«Angels Path»: Osvaldo Buccafusca
En Sadako Sasaki los efectos mortales de la bomba que el B-29 estadounidense Enola Gay dejó caer en la ciudad de Hiroshima, asomaron diez años después, cuando la leucemia se apoderó de la vitalidad de sus esperanzadores once años de vida para cercenar, en tan sólo catorce meses, su optimista y mágica lucha contra la Parca impuesta. Porque Sadako, alentada por su amiga Chizuko, no se resignó a su trágico destino. “Sabes, Sadako, conozco una historia maravillosa de alguien que realizó mil grullas de papel y los dioses le concedieron un deseo. Ten, yo he hecho esta primera grulla dorada para ti; sólo quedan novecientas noventa y nueve para que los dioses abran su Palacio de los Deseos Cumplidos”, le dijo Chizuko.
Seiscientas cuarenta y cuatro grullas más tarde, y tras decidir que pediría un mundo en paz y la curación de las víctimas de todas las guerras, Sadako falleció. Pero las grullas de papel continuaron, salidas de las manos de sus compañeros y compañeras de escuela, superando, con creces, la cantidad estipulada para que los lejanos dioses de Chizuko hicieran efectivo un deseo inalcanzable.
Así fue como Sadako Sasaki entró a formar parte de la historia y, cincuenta y cuatro años después de su muerte, comparte sueños alados con Ramón Acín Aquilué, artista de tiernas manos libertarias, que también soñó con la Diosa Libertad y le dio forma en dos humildes pajaritas que llevan ochenta años de huellas infantiles en el parque de Huesca.
Sueños que parece que no se cumplen si echamos un simple vistazo al mundo en la actualidad donde se prentende llegar a la paz a través de la guerra, donde la democracia no reparte ni justicia ni igualdad por más que tanta gente de a pie vierta cada cuatro años su esperanza en las urnas, eligiendo a gobernantes que ofrecen en sus programas utopías que nunca dejarán de serlo.
Un abrazo
Esta mañana he leído de la exposición e iré en cuanto llegue a «Huesqueta», a toparme con Elboj seguro, que este hombre parece que tenga clones porque me lo encuentro en todas partes.
Salud.
Que valor tienen los que nunca pierden la esperanza, la ilusión, la fe…
Abrazos y pajaritas
…pero quién sabe, querida Luz, si esos gestos dispersos que hoy sólo son sueños para unos acaban siendo una pesadilla para todos aquellos que pretenden hacer de la metralla elemento cotidiano. También las revoluciones pueden iniciarse con aquello aparentemente nimio… O deberían.
(Aunque… no siempre soy tan optimista…)
Afectos.
No pases pena, Fer, que tu tocayo -o el clon, a elegir- ya se hizo la correspondiente foto en el lugar de los hechos. Bueno es él.
Valor y, sobre todo, empeño, Trini.
Doble ración de efusiones y pajaritas.
La pena es que seguimos haciendo grullas de papel. La paz total nunca llega. Europa , parece, que acabó con sus guerras, pero los poderosos iniciaron otras y otras y otras, lejos de sus casas, lejos de sus familias, en lugares remotos desde los que no llegará hasta sus hogares el olor a sangre, el gemido del herido, el llanto de esa familia huérfana de algún familiar. Porque a sus familias las tienen que proteger del dolor, de la muerte y del espanto. Les gusta mantenerlas fuera de los mundos que ellos están creando para beneficio propio; hay que gastar ese armamento para mantener el negocio, total, los que mueren y sufren son otros que están tan lejos…, su llanto no nos llega, pensarán, por eso alimentan la guerra.
Se acabará el papel antes de que se acaben las guerras.
«General, tu tanque es más fuerte que un coche,
arrasa un bosque y aplasta a cien hombres.
Pero tiene un defecto:
necesita un conductor.
General, tu bombardero es poderoso,
vuela más rápido que la tormenta y carga más que un elefante.
Pero tiene un defecto:
necesita un piloto.
General, el hombre es muy útil,
puede volar y puede matar.
Pero tiene un defecto:
puede pensar.».- Bertolt Brecht.
Tal vez, Esperanza, como expresas en tu sentido texto, se acabe el papel, pero siempre nos quedará el Ser Humano. Y no todo ser humano es manejable, comprable y vendible.