«[…]en la realidad hidrológica, económica, productiva y social española, los grandes trasvases […] no responden a una necesidad social objetiva de nadie ni a una estrategia productiva o autárquica del país, sino a una apetencia, a un deseo de lucro que raramente guarda proporción con el daño físico y moral que conllevan, y menos aún con su coste económico y patrimonial de naturaleza. Su perversidad está en que son planteados como un parabién del futuro, como una exigencia del progreso, que en su hipocresía no duda en utilizar el discurso de las necesidades de boca y la situación del pobre agricultor.» – Fco Javier MARTÍNEZ GIL. Catedrático Emérito de Hidrogeología. Universidad de Zaragoza
Regresan los ingenieros de la demagogia financiada con su aluvión de embustes generadores de improperios. ¡Trasvase! ¡Trasvase! ¡Trasvase!, vocean. Y el coro de incondicionales —con los oídos anegados de las consabidas engañiflas— grita, con el desprecio escupido con cada sílaba: ¡In-so-li-da-rios! ¡In-so-li-da-rios!
«Dios ha castigado a los aragoneses con las riadas por avariciosos«, dice una señora de muy buen ver mirando, tras las gafas de sol, la cámara que llevará su sentencia hasta las familias que han perdido casas, tierras y ganado.
En un país donde el desconocimiento arrastra más sedimentos que las crecidas de los afluentes que han desbordado el río principal, se sigue entonando el mantra del agua que el Ebro «tira al mar» en vez de transportarla, ¡oh, divinidades del cemento!, mediante una red de canales y tuberías de buenas proporciones, ochocientos kilómetros en sentido contrario, en trepidantes pendientes cuyo bombeo eléctrico entraría en la historia de las aberraciones hidráulicas del siglo XXI, amén de arrasar una parte considerable de la cuenca cedente para construir en ella portentosos pantanos donde guardar el preciado líquido que exigen quienes pretenden mantener sus vergeles hortelanos y sus paraísos para turistas a costa del prójimo del norte.
Hay quien ha declarado a Pedro Sánchez, de «sobreactuar» en sus críticas al Gobierno por las inundaciones, y ha garantizado que se gastará todo lo que sea preciso para paliar los daños.
Pero al pobre no le habían prestado unas katiuskas y «A mí me han organizado la visita, voy donde me llevan».
A día de hoy ya se han recogido más de 9.000 animales muertos en granjas e instalaciones ganaderas de la provincia de Zaragoza y aún quedan unos cuantos en Remolinos debido a que no pueden acceder.
El susodicho ha prometido rapidez inmediata en las ayudas a los damnificados, quizá no le han dicho que hay todavía personas o ayuntamientos que no han recibido las ayudas de la riada del 2013.
En vez de tanto visiteo archipublicitado más valdría que ese señor que todavía tiene mando en plaza reúna a personal experto para que le expliquen qué medidas preventivas han de ponerse en marcha ya para evitar este tipo de desbordamientos.
No conozco la realidad de la cuenca del Ebro, pero sí un poco la de nuestros ríos, que son mucho más pequeños, pero no avisan como ha avisado el Ebro, de forma que causan víctimas, cuando en estas grandes inundaciones solo ha habido daños de animales y cultivos. Que es mucho para quien vive de eso, por supuesto, pero menos que una vida humana y, sin embargo, tampoco se le pone remedio a esas crecidas por aquí abajo, ya que todas tienen origen en obras mal hechas, carreteras que van por donde no deberían ir, construcciones en ramblas, etc.
Cuando se maltrata a un río, se eliminan los bosques de ribera y se comprime su cauce con construcciones los efectos de las riadas son devastadores.
Un muy buen y cercano amigo que comparte nación con usted, siempre me dice lo mismo cuando sale a corearse el tema del trasvase, que al margen de valoraciones económicas, lo que habría detrás es un negocio de ventas de agua de unos a otros en las tierras que presumiblemente se beneficiarían del trasvase a cuenta del erario público, que dejarían en pañales a más de una historia del pelotazo. Yo como amigo suyo, confío en lo que me dice y así lo creo.
Donde dije «valoraciones económicas», quise decir «valoraciones ecológicas».
…y las infraestructuras. No nos olvidemos de ellas. Qué gran negocio semejante Parque Tubérico para las constructoras y las eléctricas.
Que les pregunten a los castellanomanchegos la putada que les supone el trasvase Tajo-Segura y cómo sus pantanos se han convertido en las reservas hídricas de Murcia pasando por encima de las necesidades socioeconómicas de los pueblos castellanos.
Salud.
…y la última «entrega» hídrica entra en la categoría de burla, hallándose los dos embalses del Tajo, de los que se trasvasa, al 22% de su capacidad y los del Segura al 67%.