«O Campanal. Valle de Tena (Huesca)»: Archivo personal
A las siete y veinte de la mañana dominical, con docena y media de gotitas de lluvia cumplimentándoles la piel recién duchada, se internan en el Betato (palabra aragonesa que en castellano se traduce como vedado, prohibido), el bosque encantado que Agustín del Correo pobló de criaturas fantásticas en aquellas narraciones infantiles desbordantes de magia pirenaica que les relataba y en las que hayas, abedules y pinos custodiaban los secretos de las brujas del valle de Tena, exorcizadas algunas pero nunca vencidas las que portaban, en sus silencios, la sabiduría ancestral.
Cuando, a petición de la veterinaria, se detiene el grupo bajo la tupida cúpula del ramaje que forman las inmensas hayas del bosque, todavía son capaces de recrear en sus oídos los imposibles bisbiseos de las hechiceras en sus conciliábulos secretos o los golpes sobre los tamboriles que precedían a los aquelarres y que tan bien remedan los torcecuellos —los peculiares repicapuercos, como se nombran estos pájaros en aragonés— tableteando con los picos sobre los troncos de los árboles, siguiendo el rastro de las incautas hormigas.
Camino del ibón, aún vuelve la cabeza María Petra, como si esperara ver a las bruxas que habitaron el hayedo del Betato de los cuentos de Agustín lanzándoles adioses cálidos y conjurando bienandanzas que sobrevuelan la cara nororiental de la sierra de la Partacua y envuelven a los senderistas hasta rozarles los rastros de la niñez ocultos en la memoria.
Está documentado que, en el siglo XVII, fue encausado por brujería, junto a dos cómplices, un hidalgo del valle, Pedro de Arruebo, hombre rico e instruido, que fue condenado a galeras (de las que logró huir) por haber endemoniado a 1600 personas, en su mayoría mujeres, que tras ser seducidas, mostraban «síntomas de posesión demoníaca» (dolores generalizados, mareos, convulsiones, pérdida de apetito y memoria, cánticos en lengua desconocida…). Un sindiós. Realizado un exorcismo en la iglesia de Tramacastilla de Tena, doscientas de esas mujeres se elevaron, en alucinante danza giratoria, hasta rozar la bóveda del templo, aterrorizando incluso al mismo exorcista y obligando al rey Felipe IV a tomar cartas en el asunto y a enviar con urgencia al Inquisidor General del Reino, que murió, al poco de llegar al valle de Tena, de resultas, se dice, de un maleficio.
Retiradas nubes y lluvia, refulge el Sol por la abertura del arco geotectónico de O Campanal, la caprichosa formación natural enclavada a 1860 metros de altitud, esculpida por el agua y el viento tras miles de años de erosión de la roca caliza y que el grupo deja atrás para descender hasta una pequeña hoya y remontar un nuevo desnivel que los acerca a uno de los tesoros de la Partacua, a los pies de los 2744 metros de imponentes paredes verticales de la peña Telera: el ibón de Piedrafita [FOTO], el más accesible de los cincuenta lagos glaciares del valle, destacando entre los canchales que salpican el suelo, y en cuyas aguas transparentes y gélidas, incluso en verano, moraban antaño las ondinas, entre las que destacaba —Agustín del Correo, dixit— la Mariaugüetas, bondadosa y sociable, que se disfrazaba de pastora para entablar conversación con quienes cuidaban los rebaños de ovejas y vacas que pastaban cerca del remanso y protegía, aseguraba el recordado cuentacuentos, a “todos los seres de corazón limpio que se acercaban al ibón”.



Una foto fenomenal.
Es un paisaje muy fotogénico.
Muy…
Es una dulce historia. Ten una buena semana. Te mando un beso.
Igualmente tú y otro beso.
Es un paraje maravilloso!! Que envidia!!! 🤣🥲
Sí, un auténtico quitapesares.
Salud.
Por fin un hombre acusado de brujería, pues, por lo general ese sambenito les tocaba siempre a las mujeres.
No era lo usual pero alguno caía, aunque, como en el caso de las acusadas mujeres, la colección de majaderías que se recogen en las actas inquisitoriales son alucinantes.
Claro que, si contamos bien, eran tres brujos y 1.600 personas contagiadas de brujería, de las cuales, 200 eran ciertamente mujeres y deja en el aire que podían ser muchas más. Lo dicho: que nos tocaba la profesión.
Dejando aparte la brujería , esos pequeños lagos deben ser como para irse a vivir allí hasta octubre.
Lo de las 1600 personas hechizadas no deja de ser otra de las exageraciones del inquisidor de turno; dudo que en ese valle y en esa época llegaran ni por aproximación a esa cifra de habitantes. Lo que sí es cierta es la tradición brujeril de la zona; siglo y medio antes de lo de Arruebo, hubo otro proceso a sesenta mujeres acusadas de lo mismo. Hay hasta un Centro de Interpretación de la Brujería.
Los ibones tienen su encanto, aunque la temperatura del agua, helada siempre, no invita al baño. Los lagos que hay en el valle no son de fácil acceso, excepto este de Piedrafita, al que se llega tras hora y media (dos, como mucho) de caminata, de ahí que siempre haya gente; el único problema es que carece de arbolado cerca del agua, dado que se trata de una zona glaciar.
En estos días y con 43° que sufrimos ayer, yo me bañaría en ese lago aunque saliera morada.
Pues ahora, en, verano, las capas de agua del ibón fluctúan entre los 4° y los 11°… Luego están las leyes aragonesas de protección de los ibones que, aunque no prohíben exactamente los baños, sí sancionan cualquier intervención que pueda alterar el ibón, y un guarda tiquismiquis podría interpretar que un baño lo altera y ponerte una señora multa.
…si te sirve de aliciente, Senior, me bañaría contigo y compartiríamos frescor, tiritona y… multa.
…Y tú no tienes las temperaturas que tengo yo.
Ah, pero no te creas que aquí no hace calor.
¡Qué convenientes eran ciertas denuncias! En aquél entonces se usaba la brujería, mientras que en la actualidad se recurre a otros medios, pero con los mismos fines. El arco es muy fotogénico, pero a mí me encantaría perderme por todos esos lagos…
Teniendo en cuenta que, solo en el Pirineo aragonés, hay cerca de doscientos lagos, de los que 142 se hallan en zona glaciar, no tendrás problema en perderte. Eso sí, salvo catorce, todos están a más de 2000 metros de altitud. Pero sí, merece la pena visitar aquellos que no necesitan de escaladas complicadas. Son otro mundo.
Curiosa historia y precioso paisaje. De lo primero, como alguien ha señalado, por fin un brujo. Desde luego que imaginación le echaban a raudales, porque eso de las doscientas mujeres que se elevaron, en danza giratoria, hasta rozar la bóveda del templo, suena a película de terror de serie B y de las malas. Pero eran los tiempos que corrían, Quizás ahora con la IA pueda recrearse algo parecido… y eso también da miedo…
De lo segundo, unas fotos preciosas y unos paisajes inigualables. He leído que hay cerca de doscientos lagos, una pasada. Por cierto que la foto del Ibón de Piedrafita, me recuerda mucho a mi querida Laguna de Peñalara a la que tantas veces he ascendido.
Un abrazo caluroso, por amistad y por la calorina que nos rodea estos días.
Leer las actas de los procesos inquisitoriales es introducirse en un contexto de extravíos delirantes. Es la demostración de cómo el imperio de la ignorancia destruye a los seres humanos.
Como no conocía tu Laguna de Peñalara he estado leyendo y mirando fotografías. Y sí, se dan cierto aire, quizás porque ambas son de origen glaciar y se hallan en un paisaje de similares características geoclimáticas.
Parece que no, pero el achicharramiento de estos días va remitiendo lentamente. Qué locura calorífica la de julio.
Abrazos.
Supongo que serán lagunas parecidas a estas
https://lagunasdesierranevada.es/
En principio, son también de montaña, pero otra cosa es su origen. Conozco bien la orogenia de los Pirineos pero no sé mucho de la de Sierra Nevada y las cordilleras del sur, que son la clave para entender la formación de esos reservorios de agua y la composición de esta.
Yo tampoco sé mucho sobre eso, pero he encontrado esta página de la Facultad de Ciencias, que dice cosas muy interesantes.
https://lagunasdesierranevada.es/sabias-que/#:~:text=El%20origen%20glaciar%20de%20la,evolucionado%20m%C3%A1s%20o%20menos%20r%C3%A1pidamente
Un enlace con datos muy interesantes y comprensibles. Después de la lectura es fácil de extraer que las lagunas de Sierra Nevada y los ibones pirenaicos son reservorios de agua muy diferentes pero tan importantes las unas como los otros.
Una excursión que me regala varias sorpresas, comenzando por los torcecuellos, bicharraco que por aquí no se encentra ni aunque te quedes con tortícolis.
La historia de Pedro de arruebo y las condenas a galeras me llevan a ese tiempo inqusitorial que sólo me arrojan algunos libros o cintas cinematográficas.
Y por último, entre paisajes y los lugareños, resalta O campanal, que me recuerda a la Sierra de la Ventana que tenemos por aquí, en la provincia de Buenos Aires, en donde la pampa se eleva algunos cientos de metros.
Un viaje espectacular.
Abrazos
Frodo
He estado viendo fotografías de la Sierra de la Ventana y, efectivamente, en algunos peñascos se observan rocas horadadas como en O Campanal; los elementos de la naturaleza son tan efectivos devastando lo mismo en el hemisferio norte que en el sur. También he leído que se trata de una zona turística, algo que no es de extrañar porque las zonas con elevaciones atraen a muchos senderistas. Un buen lugar esa sierra argentina, sin duda.
Más abrazos.