«Balcones olvidados»: Archivo personal
A la Excma. Sra. Presidenta se le desmandan los pobres, los descastados que pueblan los arrabales capitalinos y compadrean con moros, sudacas y gitanos. La hez protesta y se amotina, se revuelve contra el orden natural y defenestra la sacrosanta pirámide social que, con tanto mimo, ensalivan y apuntalan la magna regidora y sus conmilitones.
¡A mí la Legión!
Y los Tercios de Flandes y hasta los encapirotados del Ku Klux Klan.
Bandas enmascarilladas agitan su rabia en los barrios bajos, entre bragas de mercadillo y figuritas del oso y el madroño made in China. La Excma. Sra. Presidenta, que ni mea ni caga ni ventosea (con perdón), clama, entre banderas y sutilezas, contra los desagradecidos arrabaleros, terroristas víricos, carne de Cáritas y gueto, que amenazan la aséptica fluidez de los barrios altos, del Madrid genuino y exportable, bastión de la decencia ideológica y del tocomocho de palacete marmolado.
¡A mí la Legión!
Y la Santa Hermandad y hasta la Brigada Político-Social, tan añorada.
Despotrica la turba aviesa, malencarada e infecta, bien dirigida por la izquierda golpista y patibularia, y sueña la Excma. Sra. doña Isabel Natividad Díaz Ayuso, impoluta dama gobernadora, tiempos gloriosos y políticamente encauzados.