«La alambrada»: Archivo personal
Yo no podría vivir en una sociedad donde todos hicieran,
pensaran y vistieran lo mismo,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad
donde todos cantaran las mismas canciones,
canciones que hablan de gente predestinada a ganar o a perder,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad
donde no se pudiera ser viejo,
feo, gordo, flaco, bajo, alto o negro,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad
dominada por el cálculo material,
donde las cartas estuviesen marcadas
y las reglas del juego prefijadas desde antes de nacer,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad donde la política
hubiese quedado exclusivamente en manos de los políticos
y el único principio moral fuera perro come perro,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad
hecha de vacío y telerrealidad,
de banners, links, mails, sms, facebook y demás,
pero es en este mundo donde vivo.
Yo no podría vivir en una sociedad donde los amigos fueran
puntos de luz en una pantalla,
cuerpos que no olieran, no tuvieran sabor,
no pudieran abrazarse ni hacerles cosquillas,
pero es en este mundo donde vivo,
en este mundo
donde vivo.
—Nadie al otro lado, poema de Antonio Orihuela contenido en el libro Todo el mundo está en otro lugar, publicado en 2011—
Repito con el poeta: «es en este mundo donde vivo». Desgraciadamente.
Buena tarde.
Exactamente; «en este mundo». Tal cual. Pero siempre se puede empezar a caminar para intentar cambiarlo.
Salud.
También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver;
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser.
J.A. Labordeta
Por eso mismo, porque hay que empezar a caminar en el presente para trazar ese futuro distinto que otros podrán disfrutar.
Me ha llegado este poema de Antonio Orihuela (al que no conocía), con esa fuerza de Celaya al decir:
«… la poesía
arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho…»
Un abrazo, que también los de los amigos están «en este mundo donde vivo»
Inmenso Celaya. Y no andaba falto de razón: la poesía siempre es un arma cargada de palabras cuya intencionalidad señala cada verso.
Y se acepta, cómo no, ese abrazo virtual que traspasa la pantalla y vibra, regresando al punto de origen con la misma intensidad.
No conocía ese poema, pero aunque tiene un tono pesimista, contiene mucha realidad. Escojo el optimismo pues a veces el mundo es así de malo pero hay días que son una autentica maravilla y con esos me quedo. Me ha encantado la foto de la gatita… Saludos.
…pero ese aparente pesimismo del poeta en realidad encierra el propósito de buscar la manera de cambiar las tornas.
Salud.
Vale, si es así pues avanti! Salud.
Un atentado llevó a Adolfo Suárez al poder.
Un atentado llevó a Felipe González al poder.
Un atentado llevó a José María Aznar al poder.
Un atentado llevó a José Luis Rodríguez Zapatero al poder.
Mientras tengan dinamita,
¿por qué van a fiarse de las urnas?
«Democracia vigilada» de Antonio Orihuela
La poesía de Orihuela es rotunda, dura. No busca ornamentar sus textos sino ser directo, a veces rudo. Pura poesía anarquista.
Describe una realidad muy tangible. Y sin embargo, yo tengo amigos sin redes sociales, me relaciono con quienes piensan diferente en cuerpos muy diversos de todas las tallas y colores. Aquí en Suiza, en Zug en realidad, veo más a mis amigos cara a cara que en Madrid. Al final nos reparten muchas cartas, pero casi siempre podemos decidir cómo jugarlas.
No creas que está al alcance de todas las personas poder jugar con esas cartas puesto que no existen las mismas oportunidades para todas las personas y, como en el dicho, muchas veces los árboles ocultan el bosque.
Es que las oportunidades son precisamente las cartas. No todos tenemos las mismas, cierto, pero sí disponemos de alguna buena por muchas malas que nos hayan tocado. Y hay gente con muy mala mano, también es cierto, pero son muchísimos más los que lo usan como una excusa para no jugar porque es más cómodo que te saquen las castañas del fuego. El mérito del mus y del póker es ganar con malas cartas.
Me gusto eso de «ganar con malas cartas». De lo que se trata, más que de ganar, es de tomar consciencia de la realidad para transformarla, pero no desde la teoría sino dando los pasos necesarios.
Así es, vivimos en un redil…Y pregunto por qué no nos salimos Todos de ese otro lugar y nos ponemos al mismo lado ? Quizás cambiaríamos la forma de vivir de este mundo.
No lo conocía y es la verdadera realidad.
Buena noche.
Un abrazo.
Ahí está el quid, en intentar (al menos intentar) salirse, porque los rediles no son sino vendas en la capacidad de reflexionar y está claro que el mundo no cambia solo, necesita del empuje humano.
Salud.
Un poema contundente y pesimista. Quiero creer que podemos al menos intentar darle la vuelta, con pequeños gestos, que sumados con otros, podrían cambiar estas costumbres socialmente impuestas, que no elegidas. Un abrazo.
Si no hubiera leído otros poemas y textos de Orihuela, quizás me quedaría con esa sensación derrotista del poema, pero entendiendo el escrito como un ejercicio de realidad crítica lo veo más como un revulsivo para despertar conciencias.
Cordialidades.
🌸💗💗
Merci, Christine!!!
Una canción de La Renga, muy popular de nuestro rock de los 90, decía así:
«…llegué tarde al sistema, ya estaba enchufado. Así funcionando».
Creo que la resignación, es una sensación compartida entre la canción que menciono (que por cierto se llama El Revelde -con V-) y el poema que nos traes.
Abrazos
Muy oportuna esa canción de La Renga. En todo caso, lo que ha de hacerse es buscar «otros enchufes» a los que conectarse, que seguro los habrá y no conformarse con el sistema conocido o dejarse llevar por la inercia.
Cordialidades.
Un bonito poema.
Yo añadiría: «….por eso siempre nado a contracorriente…».
El mundo que nos ha tocado vivir, no debería obstaculizar lo que realmente nos hace sentir vivos.
Gracias, Una mirada.
Feliz arranque de semana.
Abrazos!
Muy bien por ese añadido que tanta falta le hace al poema para mostrar, a lo grande, el inconformismo.
Besos y abrazos primaverales.
La anónima soy yo: Contadora de Libros.
No sé por qué salió así.
Misterios de WordPress. Pero eres, aun sin nombre, afectuosamente reconocible.