«La trocha»: Archivo personal
Acarrean las piernas, vigorosas peanas, los cuerpos bamboleantes, con las mochilas formando jorobas palmeadas por la fronda que asiste, prieta y engallada, al desfile de bípedos sudorosos con destino a algún incógnito claro que el laberinto boscoso persiste en descaminar.
Se entremete el Sol, vivaracho, por los intersticios del ramaje que amuralla el trazado y acuden en tropel los insectos a tentar las expuestas pieles humanas pegajosas.
Cerca, susurra el agua. La escuchan y se les embalan, animosas, las malparadas extremidades persiguiendo el sonido.
Se abre, por fin, la trocha en abanico y aflora el anhelado espacio de hierba rala con dos matas de rúcula silvestre erguidas a orillas del río.
Se acomodan los cuerpos, agalbanados, sobre el áspero camastro de gramen. Van cayendo, en revoltijo, chirucas y calcetines.
Bailotean los pies, sumergidos en el agua, y se relamen, ocultas, las hormigas soñando con el festín que aguarda en los macutos.
Como si me describieras el camino de Bailo a la viña de Chilón, aunque yo no me solía bañar allí, lo hacía en la Estanca, hoy en día llamada «Balsa la Estanca».
Con respecto al gramen, era una golosina que arrancaba para dársela a comer a mis yeguas, cuando estaba con ellas.
Supongo que la Estanca de Bailo es esa que está en alto y visible desde la carretera, ¿no? Ahora, no sé, pero, antes, el autobús que iba a Pamplona y a los valles siempre se detenía en Bailo a dejar y recoger viajeros.
Al ganado le gusta el gramen; quienes lo odian son los agricultores, porque avasalla los trigales y no resulta sencillo deshacerse de esa hierba tan resistente. En mi pueblo, todavía se escucha la expresión «ser más viejo que el gramen«, en referencia a la capacidad de supervivencia de esa gramínea.
Gran placer el de liberar los pies y ponerlos a remojo.
Me encanta la foto, con ese círculo que se forma al final.
Y no conocía el gramen, no por su nombre al menos, me ha gustado la información.
Tras una buena caminata con los pies comprimidos, descalzarse y mojarlos es placentero y más cuando han recorrido caminos de suelo irregular.
El gramen es el pasto que se ve en los prados, solo que en cada lugar se le da un nombre diferente y lleva a confusión.
Con gran placer y sin ningún esfuerzo acabo de disfrutar de un estupendo paisaje y de una saludable caminata. Gracias mil.
Salud.
De vez en cuando no está mal darse un buen paseo sin necesidad de mover las piernas ni pasar calor.
Salud y a disfrutar del fin de semana.
Siempre que pones una foto de estas, me quedo con las ganas de decirte que por qué no la pones más grande o de forma que se pueda agrandar, pues es muy bonita y valdría la pena poderla ver mejor. Y hoy no me aguanto las ganas…
Procuro que las imágenes tengan un tamaño comedido, en consonancia con el resto de elementos de la bitácora. Intentaré, en otras, que se puedan expandir.
Aquí puedes ver la foto en grande.
¡Muchas gracias! Que bonito ese túnel vegetal…
Es precioso, sí, y también es cierto que solo en una fotografía de mayor tamaño son apreciables todos los detalles.
La foto en grande o en pequeño es muy bonita y da fiel reflejo de tus palabras. No puede haber nada más placentero que despojarse de botas y calcetines y poner a remojo los pies, que sin duda podían estar gritando «gracias, gracias». Justa recompensa al precioso camino, que de por sí, es toda una recompensa visual incluso emocional, aunque las piernas se resientan. Un abrazo.
Como bien dices, cuando se transita por estos lugares el recorrido es tanto o más fascinante que los lugares en los que desemboca cada ruta y se da por bien merecido el esfuerzo. También es verdad que en las fotografías solo se aprecian bien los detalles cuando las dimensones son apropiadas; sobran, incluso, las palabras.
Cordialidades.
¡Guauuuu! Que foto más preciosa.
El lugar es una maravilla. Forma parte de las rutas entre Sallent de Gállego y Lanuza.
¡Qué gusto! Dan ganas de echarse a andar, con la promesa de ese prado donde tumbarse y esa agua fresca donde remojar los pies.
Pues sí, porque tanto el camino como el destino ofrecen unas perspectivas fantásticas.
Un precioso laberinto boscoso, ese que se intuye en la foto y que tan bien describes. Qué gran placer el adentrarse en él, con ese juego de luces y sombras que proyecta el sol y los árboles que cobijan el camino. Ha sido como estar allí, y siiiii, pude escuchar a lo lejos el sonido del agua y sentir el placer de sumergir los pies en ella.
Gracias por tanto, Una mirada.
Un abrazote.
No hay nada como dejarse vencer por la magia de lo natural que se ofrece sin doblez para que cada cual lo interiorice libremente. Y el sonido del agua, cuando el casancio hace mella, es la música más rconnfortante.
Gracias a ti por tu entrega leyendo.
Más abrazos.
Con el calor que se nos ha metido de pronto, dentro de nada estará aquí todo seco y dispuesto para los incendios.
Por aquí la temporada de llamas ya ha comenzado con un incendio en el que han ardido 50 ha. de cereal y que, no se extendió a más, porque lograron estabilizarlo.
Linda foto de «La Trocha», linda historia que nos avisa que acaba de comenzar el verano por allá (o están a escasos minutos de empezarlo)
Disfrutenlo por mí, que «emponchado hasta las verijas» apenas he podido salir a pasear al perro.
Cordialidades
Hoy ha comenzado el verano, precedido de las habituales tormentas. Te advierto que, a título personal, no me importaría estar emponchado hasta las verijas; me ha encantado la frase.
Más cordialidades.