«Receso en la linde»: Archivo personal
«La derecha tiene las escrituras de propiedad de España, un derecho histórico suyo, y hasta prehistórico. La izquierda ha sido, en cortos períodos, una especie de arrendataria, que está en el poder a cambio de un canon, generalmente bajo forma de paz social. Como arrendataria que es, la izquierda tiene que conservar las cosas, sin cambiarlas, para devolverlas a su legítima dueña tal cual eran, cuando el arriendo acabe. Siendo ésta la situación, es lógica la irritación de la derecha cuando la izquierda intenta introducir reformas de calado, que cambien sensiblemente la finca, aunque sea para mejorarla. «Usted destripe los terrones, abra surcos y siembre, pero no toque los linderos, ni meta jornaleros sin permiso ni subarrendatarios», advierte a la arrendataria. En cuanto ésta se desmanda un poco, va a dar aviso al cuartelillo, donde siempre saben lo que hacer.»
Pedro de Silva: «Las reglas del juego«
«Nos hemos de seguir adaptando a las necesidades de los mercados nacionales e internacionales«, advertía Juan Rosell, presidente de la CEOE, tras conocerse los resultados de las elecciones autonómicas y locales del pasado domingo. Las intermitencias del Ibex 35 y la presencia de elementos de incertidumbre, de los que alertaba la Moody’s Corporation, copaban los titulares de aquellos medios de información que entienden la participación ciudadana en tanto y cuanto los resultados de la misma se ajustan a las estructuras financieras que dominan la geopolítica internacional.
La pantomima democrática consiste, pues, en permitir y hasta alentar la colocación en los cajones de salida hacia la pista de carreras de corceles, percherones, asturcones, burdéganos y mulos de diferentes establos pero que únicamente alcancen con holgura la meta final los dos o tres bien adoctrinados que ya han decidido los dueños del hipódromo.
Al asturiano parece que le coge lejos Andalucía, en donde nunca ha mandado la derecha. Es más, nunca llegará a mandar mientras presente candidatos con pinta de señorito que se acaba de bajar del caballo procedente del cortijo.
Andalucía es la sempiterna patada en la boca de la derecha fruto de tantos años de trato miserable donde la izquierda, a ojos de tantos, es la única garantía de supervivencia*. Pero eso no sustrae la razón al articulista: La derecha se cree propietaria de los territorios que conforman España; es su Finca, su Campo de Mangoneo… Sólo tienes que ver la reacción de los y las de siempre y sus jaleadores mediáticos ante la pérdida de buen acomodo.
*El Psoe se ha hecho con la clientela.
Lo malo es que ahora los corceles, percherones, asturcones, burdéganos y mulos de diferentes establos están como el perro del hortelano y el señorito del cortijo puede aprovechar la mejor ocasión que vieron los siglos.
Ah, pero es que están las distntas comparsas estudiando al detalle con quién ir del brazo… Que la próxima Feria -quiero decir, convocatoria electoral- es en noviembre.
Me ha gustado la opinión de Pedro de Silva y ahora cuando los «arrendatarios» parece que empiezan a despuntar llegan los votantes que siempre votaban al PP aunque en esta ocasión han dejado de hacerlo y empiezan a comentar «Pues ya verán estos, ya veremos el país que nos dejan…»
Como mi idea es muy pobre de lo que se puede estar fraguando en los entresijos de la política, simplemente estoy a la expectativa de lo que se irá definiendo poco a poco y luego iremos viendo.
Pues fíjate que el artículo de Pedro de Silva tiene cerca de diez años ya; pero no pierde vigencia y se acomoda perfectamente a la actual situacíón.
El PP ha perdido dos millones y pico de votos, que ya es un síntoma. Aunque tampoco sabría decirte de qué.
Votos que se ha llevado el catalán, que es Rajoy sin corbata, como digo hoy en mi blog.
…y transversal, oiga. También transversal. 😀 😀
Lo dicho. PPTorres de nuevo en el sillón, por obra y gracia de «los nuevos».
…dentro de cuatro años nueva oportunidad de desalojarlo.
A ver si lo veo…
La «pantomima democrática» en lo que se refiere a los partidos de izquierdas se resume fácil. En cuanto chupan poder se dedican a poner en práctica políticas de derechas.
Salud.
Tal y como está el terruño electoral, más les valdrá ejercitarse en consonancia con aquello que esperan y demandan sus votantes.
me da vergüenza oírlos,
yo quiero escuchar «que tienen que entrar en la cárcel, ese es el principal sentido de un código penal, todo el que se lo haya llevao»
Pero observo que coordinadamente, ninguno de los quedan y surgen, lo dicen, así mismo observo, que quienes lo decían, los han reventado desde dentro, también coordinadamente.
Me preocupa la subida de tono, hay decibelios de más, y poca letra en los cantautores, y en el concierto en general que están dando
Un saludo
Ante tanta inmundicia sólo resta salir corriendo, pero… ¿hacia dónde?
Salud(os).
Item más…
¿Por qué se considera delito electoral, con penas de multa o cárcel, la negativa a formar parte de una mesa de votaciones?
¿Por qué, a quienes deciden votar, se les obliga a asumir la candidatura completa de una formación sin posibilidad de elegir nominalmente?
Así es, sin duda alguna, tal y como lo dice… y todo lo demás es comedia, mala comedia. Que algunos ven al país como su cortijo, es algo innegable, muestras de ello hay muchas para quien lo quiere ver. Que hay otros que aún no formando parte de esa élite lo aceptan, pues ven en ello su conveniencia particular, también… ¿Pero qué se puede hacer? No hay respuesta, seguramente porque han adormecido las conciencias en una mediocre confortabilidad o sensación de estable seguridad a la que no queremos abandonar bajo ningún concepto.
…y lo peor, Charles, es que han conseguido convencer a muchas personas de que la práctica de la democracia consiste, exclusivamente, en introducir una papeleta en una urna cada cuatro años o cuando toque. «Cruce usted los dedos para ver si ha acertado y si no, a fastidiarse hasta que vuelva la época de la mascarada urnística«, parecen querer decir pervirtiendo una, cien, miles de veces, el signifiicado de la palabra democracia. Pronunciada por según quienes, suena a permanente pitorreo.