
Besos y gracias por descubrirnos a alguien tan grande
Gracias, amigo, porque nos lo das a conocer.
Un gran abrazo
Su poesía no es muy extensa -diociocho poemas solamente- pero resulta atrayente; mérito, también, de su traductor, que ha sabido transmitir las sensaciones expuestas por el poeta en el idioma original.
Si tenéis oportunidad de leer Corazones cicatrizados -la novela donde, a través de su alter ego, narra su peripecia médica en Berck- os gustará; a ratos, estremece, pero, también, resulta tierna, vital. Un mundo dentro de otro mundo.
Un abrazo a ambas, Luz y Almena.
Soy el traductor de Blecher y agradezco mucho la mención que se hace de mí y la valoración del trabajo del traductor. Es más de agradecer por cuanto muy pocos lectores reparan en eso.
Blecher es un gran desconocido incluso en su propio país. Como tantas veces pasa, lo descubrieron otros, en este caso los alemanes, hace unos pocos años, y se ha convertido en un escritor de culto para los vanguardistas. Hace unos días vi en internet que se vendía en Inglaterra
la primera edición de Corazones cicatrizados por 700 libras.
Les deseo disfruten con la lectura de este autor insólito.
Aprovecho su visita para agradecerle, no sólo las exquisitas traducciones de Blecher, sino todo su metódico trabajo de divulgación de la Literatura Rumana. Ahora estoy con otra traducción suya, El libro de los susurros, de Vosganian; sobrecogedor.
Saludos cordiales, Joaquín.
Saludos desde el espeluznante futuro, ni te imaginas lo que ocurrirá en 2020… ve comprando papel higiénico y alcohol en gel
¿Debo, pues, hacer acopio de esos elementos para lo que sea que vaya a suceder dentro de diez años…?