Si nos atenemos a las opiniones de quienes defienden y avalan la existencia de las Centrales Nucleares, lo ocurrido en Fukushima debería tener idéntico impacto en la ciudadanía que un accidente automovilístico o de aviación; nadie –dicen– deja de conducir por muchos percances que se produzcan en las carreteras, como tampoco se renuncia a un viaje entre las nubes a cuenta de la posibilidad de un brusco descenso sin probabilidad de retorno.
Las Centrales Nucleares –insisten– son seguras y respetuosas con el Protocolo de Kyoto. Además de ser económicamente competitivas, garantizan el suministro eléctrico, generan empleo y –subrayan– son ABSOLUTAMENTE necesarias para el desarrollo de un país.
Unos filones irrenunciables.
–¿…y Chernóbil?
Unos Eldorados de radiactivos isótopos a quienes únicamente un terremoto seguido de un tsunami pueden arañar levemente en sus poderosas estructuras para que la propaganda antinuclear mantenga su anticuado mensaje alarmista.
–Pero… ¿ y Chernóbil?
Allá por los años setenta del pasado siglo se tuvo conocimiento del proyecto de construcción de una Central Nuclear a orillas del río Cinca, en la localidad oscense de Chalamera, cuna de Ramón J. Sender. No parece que la población bajocinquesa reconociera y valorara los beneficios (¿?) de la edificación, contra la que se rebelaron en aunada protesta de la que se hizo eco el cantautor Joaquín Carbonell en una composición cuyo estribillo fue coreado por cientos de gargantas: “En Chalamera, con Chalamera/ ya es hora de gritar./ En Chalamera, con Chalamera/ no queremos Central.”
Nunca se sabrá si el eco de las voces opositoras fue la clave para desestimar el proyecto. Pero la Central no se construyó.
Es terrible lo que está sucediendo en Japón. Ha sido horrible la fuerza de la naturaleza; horrible e inevitable; pero más lo puede ser la «fuerza» de algo creado por el hombre y evitable.
Si te soy sincera, creo que esta central de la que hablas se paró porque no les resultaría beneficiosa a sus bolsillos. Ya sabes que pocas veces el grito del pueblo puede con las avaricias de los de siempre.
Abrazos
…pero resulta tan estimulante, Trini, soñar con «el pueblo unido jamás será vencido«… Y más en una época donde el franquismo hacía/deshacía en «su» finca española…
Más abrazos.
Hay alternativas a la Energía Atómica, hay otros combustibles que no proceden del petróleo, hay vacunas descubiertas sin aplicar; hay hasta lo que ignoramos que existe y que podría ser mejor en términos objetivos, que lo que se ha adoptado…
Pero es el sistema quien decide y los intereses del mismo quienes mandan. Ante eso no podemos hacer nada.
Opino como Trini que en Chamalera no sería la oposición de los ciudadanos la que decidiría, y menos en la época de la que se trata.
Un abrazo
Eso es precisamente lo que el lobby nuclear y sus bien pagadas franquicias mediáticas pretenden escombrar con sus loas a la energía nuclear: la existencia de alternativas.
Como siempre, todo es cuestión de dinero…
Otro abrazo, Luz.
P.S.- Se cuenta que, tras las que se llevaron a cabo contra el trasvase del Ebro, las protestas contra la central nuclear de Chalamera fueron las mas sonadas.
¡bravos aragoneses!
desde siempre
Un abrazo
…me temo que en la actualidad hasta la bravura se ha visto afectada por la crisis…
Otro abrazote, gentil Almena.
Después de los comentarios que he leído por aquí, yo voy a dar mi opinión, muy politicamente incorrecta, pero asi pienso.
SI a las nucleares.
Ya se que el riesgo es grande, y que como ocurriera un accidente, y mira que te lo digo desde Burgos, aquí no se libran ni las ratas; pero qué quieres que te diga, la electricidad que producen estas centrales es mucho más barata que todo ese parque Ecológico/alternativo que ensucia los paisajes(solo tengo que ver ciertas zonas de mi provincia) y produce mucho ruido (los molinos)
Mientras no inventen , (que seguro está inventado pero no les interesa ponerlo en marcha porque los beneficios son pequeños), alguna fuente alternativa segura, limpia y con bajos costes de producción yo apoyaré la nuclear. El recibo de la luz se nos está poniendo a precios insoportables desde que nos han metido las subvenciones de las alternativas que , para mí, son una auténtica estafa; primero LES PAGAMOS PARA QUE PRODUZCAN y una vez que producen NOS COBRAN LO PRODUCIDO, vamos que, pagamos doblemente la luz que consumimos; encima los escedentes de producción no pueden ser acumulados; encima si no hay viento, parados, en época de hielo y nieves, parados……
Pero que nadie me diga que la culpa es de que ahora empezamos a pagar la energía a coste real y que hace 8 años …tatataa… En aquella época teníamos un deficit tarifario, pongamos de 1.000 y, desde que tenemos las energías estas tan ecológicas ellas, el déficit tarifario se ha disparado a 20.000.
Total, cuatro llenándose el bolsillo a nuestra costa.
Estamos, quién esté, en contra de las nucleares pero ponemos las lavadoras y vemos las televisiones con energía nuclear procedente de Francia.
Vamos que esto es como aquello de quién está en contra del mal trato animal y luego disfruta comiendo el exquisito paté de pato.
Un abrazo.
No puedo estar más en desacuerdo contigo, Esperanza. Las centrales nucleares dejaron de ser avanzadillas de la producción energética el mismo día que sus entusiastas promotores fueron conscientes de la incapacidad humana para gestionar los residuos radiactivos que generaban. Y si no observa cuántos países se apresuran a construir Mansiones de Uranio en sus territorios…
Y en cuanto a la dependencia energética que supuestamente tiene España de Francia, simplemente no es verdad; es más: España es exportadora de electricidad. Lo que España sí compra en el extranjero son las materias primas que generan energía -carbón, gas, uranio…-… al igual que lo hace Francia (que sí invierte en energía nuclear pero depende del uranio que compra a otros países). Naturalmente, el principal escollo para que las energías alternativas tomen la delantera a las nucleares son -y de España hablamos- las empresas privadas que gestionan estas últimas cuyo lema es algo así como “o las nucleares o el caos patrio”.
Besos.