«Ludivina en el azud»: Archivo personal
Al final del declive que desciende desde la antigua represa en desuso, donde los chopos blancos se inclinan hacia las varas invernales de los cornejos, tintadas de amarillo y verde, se levanta —camuflada entre arbustos desnudos, con su tejadillo agrisado y sus paredes ocres— la Casita de los Patos, convertida, desde hace cinco años, en morada de Moisés y Ludivina, la pareja de cisnes negros de Casa Urraca que se desplazan, entre siseos y ufanos gruñidos, por las frías aguas del azud compartidas en verano, no sin recelo, con las dos o tres bañistas que se sumergen, desnudas y al alba, en el oculto remanso.
La primitiva Casita de los Patos partió de un proyecto escolar dirigido por la señorita Valvanera hará unos treinta años; se construyó en la escuela del Barrio, con madera de conglomerado y tejado de pizarra —como una cabaña a escala— y el montaje final en la que sería su ubicación costó un esfuerzo físico considerable, por las dificultades de acceso, y un tobillo roto a la maestra, que perdió pie al inicio del talud. Durante varios años las tareas de mantenimiento de la Casita fueron llevadas a cabo, voluntariamente, por quienes participaron en su construcción hasta que, a raíz de instalarse Moisés y Ludivina en el azud, la dueña de las aves empezó a ocuparse, también, del pequeño refugio anexo.
Una historia similar la estoy viviendo todos los días. Una pareja de patos, creo que es la misma que la del año pasado y el anterior, ahora que no se utiliza la piscina ni se depura el agua, vienen aproximadamente a las 8,30 horas se lo pasan en grande, bucean se lavan, se ponen a la sombra, con el frío que hace, se hacen arrumacos y sobre la 18 horas vuelven a su «ciudad» dormitorio, y así hasta el día siguiente.
¿Y qué mejor amortización en este tiempo tan desapacible para bañistas humanos que servir de parque acuático para los patos, que tanto parecen valorarla?
¿Y que pasó con los primitivos patos, para los que se construyó con tanto esfuerzo?
Al azud siguen acudiendo patos silvestres y otras aves acuáticas de paso, aunque es dudoso que hagan uso de la Casita porque estos cisnes, sin llegar a ser agresivos, son muy territoriales.
Qué sería de nosotros sin algunas “pequeñeces”, como éstas.
Que de pequeño tiene poco, porque a mi me llena mucho.
Un remanso de paz se vislumbra al leer este relato, tranquilidad como la de los patos en ese lugar tan bonito y especial.
Sin duda, lugares para ir y quedarse, sin noción de tiempos ni prisas.
Gracias, Una mirada…
Abrazo!
Contemplar a los patos -o cualquier otra ave- deslizarse por el agua produce, como bien dices, una sensación apacible, casi rayana en la autohipnosis. Van, vienen, se regodean en un medio donde se sienten cómodos e introducen su pico en el agua con un chapoteo rápido para regresar de nuevo al vaivén tranquilo de la navegación.
Un abrazo
Azud, no la había oído, será cosa que soy de secano juas
😀 😀 Será eso, porque la palabra no está en desuso y en la meseta castellana los hay.
Es una palabra procedente del árabe y, concretamente, del árabe andalusí, por lo que es muy usada entre nosotros. En la carretera antigua desde Granada a la costa, está el Azud de Vélez, un lugar precioso, pero con cortes frecuentes en la carretera por deslizamientos, que ahora ya se han resuelto con la autovía.
Una palabra preciosa, por cierto.
(Me he permitido cambiarte el Anónimo por tu nombre y enlace. No puedo hacer nada más.)
Es que está pasando que no guarda los datos ni aparece la opción de que los guarde. Por eso, si no te fijas y los escribes, sale anónimo y ya nos ha pasado a varios, no solo a mí.
Siento que haya tantos inconvenientes y sólo espero que vaya solventándose el problema poco a poco.
Si el lugar donde están los cisnes es de difícil acceso para las personas, tanto mejor porque no sería la primera vez que tanto a cisnes como a patos y ocas de parques públicos les hacen barbaridades. No sé si es verdad pero me han dicho que los cisnes no tienen muy buen carácter para relacionarse.
Te deseo un buen fin de semana y te mando un abrazo.
Los patos son, desde luego, más tranquilos y menos temerosos que los cisnes en su relación con los seres humanos; eso no implica que todos los cisnes sean agresivos; los hay juguetones e incluso cariñosos.
Buen finde, Pili, y otro abrazo.
Qué hermoso que los cisnes o patos o gansos elijan un lugar que tu has preparado como su hábitat… lástima que no tengo ni un lago, ni una laguna, ni un charco…
Bonita historia pequeña
Abrazo!
…siempre puedes construir e instalar en un árbol una casita-nido para pajarillos.
Saludos.
Necesitamos de más pequeñeces como esta, que demuestren que los seres humanos podemos convivir con los animales siempre que haya un mínimo de cariño y respeto hacia ellos. Tampoco piden tanto.
Y fíjate que la actitud respetuosa hacia la Naturaleza y los seres no racionales que la pueblan genera en los seres humanos una sensación de confortabilidad.