«Landstreicherin»: Archivo personal
Cuando Iliane, Ana y Étienne enfilan el carril-bici de la avenue des Minimes, ya se halla Katiuşa —con el cupo de turistas alemanes a su cargo— junto a la vieja noria de agua del Jardín Claude Nougaro, al lado de la Casa de España, retrocediendo al pasado del hoy populoso barrio de Toulouse, cuando en el actual trazado de modernos bloques y encantadoras casas toulousaines[*], se extendía el colorista reino de los horticultores que regaba el Garona y curvaba el Canal de Midi.
Gorjea el parque, envuelto en efluvios de jazmines y violetas, emulando al desaparecido cantor Nougaro, gloria permanente de la orgullosa ciudad occitana, y se internan guía, alemanes y ciclistas en la floresta, rozando con la vista el monumento en bronce sobre piedras esculpido por el expatriado Joan Jordá a la memoria de los exiliados españoles.
Veinte minutos después de cortas zancadas bajo la rutilante esfera solar que hace ascender la temperatura hasta los 22º, muestra Katiuşa a los incansables teutones las mansas aguas del puerto de l’Embouchure, con las barcazas meciéndose arrítmicamente junto al empedrado embarcadero que vigilan los Ponts-Jumeaux.
Al atardecer, con los alemanes recogidos en su hotel de la rue Héliot, abre Katiuşa la ventana —la que da a la place d’Arménie— de la salita de la casa de la Hermana Marilís, y escapan, traviesas, las notas del Cumpleaños Feliz desde el violín de Étienne. Y ríen Ana e Iliane mientras Marilís rasga, complacida, los papeles cromáticos que envuelven los regalos traídos del otro lado de los Pirineos.
NOTA
[*] Son casas tradicionales de trazado simétrico, de planta baja y construidas, mayormente, con ladrillos rojizos; con una puerta central y una o dos ventanas a cada lado, generalmente resaltadas. Poseen, además, una moldura que marca la separación entre el techo y el hueco abuhardillado bajo el tejado. Antiguamente, eran las viviendas de los hortelanos que trabajaban en lo que hoy es el barrio des Minimes.
Además de la lectura y de todas las preciosas fotos que nos has puesto, me ha surgido una duda, giróvago según la RAE, es 1. adj. vagabundo.
2. adj. Se dice del monje que, por no sujetarse a la vida regular de los anacoretas y cenobitas, vagaba de uno en otro monasterio.
Pero a mi me sonaba de otra cosa y he comprobado en Wikipedia que también existe esa acepción para, Los Derviches giradores, danzantes que, giran sobre sí mismos con los brazos extendidos, simbolizando «la ascendencia espiritual hacía la verdad, acompañados por el amor y liberados totalmente del ego».
En este caso, el título se refiere, exclusivamente, a la primera acepción, pero gracias a tu sanísima curiosidad no se me van a olvidar los derviches giróvagos.
(Landstreicher/in también significa vagabundo/a… en alemán).
Ese monumento del exilio es el q se basa en una foto de un hombre con una niña con muletas? Vi por la red un cartel me parece q de esas esculturas. Cuando encuentre la foto q te digo la pongo para ver si es.
Salu2.
Si te refieres a esta fotografía, has dado en el clavo, Sands. Se trata de la pequeña Alicia Gracia, de Monzón (Huesca), con su padre Mariano y sus hermanos Amadeo y Antonio, detrás.
Era esa, le había perdido la pista. GRACIAS.
Como con frecuencia me muevo por lugares turísticos para hacer fotos, suelo encontrarme con grupos de turistas acompañados de su guía y muchas veces me he preguntado como se puede enseñar y explicar un monumento o un lugar todos los días -o varias veces al día- sin perder interés por él y sin que eso lo noten los clientes.
Todo dependerá de la profesionalidad del guía y del interés de las personas guiadas. En casi todas las profesiones se repiten pautas y aspectos que se van adecuando a las circunstancias. Las rutinas, aun siéndolo, se enriquecen, porque cuando se trabaja de cara al público suele haber aportaciones continuadas.