«Surreal»: Archivo personal
Hay que meter en cintura a las feministas. A esas “piojosas de ultraizquierda”(sic), como las denomina ese modelo de educación exquisita y faro de la justicia que es don Francisco Serrano Castro, honorabilísimo candidato a mandamás de la Junta de Andalucía (qué magno presidente ha perdido la tierra de Manolo Escobar) y correligionario del muy noble y ponderado hidalgo vascongado y Patriota Cum Laude, don Santiago Abascal Conde, adalid de la España Una, Grande y Atornillada, digno sucesor del astur Pelagius Rex y muñidor de esa excelsa campaña de Vindicación Masculina avalada por unas ¿estadísticas? Top Secret que aseveran la existencia de una ingente y preocupante cantidad de mujeres —¿acaso comunistas, anarquistas, psoecialistas, podemitas, separatistas, autonomistas, federalistas, abortistas y otras –istas “feminazis psicópatas de género”(sic) y “vividoras feministas radicales transgénicas”(sic) desviadas del Camino Patrio…?— maltratadoras, violadoras y asesinas de donceles y caballeros.
NOTA
Las expresiones entrecomilladas se corresponden con algunas de las utilizadas, con su probada finura, por el ilustre don Francisco Serrano Castro en diferentes tuits.
Calla, calla… No hables en pasado de ese honorabilísimo candidato a la presidencia, porque todavía no sabemos en que va a quedar la cosa. Que hay quien dice que todas estas negociaciones son puro teatro y ya está todo atado y bien atado.
¿Me quieres decir que esa ilustre flor de pitiminí togada tiene posibilidades de (re)inaugurar el NODO? Sería tan grotesco…
No se si fue ese el que dijo que en Granada había terminado la Reconquista y en Granada iba a empezar ahora. Para echarse a temblar…
De los integrantes del nacional-friquismo se puede escuchar/leer cualquier afirmación; y si es pomposamente ridícula, más posibilidades tiene de que pretendan elevarla a la categoría de Ley.
Yo pensaba que a mi edad, algo más de cuarenta años, ya no me iba a asombrar por anda, pero que confundido estaba, si hasta que llegue a septuagenario, me tengo que seguir quedando pasmado con las barbaridades que hoy en día se escuchan, creo que no lo aguantaré.
Lo peligroso no se halla en las barbaridades que estos proponen sino en los vítores y el respaldo -y, peor aún, votos- que dan otros a tan esperpénticas salidas.
Antes de las elecciones me quedé con una encuesta del mundo que decía que se trasladaban votos de Podemos y Psoe a Vox, ahora ya en frio empiezan a darle explicación. Cazadores, taurinos, padres divorciados…. etc. Algo se estaba legislando deprisa y mal que a provocado este rechazo o postura de frente, que han recogido. Dicho de otra manera es una consecuencia.
Para votar una tendencia claramente involucionista hay que ser algo más que amante de la caza y las corridas de toros o víctima de un divorcio complicado…
Leyendo lo que defiende vox nadie diría que estamos en el siglo XXI y que toda esa ideología retrógrada estaba superada. Como tú comentas el peligro está en el número de votantes dispuestos a «comprar» esos planteamientos de tiempos pasadísimos.
Buen fin de semana, Mirada.
Pues ya ves: hacia atrás, como los sogueros; pisoteando logros, derechos y libertades; creando ficciones y reinventando la historia.
Feliz finde y óptima semana.
Compartimos la misma indignación, Una mirada…
Porque alzar este post es una manera de manifestarlo, se palpa la intencionalidad, se agradece la elegancia y sutileza e ironía que has tenido, pero sobre todo la claridad de tu postura. Y en esa me veo afín.
Lo peor de todo es que parece no haber límites en esto, y eso es una pura temeridad.
Un abrazo. Y feliz descanso dominical.
Escuchar y leer a la gente de ese partido subvertir la realidad para convertir el feminismo en la actitud a batir argumentando unas falacias que no sólo insultan a las mujeres, maltratadas o no, sino a cualquier persona con una percepción ponderada de la realidad, me parece lo suficientemente deleznable como para responder. Por otra parte, cuando leo ese chorreo de memeces campanudas del ideario vintage con el que han entrado en política, no puedo sino tomármelo a chacota en tanto y cuanto su cuota de poder no pase de mera altanería de recién llegados; de lo contrario, sería para preocuparse.
Otro abrazo en este domingo de cielo soleado y suelo gélido.
No seré yo quien defienda a VOX, pero sí que diré que en España tenemos una ley claramente anticonstitucional desde hace ya muchos años que criminaliza a los hombres por el hecho de nacer con el cromosoma Y. Una ley que lejos de cumplir su función de salvar vidas femeninas permite que determinados colectivos se embolsen el dinero de los Españoles sin ningún recato ni vergüenza.
Me extraña no ver más referencias a esos que viven de los demás sin prestar ningún servicio a la comunidad. Abogo por unas leyes justas, por la presunción de inocencia y por una igualdad efectiva que hoy no existe. Eso sí que fue un paso atrás.
De momento, lo único que ha hecho el PSOE durante décadas ha sido robar a espuertas al tiempo que sumergían a los andaluces en el pan y circo de la ignorancia. No soy tan inocente como para pensar que los que vengan sean diferentes, pero sí me alegro de ver al menos caras nuevas.
Cuando ganan ellos, es porque hay democracia, y cuando ganan los otros volvemos a los escraches. Curiosa forma de entender el derecho de todos a decidir.
No, no defenderé a VOX, pero tampoco a los que llevan una vida sumiendo a Andalucía en la pobreza, monetaria e intelectual.
Me sorprende que de un post más o menos ácido extraigas unas conclusiones que no tienen ninguna correspondencia con lo escrito en esta bitácora en sus diez años de existencia.
Responder a un grupo político utilizando sus propias andanadas no significa defender a ese Psoe eternizado en Andalucía que no acepta la minoría de sus fuerzas en el Parlamento.
Objetar a los insultos y falacias contra el feminismo y los hombres y mujeres que defienden la igualdad no equivale a abogar por la criminalización de todos los hombres, actitud que supondría, no sólo una injusticia sino un despropósito.
Infaustamente, en esta sociedad nuestra la violencia contra las mujeres no es una inventiva feminista sino una lacra que supura, se desparrama y hiede. Pero, sobre todo, mata.