«Donde ancla la brújula»: Archivo personal
«Para mí no existe la nación sino el territorio, y el mío es Aragón y a él me atengo».- Ramón J. Sender, en el prólogo de Los cinco libros de Ariadna.
La garlopa recorre la madera en pasadas cortas y ruidosas que dejan al aire las vetas enrojecidas. “Entonces, ¿lo harás?”, vuelve a preguntar la veterinaria que se ocupa de la salud de los gatos del Barrio al hombre que trabaja, a horcajadas, sobre la tabla que va perdiendo, entre firmes raspados, los últimos vestigios de rugosidad.
Todo el calor vespertino parece acumularse en el pequeño taller en semipenumbra, entre gubias, escofinas y formones. Emil, con las manos desnudas cubiertas de polvo, coge la cartulina que la veterinaria ha dejado sobre el borriquete y contempla, de nuevo, el dibujo. “Puedo trabajarlo en fresno y avejentarlo, si quieres. O darle solo un par de capas de nogalina”. “No, no. No queremos que quede como un escudo antiguo… Yo te puedo ayudar con los realces. Lo que tú quieras… Serrar, barnizar… Y preparar los tintes vegetales si me explicas cómo…”
Emil sujeta la cartulina con el escudo del efímero Consejo de Aragón en el tablero de corcho que hay colgado sobre la mesa de herramientas que preside la fresadora. “Cuántos sueños aserrados”, dice.
El 19 de noviembre de 2011, se presentó en Caspe, sede del antiguo Consejo Regional de Aragón durante la Guerra (In)civil, el único vestigio de la enseña que simbolizó la lucha por la libertad en el Aragón republicano: Un banderín, de unos 50×30 centímetros, supuestamente del automóvil utilizado por Joaquín Ascaso Budría, con los colores del Consejo —negro por la CNT, rojo por la UGT y el PCE y morado por la República— y un triángulo lateral con las barras aragonesas. En el centro, el escudo, con sus tres representativos cuarteles territoriales separados por la A de Aragón: Los Pirineos altoaragoneses, el olivo del Bajo Aragón y el Ebro de la provincia de Zaragoza.
«La cadena rota del cuarto cuartel, simboliza al nuevo y libre Aragón. Y coronando el escudo, un sol naciente, emblema del Aragón que brota sobre lo derruido por los enemigos de la libertad». [*]
NOTA
[*] Del periódico «Nuevo Aragón», en su edición del 22 de enero de 1937.
Hubiera estado bien como rúbrica del escudo esa frase de Emil «cuántos sueños aserrados». Ma gusta mucho, es una pena perderla de vista.
Salud.
Sí, es una frase afortunada en cuanto a que se cercenó lo que podría haber sido una realidad que se quedó en sueño.
Salud.
No había visto jamás esa bandera y el escudo, la bandera la encuentro muy partidista, sin embargo el escudo me ha gustado, tiene garra y es representativo de nuestra tierra.
Saludos.
JBernal
Cierto, el banderín era partidista en tanto y cuanto representaba a un Consejo formado por partidos y sindicatos encargados de la organización de la retaguardia del territorio aragonés que no había caído en manos de los sublevados; esa era su misión. El escudo estuvo muy bien ideado, con esa estética de los carteles de la época pero con un componente sentimental importante.
Salud.
Muy bonitas palabras y bellos símbolos, bien dicho. Un saludo
Son símbolos que exponen la esencia de un territorio en un contexto difícil.
Salud.
Si, de acuerdo, me ha gustado mucho el escudo.
Un saludo.
El escudo es muy bonito.
Si lo piensas bien, de sueños aserrados están hechos muchos símbolos e ideales. Siempre hay una cara B en todo plan.
Me gusta, como siempre, tu manera de rescatar esos trocitos de historia de la tierra de Aragón en un contexto tan tormentoso como aquella guerra (In)civil.
Un abrazo, Una mirada.
Gracias.
A mí es un escudo que me gusta porque está diseñado desde la esperanza de un presente, por poco alentador que fuera, que se pretendía cambiar, y no desde la historiografía del pasado, que es lo usual en los escudos de los territorios. La guerra, por supuesto, lo trastocó todo, pero fue la posguerra la que dinamitó sueños y esperanzas.
Otros abrazo para ti.
El escudo, a bote pronto, recuerda la A con círculo del anarquismo.
Salvo que no hay círculo en este caso y la A corresponde a un territorio concreto aunque comparta inicial con una doctrina político-social que era mayoritaria ente los miembros del Consejo.
Me gusta el escudo de Aragón, con la encina, la cruz de Íñigo Arista, la cruz de Alcoraz, las cabezas de cuatro reyes moros y las Barras de Aragón, sin embargo el escudo, que nos muestras, si lo unimos al Canto a la libertad de Labordeta, harían un conjunto realmente precioso como escudo e himno de Aragón.
Oye, pues queda muy bien el escudo del Consejo con el Canto de Labordeta, van en sintonía, aunque como himno me gusta más La Revolandera
El escudo tradicional de Aragón es como visualizar la historia gloriosa a través de sus cuarteles.
Debe ser que me he hecho mayor. Y que, de madrileño, descubrir las tierras que se nos ocultaron cuando bachilleres, produce un efecto que multiplica las emociones.
El caso es que escuchar La Revolandera después de haber sentido los sueños aserrados de aquel sol naciente, de aquella cadena rota del cuarto cuartel, de la A de Aragón, de Los Pirineos, el olivo y el Ebro, he querido ser tan aragonés como tú o como Labordeta (del alma) y hacer mío ese coro de voces infantiles que me han parecido que son el futuro y que existe.
Es todo un placer. Toda una emoción. Todo un orgullo. Todo un Territorio.
Gracias por eso.
Hasta hace escasos años se escamoteó al conocimiento general que, en los diez primeros meses de la guerra, Aragón tuvo un autogobierno de mayoría libertaria y presidido por un anarquista, Joaquín Ascaso, y que no fue defenestrado por los fascistas sino por el gobierno republicano, manu militari, que mandó tropas bajo la batuta de Enrique Lister para hacer limpieza, es decir, para destruir las colectividades agrarias y purgar a los responsables anarquistas que habían puesto en marcha sus ideales en la retaguardia aragonesa manteniendo a raya al fascismo y trabajando para hacer llegar suministros al ejército repubicano.
Cuando los papis de la Constitución de 1978 establecieron que Galicia, Cataluña y el País Vasco eran comunidades históricas porque sus estatutos de autonomía se aprobaron durante la II República, no tuvieron en cuenta que Aragón fue, de facto, una autonomía (vale, libertaria, pero autonomía) que, además, con anterioridad a la guerra, el 15 de julio de 1936, había hecho llegar a las Cortes el Proyecto de Estatuto, en la misma fecha que el de Galicia. Pero, como bien sabes, la historia oficial se escribe al dictado, suprimiendo lo que no interesa. Y, por supuesto, ni la Revolandera es el himno de Aragón (ni siquiera el Canto de Labordeta) ni el escudo del Sol naciente tiene la menor importancia.
Salud, Justo. Y… ¡gracias!
La historia está llena de sueños aserrados que contribuyen a escribirla. Me ha gustado el escudo. He leído que el Consejo de Aragón duró seis meses. Es curiosa la historia del autogobierno aragonés porque no la conocía en su totalidad y curioso (y seguramente triste) que desapareciera por el propio gobierno republicano. Intenso post e intensos comentarios. Hermoso escuchar La Revolandera con el apoyo de un coro de niños y niñas. Un abrazo.
Aunque, oficialmente, el Consejo Regional de Aragón se constituyó en enero de 1937, con la aquiescencia del gobierno republicano, se gestó y empezó a funcionar, de facto, en octubre de 1936, merced a la gran implantación del movimiento anarquista en las localidades donde empezó a funcionar el trabajo colectivo, aunque el visto bueno gubernamental no se dio hasta que se formó un comité con representación de todas las izquierdas, de las que la CNT llevaba la voz cantante, aspecto que motivó la suspicacia del gobierno y que terminaría con graves enfrentamientos y la supresión del Consejo en agosto de 1937.
Cordialidades.