Vuelve lo nuestro.
La fritura. Nati Mistral. El puchero. La troquelada reserva espiritual de Occidente. El cuadro de actores de Radio Madrid. El relumbrón de los caireles. El Alcázar sitiado. La faja. Los escapularios. Los libertadores…
El pan con vino y azúcar. Las tapias de los cementerios. La violetera. Los jardines de La Granja. El tocino rancio. El miriñaque. El caracolillo de Estrellita Castro. El agua bendita. El gol de Zarra. Las historietas del Jabato. Las enaguas. El volumen corporal de García Carrés. Los zapatos topolino. Pemán versificando los movimientos giratorios de Lola Flores. Los velones de aceite. Los cruzados. Gibraltar español…
Trotan por el Ruedo Ibérico las siluetas de los toros de Osborne guiadas por el águila azabache que aletea a los acordes victoriosos de la Marcha Real.
Una bandada de gaviotas cierra el cortejo…
En un recodo del camino, doña Concha Piquer, entona, al paso de la comitiva: “Apoyá en el quicio de la mancebía…”. A su lado, un gato siamés se sacude el polvo adherido a los bigotes, inicia una imperceptible sonrisa, bosteza y se acuesta, panza arriba, bajo el sol mañanero del vigésimo segundo día del mes de mayo.
🙂 🙂 🙂
tienes cada golpe 🙂
Es que con este panorama…
Si volverá a volar de nuevo, no de esta manera, pero lo hará a su modo.
Apoyá en el quicio de la mancebía,
miraba encenderce la noche de Mayo.
Pasaban los hombres
y yo sonreía,
hasta que en mi puerta paraste el caballo.
Serrana me das candela
y yo te dije gaché.
Y marimandona dicen que era la del famoso baúl. Ni el censor de turno consiguió que cantara «apoyá en el quicio de la casa mía» -que vaya tela la de los apañadores de texto festoneando las letrillas hasta la majadería-.
De repente, me ha caído una sobre oscuridad encima.
Salvando la palabra «enaguas» lo demás lo puedes quemar, incluso las enaguas mismas.
Abrazos
Pues fíjate, Trini, que ni he mencionado el refajo, la mantilla y el Cara al Sol (…me salen muchas pecas)…
Mejor tomárselo a chacota, aunque sin perder la perspectiva,
Otro abrazo.