«Plaza de los Tocinos (Huesca)»: Archivo Viñuales de fotos antiguas
Desde la conquista aragonesa de Huesca en 1096 y hasta el decreto de expulsión definitiva de los moriscos firmado por Felipe III en 1609 —que se ejecutó en Aragón el 29 de mayo de 1610—, el barrio de San Martín, extramuros, fue territorio de los musulmanes oscenses, convertidos al cristianismo como condición para seguir habitando la ciudad de sus antepasados. San Martín era, entonces, un animado barrio con sus callejuelas y adarves colmados de ollerías, tejerías y curtidurías, que se extendía hasta las fructíferas huertas que, además de los cultivos al uso, se llenaban de hermosas matas de albahaca que aromaban exquisitamente el estío oscense, tradición originada en la época romana que ha llegado hasta nuestros días, no concibiéndose las jornadas festivas dedicadas al santo Lorenzo, patrono de la ciudad, sin las macetas de albahaca en calles, ventanas y balcones y los ramitos que portan en la mano o asomando en los bolsillos de las camisas y pantalones, los y las oscenses.
En ese barrio de esencia mudéjar cuya mezquita —conocida como la Mezquita Verde— fue derruida por orden de los gobernantes cristianos, se construyó allá por el siglo XIII la iglesia de San Martín, parroquia de los moriscos, demolida en 1868 debido a su estado ruinoso y convertido el espacio que ocupaba en plaza, nombrada del Justicia, en homenaje a la ilustre figura histórica de autoridad en el Reino de Aragón que tenía como misión la defensa de los Fueros aragoneses. Y en ese recinto al aire libre en el corazón de la antigua Morería de la ciudad, comenzaron a celebrarse ferias de ganado, siendo las de porcino las más populares, hasta el punto de empezar a llamar los oscenses a la que era y es plaza del Justicia, plaza de los Tocinos, denominación que ha pervivido. Si a un oscense se le pregunta por la plaza del Justicia, tal vez dude unos segundos, pero si se le menta la plaza de los Tocinos no titubeará a la hora de dar las indicaciones pertinentes para llegar a ella.
Durante décadas, cuando dejaron de celebrarse allí las ferias de ganado, la plaza de los Tocinos acogió el mercadillo de ropa de los martes, que congregaba a una clientela fidelísima y ecléctica, amén de paseantes y mirones. Limitando la plaza se construyó, allá por los años treinta del siglo XX, la emblemática Casa Polo, de arquitectura racionalista, en una de cuyas plantas vivió Manuel Sender Garcés que, dos veces alcalde de Huesca, fue el encargado, en 1931, de proclamar la II República en el balcón del Ayuntamiento. Desde esa vivienda de Casa Polo se despidió de su joven esposa, Marcelle, aquel aciago 20 de julio de 1936, para dirigirse al Ayuntamiento, del que era concejal por Izquierda Republicana, sin sospechar que marchaba hacia la muerte.
Enfrente de Casa Polo se inauguró, en la década de los setenta, uno de los primeros bares-frankfurt de la ciudad, El Viejo Acordeón, que ayudó a dar una segunda vida a una plaza que había ido perdiendo protagonismo con el paso del tiempo y que tuvo una lamentable época de degradación contra la que lucharon los habitantes del barrio, orgullosos de morar en la parte del Casco Viejo que antaño fuera territorio mudéjar de la ciudad.



Seguramente en mis múltiples viajes a Huesca he pasado al lado de Casa Polo más de una vez.
Cuando no se tiene conocimiento de la historia o de cómo ha sido la evolución de una ciudad, hay cosas que ni te fijas. Cuando vuelva lo tendré en cuenta.
Gracias por ilustrarnos.
Salud.
En la actualidad, Casa Polo ha pasado a ser una construcción discreta, quizás porque junto a ella se levantan edificios posteriores de varias plantas y ya no resalta tanto entre las casas antiguas de la plaza y si no se sabe que se trata de un edificio racionalista puede pasar desapercibido. Si recalas una vez más en Huesca y entras en la plaza de los Tocinos, ahora qué sabes de Casa Polo, la verás.
Salud.
¿Se sabe si se fueron totalmente los moriscos? Pues para que se fueran de Granada tuvo que haber otra orden real en 1611 y, aún así, parece ser que más de la mitad no se fueron o volvieron después.
Teniendo en cuenta que los territorios de la Corona de Aragón mantuvieron su legislación y singularidades hasta el siglo XVIII, probablemente muchos moriscos permanecieron en sus localizaciones; había pueblos en los que prácticamente toda la población era de origen árabe y es posible que las autoridades aragonesas tuvieran mucha manga ancha porque había leyes internas en las que los moriscos y judíos gozaban de protección especial por pertenecer a las Aljamas Reales de la antigua Corona.
Es genial conocer sobre lugares que nunca has visitado y quisieras conocer. Gracias por llevarme ahí. Te mando un beso.
No es un lugar especialmente bonito pero tiene mucha historia.
Salud.
Hoy me he dado la gran liada, buscaba en Google Maps, «Plaza de los Tocinos» y me salía «El Origen» calle del Olmo 4, después de muchas vueltas, menuda paliza me he dado andando, leo el comentario que le haces a azurea20, y vuelvo a releer tu entrada, y por fin he encontrado «Casa Polo» y La Plaza del Justicia.
Animado con esta búsqueda, me voy a Zaragoza, ya que en varias ocasiones he buscado la famosa placa donde fue ejecutado Juan de Lanuza, Justicia de Aragón.
Y me ha tocado dar unas cuantas vueltas al Mercado Central, pero ha merecido la pena la he encontrado.
Aunque no se lee excesivamente bien, te puedes acercar a ella.
Para Google Maps, tan tiquismisquis, la plaza de los Tocinos no existe… ¡aviados vamos si solo nos dejáramos llevar por esa aplicación que desconoce el callejero popular que no aparece en las placas oficiales…!
Conozco esa placa (aquí se lee mejor) del Mercado Central de Zaragoza que recuerda al Justicia que pagó con su vida el buen empeño de un cargo que llevó con dignidad hasta las últimas consecuencias. Bien está que lo hayas recordado.
He estado en la plaza de los Tocinos y en «El viejo acordeón». No sabía la historia de «Casa Polo» pero recuerdo el establecimiento «Tintorería Polo» y algunas calles estrechas que dirigen hacia la avenida de los Danzantes si no me equivoco.
Saludos.
JBernal
La tintorería estaba en la planta baja.y actualmente el local es un estudio de diseño. Parece ser que la familia propietaria de la tintorería lo era de todo el edificio.
Salud.
Me he dado un buen paseo por Huesca con la herramienta de google que has enlazado. He recordado que en ese restaurante «El Origen» estuvimos comiendo un día que visitamos a nuestro hijo cuando estuvo sustituyendo a la titular en el instituto «Sierra de Guara».
Saludos.
JBernal
No he comido nunca en El Origen, así que ya estás más puesto que yo en la gastronomía que se puede degustar en esa plaza.
Salud.
Curiosidades e historias de la Historia, que desconoceríamos si no fuera por tus amenos y documentados relatos. Gracias!
Abrazo!
A poco que se fisgue en calles, plazas y edificios aparecen detalles desperdigados que, en conjunto, relatan el devenir del tiempo.
Un abrazo.
No sé bien qué esperaba de la casa Polo, pero me ha sorprendido su arquitectura. También llama la atención cómo pasa el tiempo. Si los que iban a rezar a la mezquita hubiesen sabido del uso posterior del barrio en el que estaba emplazada… Adoro la albahaca. al tiempo que repruebo la violencia, venga desde donde venga.
En Huesca la albahaca es sinónimo de verano y fiesta desde hace siglos. Cuando se construyó, Casa Polo resultaba llamativa porque todos los edificios que había junto a ella tenían cientos de años. Sus líneas limpias y el uso de hormigón y metal crearon escuela y, a partir de ella, se construyeron en la ciudad muchos edificios con patrón racionalista.
Me gusta mucho la sensibilidad que posees para hilvanar la historia e intercalarla con personas que significaron (significan) mucho para ti. Todos los hilos se mueven con maestría, como si de un baile se tratase, para crear un bonito retrato-recuerdo del pasado y traerlo al presente.
Historias de historias, como ha dicho Bisílaba. No puedo estar más de acuerdo!
Un abrazote.
El recuerdo de Manuel Sender (hermano, además, de Ramón J. Sender) es imposible que no venga a la memoria cuando se trata de la plaza de los Tocinos, porque él vivió, una vez casado, en esa misma plaza y en ese edificio entonces singular que es Casa Polo. Es fácil mantener el hilo narrativo dando pinceladas con aquellos acontecimientos más relevantes de ese rinconcito que, aun discreto, tiene mucha historia.
Más abrazos, apreciada.
Son muchos los pueblos y ciudades en los que el nombre de algunas calles son sustituidos por el nombre popular, como en el caso de la Plazas de los Tocinos, sin importar si Google Maps no la encuentra como tal. Siempre aprendiendo de tus letras, hoy de Huesca, una ciudad que tengo que visitar pues aunque la provincia si la conozco (dentro de un orden), la capital más bien poco. Cuando vaya, releeré algunos de tus bien documentados posts. Un abrazo.
Huesca es una ciudad pequeña; en tiempos se decía que era «un parque [el parque Miguel Servet, que está en el centro] rodeado de edificios«. Pequeña pero con una historia apasionante. Es una ciudad a la que hay que saber mirar para descubrirla.
Cordialidades.
Todo aquello que tenga que ver con un santo llamado Lorenzo ha de interesarme, como ya verás en mi próxima entrada.
Por cierto, voy a ver qué es de la vida del jugador Gaich que tiene o tenía el Huesca.
Abrazos!
Gaich estuvo en el Huesca una temporada y no tuvo mucha fortuna… No sé si ahora está en un equipo italiano, pero me da que la afición oscense no lo echa de menos. Imagino que esa próxima entrada tuya estará dedicada a tu equipo, el San Lorenzo de Almagro, al que has hecho alguna referencia en otras ocasiones. Esperaré a ver.
Más abrazos.