Mora el turista en Segovia, indemne y arropado…
“Emma Rodríguez Pinar, una ciudadana española de 56 años, está ingresada en un hospital argentino desde el 10 de octubre. Cansada de no encontrar trabajo como economista por culpa de su edad y vivir, en parte, gracias a la pequeña pensión que percibe su madre, decidió probar suerte en Argentina. Una vez allí, un catarro mal curado derivó en una neumonía atípica. Ahora está luchando por su vida lejos de toda su familia, sin prestación o cobertura social y sin medios económicos. Ayúdame a conseguir que el cónsul español la traiga de vuelta a casa para que se pueda curar.” Así empezaba el llamamiento desesperado de Juan Manuel Rodríguez Pinar en los medios y redes sociales. Ciento cuarenta y un mil euros —el coste del vuelo medicalizado Argentina-España, que el Ministerio de Exteriores español consideraba “demasiado caro” para financiar el regreso y la posible supervivencia de la maltrecha compatriota— sellaron el destino de Emma, que falleció en Córdoba (Argentina) el pasado 20 de diciembre.
Mora en Segovia, regocijándose en el prometedor futuro, el mártir repatriado…