Regurgitan los patriotas chascarrillos disfrazados de solemnidad chabacana y burbujea la tóxica ciénaga donde evacuan la podredumbre líquida que excretan sus cerebros.
Ungidos con su propio miasma, reptan sobre el sometido latifundio dejando en el ambiente su maloliente esencia de albañal.
[…]
Si uno tuviera tiempo sentiría
como veinte minutos de vergüenza.[…]
–Mario Benedetti–
Estos la vergüenza no la tienen xq no saben ni definirla, se les da mejor hacer de destroyers.
Todo por la patria, Sands. La de los bolsillos de los elegidos para la gloria y el disfrute, se entiende.
Regurgitan y nos salpican a los demás con bilis corrosiva.
Valientes morrofiemos.
Nos salpicarán… mientras lo consistamos. Nuestra resignación es el motor que les proporciona energía, Fer.
(Busca el artículo 35 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano).