«Petronila I de Aragón, (detalle)»: Archivo personal
«No pienso que galera o bajel o barco alguno intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, ni tampoco creo que pez alguno pueda surcar las aguas marinas si no lleva en su cola un escudo con la enseña del rey de Aragón».- Crónica de Bernat Desclot, siglo XIII.
Cuando en 1137 se acordó el matrimonio —bajo el régimen jurídico aragonés llamado casamiento en casa— de la pequeña Petronila, hija y heredera del rey Ramiro II de Aragón, con el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, se sentaron las bases de la que, hasta el siglo XVIII, sería denominada Corona de Aragón, potencia de primer orden, con especial significación en aguas del Mediterráneo —denominado Mar Aragonés en la época de esplendor de la Corona—, que estuvo formada por el Reino de Aragón, los condados de Cataluña y posesiones adscritas al condado de Barcelona, los Reinos de Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria.
Ramiro II, padre de la heredera al trono de Aragón, en las capitulaciones matrimoniales de la futura reina Petronila I, no dudó en dejar pactadas sus intenciones, no cediendo a su yerno ni la dignidad ni el título de rey —salvo que Petronila, reina propietaria, falleciera sin descendencia—, que sí heredaría Alfonso, su nieto y primer rey de la Corona de Aragón, hijo de Petronila y Ramón Berenguer.
Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y consorte de Petronila I, fue intitulado Príncipe de Aragón y, como tal, ateniéndose a los deseos de su suegro Ramiro II y a los Fueros de Aragón, administró hábilmente y amplió el reino aragonés hasta su muerte, acaecida en 1162, legando a su hijo primogénito el condado de Barcelona. En 1164, Petronila I otorgó testamento —ratificando el que ya había firmado en 1162— instituyendo formalmente como heredero del Reino de Aragón al primero de sus hijos, el ya conde de Barcelona, retirándose de la vida pública. Nacida en Huesca, el 29 de junio de 1136, la reina aragonesa falleció en Barcelona, el 15 de octubre de 1173. Fue la última monarca del Reino de Aragón, como feudo individual, y la transmisora de la dignidad real que posibilitaría la unificación de distintas tierras y sus singularidades diversas, bajo la férula de la Corona.
Alfonso II, el Casto. Pedro II, el Católico. Jaime I, el Conquistador. Pedro III, el Grande. Alfonso III, el Liberal. Jaime II, el Justo. Alfonso IV, el Benigno. Pedro IV, el Ceremonioso. Juan I, el Cazador. Martín I, el Humano. Fernando I, el Honesto. Alfonso V, el Magnánimo. Juan II, el Grande. Fernando II, el Católico. Fueron los monarcas que, desde el siglo XII al siglo XVI, dirigieron, gobernaron, guerrearon y expandieron la Corona de Aragón.
Los diferentes territorios que conformaban la Corona mantuvieron sus peculiaridades, lenguas, leyes y privilegios hasta la subida al trono del rey de España Felipe V de Borbón, contra cuyos partidarios lucharon en la Guerra de Sucesión, apoyando la candidatura al trono de España del archiduque Carlos de Habsburgo, segundo hijo del emperador Leopoldo de Alemania.
El primer rey Borbón, consciente de tener el enemigo en casa, se vengó de aquellas tierras díscolas, que se habían opuesto a su entronización, firmando los Decretos de Nueva Planta, que ordenaban la supresión de las fronteras arancelarias, los fueros y todos los privilegios de los territorios que, durante siglos, formaron parte de la Corona de Aragón, pasando a regirse, desde ese momento y por mandato real, aunque no sin resistencia, por las leyes de Castilla.
De aquel pasado común de los territorios de la Corona queda, en la actualidad, la impronta del Signum Regni Nostri, las barras aragonesas que todavía conforman las banderas de Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, aun cuando determinado revisionismo histórico haya propiciado el ocultamiento y la tergiversación del pretérito compartido.
ANEXO
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La Catedral de las Mentiras.- La otra historia de «La Catedral del Mar», de Ildefonso Falcones, Manuel Sancho Limones, abril 2007
NOTA
El retrato de cuerpo entero, e idealizado, de la reina Petronila I, que ilustra el artículo, fue pintado por Manuel Aguirre Montálvez (1822-1859) y se halla en la Diputación Provincial de Zaragoza.