«Los girasoles de la calle Saguesgaña»: Archivo personal
Cuenta una leyenda navarra que «un peregrino que hacía el Camino de Santiago llegó, sediento, cerca del Alto del Perdón buscando una fuente donde saciarse y, hete aquí, que encontrose con el diablo, que había tomado la forma de un guapo doncel. El joven se comprometió a indicarle la ubicación de la fuente si el peregrino se avenía a negar a Dios, oponiéndose a ello el romero. Entonces, ofertole el demonio señalarle la fuente si negaba a la Virgen, con idéntico resultado. Finalmente, asegurole que le daría un trago de agua si renegaba del apóstol Santiago. Como el peregrino se mantenía firme en sus negativas, el diantre, rabioso, desapareció tras una nube de azufre y quien se hizo presente ante el piadoso y casi moribundo peregrino fue el mismísimo apóstol, que le ayudó a llegar hasta la oculta fuente, ofreciéndole su propia vieira para que bebiese de ella«.
Único elemento tangible de la fábula religiosa del pasado, la fuente de Reniega —que por ese nombre es conocida, aunque se la rebautizó más adelante como fuente de Gambellacos— sigue proporcionando su agua a cuantas personas, devotas o no, amplían sus paseos por ese monte, situado a unos trece kilómetros del centro de Pamplona.
I
Los caminantes rebasan la comitiva peregrina que Vicente Galbete esculpió en chapa en el Alto del Perdón, desafiando al viento que se regodea en las quietas figuras metálicas —en perpetua e imposible marcha por el llamado Camino Francés— antes de ser absorbida su energía cinética por los aerogeneradores del Parque Eólico, que se yerguen, descomunales, en la sierra que, con presteza, descienden los paseantes en dirección a Zizur Nagusia.
Seis kilómetros —o acaso siete— con el Sol y el viento, tenaces, campando por el sendero en pendiente, a cuya mitad los andarines aceleran el ritmo hasta salvar la ladera y asentar los pies en el asfalto llano que, continuándolo poco más de medio kilómetro hacia el oeste, bordea los inspiradores campos de girasoles que la brisa, ya apenas brava, acuna, dispersando cortas nubecillas de avispas que cabriolan sobre el atrayente amarillo de las lígulas.
II
En el segundo piso de la vivienda de la calle Saguesgaña, el agua de la ducha y la prisa recorren los cuerpos. Zumba el viejo aparato de aire acondicionado y acallan las risas los timbrazos del interfono.
Retoman la calle, hidratados y lustrosos, los andariegos, con pasos cortos y apaciguados, y contonea el viento los tallos híspidos de los mirabeles, como suaves adioses.
Qué aparente estuvo el Apóstol para dar de beber el sediento. La vida estuvo y está llena de leyendas. Buen finde.
Al final no pude poner el video de Ramón Acín. Mi blog no me admite ese formato. Lo intentaré de nuevo.
Las historietas relacionadas con este y otros personajes de la misma cuerda, son para sentarse en el suelo y no parar de reír; pero mira la extraordinaria tajada que obtuvieron de semejante cúmulo de simplezas…
Con el video no puedo ayudarte porque no sé ni cómo se inserta en un widget…
Me gustan esas leyendas, por muy falsas que sean. Dan testimonio de una época y nos sirven para comprobar cómo va cambiando el ser humano. En cambio, los generadores que estropean nuestras cumbres, me parecen obra del demonio, por muy necesarios que sean.
Las leyendas del Camino de Santiago son una constante. Esa ruta siempre ha tenido mucha importancia, no sólo en lo religioso, sino en lo económico y social, en la misma proporción que lo tiene ahora. Esas leyendas fueron, en su momento, un estímulo para el peregrinaje; hoy, resultan pueriles pero ahí están.
¿Eso fue antes o después de que el apóstol se dedicara a matar moros? Que hay que ver lo activo que le salió el hijo a Zebedeo…
Se ve que, con el teletransporte, el buen hombre estaba en un sitio y otro sin que se le posara una mota de polvo en las sandalias.
Bonita leyenda, que como suele suceder con todas relativas al demonio, suelen tener un final feliz. Y curioso el nombre que se le dio a la fuente.
No sólo la fuente. La sierra del Perdón se llama, en eusquera, Erreniega/Erriniega. Habría que saber si los nombres de la sierra y el manantial son anteriores a la leyenda o si esta se construyó aprovechando la curiosa toponimia.
Leyendas que dan sentido a un lugar llenándolo de magia, y complementando la historia de manera agradable..
El conocimiento y el respeto es una gran base para todo en general. Si todos la tuvieran mejor nos iría.
Un beso, amigo.
Los lugares son lo que las personas queremos ver en ellos y las leyendas aportan el elemento mágico. Las elevaciones topográficas siempre tienen cierto halo misterioso para amenizar el recorrido y, en su momento, ese aliciente serviría de ayuda a los peregrinos que seguían esta ruta, fomentando en ellos que el apóstol no los iba a abandonar en las vicisitudes del recorrido.
Otro beso.
Una calle de girasoles, me gusta!!
Imagínate: A un lado, los campos de girasoles; al otro, los edificios de viviendas de la urbanización.
Curiosa leyenda que conforme iba leyendo, creía recordar haberla escuchado antes, lo que me ha producido una especial sensación, pues mis abuelos maternos eran navarros y caso de ser cierto mi recuerdo, habrá venido de ellos cuando yo era niño. Un abrazo.
Quizás te la relataron tus abuelos y leerla te ha ayudado a refrescar la mmoria; en las zonas próximas (Zarikiegi, Zizur, Galar, Astrain…) a la sierra del Perdón es muy popular y se halla recogida en las recopilaciones de cuentos y leyendas de Navarra.
Más abrazos.
¡Cuánta historia tiene El camino de Santiago!
Hace poco escuché en mi programa de radio favorito (ese con el cual cada tanto los torturo) las diferentes historias -leyendas- de cómo pudo llegar Santiago a hispania. Me encantó los varios mitos que hay alrededor.
Y, viniendo mi familia de Galicia, siempre escuche de esto, y cuando mis abuelos volvían de visita a «su tierra» hacían alguna parte de El Camino.
Abrazos, gracias por traerme todos esos recuerdos.
Acá tenemos «la peregrinación a Luján» de 60 km. Pero al lado de las de allá, jugamos en segunda división. Ja.
Mitos, dices bien. Porque ese es el resumen de las supuestas andanzas de Santiago, un mito que fue tejiéndose a lo largo de la ruta jacobea y que se ha mantenido a lo largo de los siglos merced al peregrinaje.
He estado leyendo sobre la peregrinación a Luján y el fervor que despierta en esa primera semana de octubre. Interesante.