«Mannequin»: Archivo personal
Cuatro gorriones pedigüeños se acercan, envalentonados, a las mesas de la terraza del bar que hace esquina en la plaza, donde antaño se elevó la torre albarrana de la ciudad. Suena la media en el reloj de la iglesia de Santo Domingo y San Martín. Las siete y media de la mañana y ya el sol se cierne sobre las parasoles que sombrean parcialmente a las cuatro o cinco personas que desayunan frente al sobrio templo de ladrillo ornamentado con pilastras laterales. Humean cafés, cortados y cigarrillos. Los gorriones familiares recogen los pedacitos de cruasán depositados en el suelo y revolotean hasta los árboles para regresar inmediatamente junto a los pies de sus benefactores en busca del siguiente bocado. Un acéfalo maniquí se yergue en la calzada donde apenas circulan cuatro o cinco ciclistas. En la mesa más alejada, un hombre vestido con una camiseta con los colores de la III República lee el periódico mientras un gorrioncillo ventrudo picotea con fruición un trozo de churro a pocos centímetros de su mano.
Siempre es bueno hacer un descanso. La escultura me imagino que estará puesta relativamente hace poco y creo que el bar en el que trascurre la acción es la cafetería Garabato. ¿Puede ser?
Disfruta de tu descanso.
Es ese establecimiento, sí. Y el maniquí forma parte de una colección instalada por la Asociación de Comerciantes en el trayecto de la zona peatonal.
Me parece una escena relajante de lo más agradable. Un receso así, aunque sea de vez en cuando, es algo que todos nos deberíamos de permitir. Un lujo, vamos.
Abrazos
Es que a esa hora es un gustazo detenerse y mirar alrededor.
Besos.
Fijaos en los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan; y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. Mt. 6,26 Al parecer, aquí los del receso son instrumento del Padre celestial a las siete y media de la mañana…
No sé, no sé… Igual el Padre celestial está demasiado ocupado estudiando la Teoría del Big Bang y no se fija en las menudencias de la corteza terrestre…
El maniquí descabezado es el de la foto?? Qué roooojo, jajaja.
Ese mismo. Rojo, sí. Y con dibujos en… negro. 😀