«Sindo»: Archivo personal
Al atardecer, cuando los farolillos solares de los maceteros del jardín devuelven discretamente la claridad absorbida, abandona Sindo, el zapo[1], el fortín de la leñera. Se desplaza con falsa indolencia, con pasos cortos; de vez en cuando se detiene y gorgotea balanceando sus flancos, con los ojuelos anaranjados convertidos en dos líneas oblicuas y la boca ligeramente abierta. Luego, salta con estrafalaria torpeza hacia los rododendros donde el fluir acuoso de la manguera atrae a las babosas que se apelotonan, ajenas a su depredador, en la superficial capa de limo.
Apostado —estático y silencioso— en la encina tricentenaria de la parcela vecina, observa Nicolás, el búho. Llega, como cada noche, al territorio de caza que comparte con Sindo, desde la falsa[2] de Casa Berches, donde lleva viviendo más de un cuarto de siglo.
Cuando retorna Sindo a la leñera, henchido y satisfecho, aún se adivina la silueta de Nicolás oteando la noche —y a sus incautos pequeños transeúntes insomnes— desde la encina.
NOTAS
[1] En aragonés, sapo.
[2] Id, buhardilla.
Bendito Sindo, que quita de en medio a la babosas… No he visto un bicho más repugnante.
Es un animal tan beneficioso que su aspecto aparentemente poco atractivo es secundario.
… y es un eficaz heraldo de las lluvias…
Salud!
Son muy sensibles a la humedad y a la temperatura de los lugares donde moran, sí. Cuando escogen una zona como hábitat, sin duda se trata de un territorio que consideran saludable.
El búho sabe que no es comestible el zapo, si fuera rano, se iba a enterar.
Habiendo abundantes presas apetecibles y sabrosas es poco probable que quiera catar a Sindo.
Buen ejemplar… No está para presentarlo a un concurso de bellezas animales pero igual o peor pinta tienen las iguanas y algunos las tienen como mascotas.
Salud, gaté.
En asuntos de hermosuras y fealdades nunca podemos dar nada por supuesto. Una de las habituales del jardín donde mora Sindo asegura que «tiene unos ojos arrebatadores«.
Salud.
En Broto había un zapo que aparecía por las mañanas en mi parcela, yo lo cogía y lo llevaba a la parcela de abajo que estaba virgen y no habían empezado a construir, era enorme y muy grueso, un día dejó de venir y ya no lo volvía a ver más.
Son animales de ubicaciones fijas, tanto en cuanto a escondrijos como a los lugares donde se aparean, así que igual tenía su «casa» en tu parcela o la utilizaba como zona de tránsito para ir a pelar la pava o alimentarse.