«Pycnoporellus»: Archivo personal
Los chasquidos de las resueltas pisadas sobre el lecho de ramitas y hojas comprimidas del sotobosque alertan a los arrendajos que, apostados en el follaje, transmutan la suave cadencia de su parloteo en desatada vocinglería —¡Intruso, intruso, intruso!, parecen clamar—. Es tal el rebullicio de los córvidos que, además de lacerar los tímpanos del caminante, hace salir de su camuflado dormidero a una gineta que, en un visto y no visto, cruza, espantada, entre las piernas humanas y desaparece bajo los matorrales que remontan, enmarañados, hasta la pardina Foncillas.
Apaciguadas las volátiles zaragateras, se desliza el recién llegado hacia el río arrastrando el tafanario, como tantas otras veces, por el talud arcilloso cuyo acceso se distrae tras un árbol abatido y colonizado de pycnoporellus. Aguarda la frigidez mañanera del agua para acometer botas, calcetines y tejanos hasta entumecer, de pies a muslos, la dermis asaltada conforme el humano entrometido, dispuesto a alcanzar el ribazo contrario, vadea jadeante los remolinos que esculpen y engalanan de espuma las aristas de los poliedros rocosos encallados en el cauce.



A menudo somos intrusos en la naturaleza, aunque sin voluntad de serlo, más bien con ánimo de curiosear y de aprender. La foto es una maravilla. Abrazos.
Así es, aunque incluso una presencia humana inofensiva altere a la fauna que no nos necesita para su supervivencia..
Más abrazos.
La Naturaleza y los que la habitan no se fían de los humanos.
Maravillosa foto.
Salud.
Digamos que, aunque no todos los seres humanos somos vándalos, hay desastres en la Naturaleza que solo los seres humanos provocamos, ya sea por indiferencia o, peor, a conciencia.
Salud (pero con abrazo incluido).
Como me encantan tus descripciones del Pirineo, aunque en este caso, para mi pardina independientemente de lo que diga de manera oficial la RAE, siempre he considerado que es una enorme casa de campo dedicada a la agricultura y ganadería, aunque normalmente no habitada durante todo el año.
En cuanto a la foto, ese hongo, del que no me aprenderé el nombre, me está naciendo constantemente de un tocón de aproximadamente 80 cm de altura de un enorme pino oregón que tuve que cortar ya que se hacía excesivamente grande y peligraba la casa. Los voy arrancando de vez en cuando y son preciosos, me refiero a los hongos, pero compactos y muy leñosos que me imagino, que poco a poco va descomponiendo el resto de un antiguo y gran pino.
Añado a tu definición (que comparto) que la casa forma parte de un terreno en el monte. La pardina Foncillas que se nombra en el post es una zona de pastos para la yeguada de monte con establos y una casa que acoge a quienes suben a la yeguada y se ocupan de ella.
Lo has expresado muy bien, querido Jubi. Los pycnoporellus son parasitarios de la madera muerta, que van convirtiendo, poco a poco, en podredumbre que toma el mismo color del hongo. Lo mismo les vale una conífera que una caducifolia, porque se emplean a conciencia. Eso sí, son unos parásitos vistosísimos, ¿verdad?
Anónimo = unjubilado
No hay Anónimo que pueda contigo.
Qué cuorioso y qué bonita tu foto del hongo colonizador.
Me ha hecho gracia que utilices la palabra «tafanario». Se la escucho de vez en cuando en tono gracioso a un amigo y siempre había pensado que eran cosas suyas :-))
Un abrazo!
Jajaja, ese amigo tuyo te ha evitado buscar en el DRAE. Pues, originalmente, la palabra que aparecía era «posaderas», pero tras leer un par de veces el texto en voz alta, me percaté que, como en la línea anterior estaba la palabra «zaragateras», aquello parecía un juego de rimas, y me decanté por «tafanario» porque quería, sí o sí, una rotunda polisílaba…
Más abrazos.
Pues yo he tenido que buscar tafanario y también me ha hecho gracia, porque he pensado en la diferencia de esta palabra con la de Paola Hermosín en el título de su vídeo, que hasta la pone en mayúsculas.
«Tafanario» es un término más disimulado aunque sea «culo» el más contundente, pero, como le explicaba a Bisílaba, quería una polisílaba que supliera a «posaderas» y enseguida me vino a la mente ese «tafanario» que, aun no siendo una palabra de uso muy común, cumplía su papel en el texto.
Desde que publicaste el post de Paola, he visto varios vídeos suyos que ahora he dejado en compás de espera mientras miro a tus bailón y bailona menearse como jamás aprenderé.
La naturaleza da tanto y a veces no es tan valorada como debería el hongo es muy bello.
A veces, nos olvidamos que también formamos parte de la Naturaleza, incluso ese hongo parásito tan bonito.
Salud.
Me enamoran las fotos de la naturaleza, y la que nos compartes hoy es preciosa.
Además, tu relato nos sumerge en ella de manera intensa y vívida. Senderos que se quedan en uno, y uno que quiere quedarse en ellos.
Abrazos de un inminente otoño.
Sí, y esa Naturaleza de la foto muestra, además, trazos otoñales, con la intensidad de los colores; transitando por ella se nota la humedad que transmite el río y esos aromas que combinan las emanaciones de la flora y la fauna.
Más abrazos, frescos e intensos.
Me ha puesto como «anónimo» pero soy Nélida – Contadora de Libros.
WordPress ha hecho algunos cambios (esos que ellos dicen «mejoras») y para comentar desde fuera de la plataforma hay que clicar en el dibujo del sobrecito.
Siento los inconvenientes, querida Nélida.
A todos los «anónimos»: Al empezar a escribir en la casilla, os salen más abajo varias opciones. ¿No? Pues haciendo clic en el sobre, aparece lo mismo que había antes, o sea, el correo, el nombre y la web del blog.
Lo has explicado perfectamente. ¡Gracias!
Vaya… Estoy dando instrucciones y he comentado sin rellenar los datos.
Bueno, pero las instrucciones han quedado claras.
Como me gusta ver estos hongos que salen en los troncos estando húmedos cuando caminamos por trochas. Ahora es su tiempo y empezaran a proliferar.
Espero no salir como anónimo como en la entrada anterior 😊
Buena noche.
Un abrazo.
Son un estallido de color y forman escenarios que parecen decorados a posta, ¿verdad? Es lo bueno de los senderos, que tantas veces como se recorren, tantas veces encontramos cambios.
No, esta vez no eres anónima.
Otro abrazo para ti.
Feliz otoño!
Por aquí recién este fin de semana empezó el calor primaveral, que por como venimos últimamente, supongo en pocos días ya será de temperaturas veraniegas
Abrazos
Frodo
Parece que el calor es el amo todopoderoso, lo mismo en el otoño que en la primavera, como si las estaciones de entretiempo no existieran.
Más abrazos.
Maravillosos ❤
¡Muchas gracias!