En Hungría -país que asumió, en enero de este año, la presidencia del Consejo Europeo- el partido ultraderechista Jobbik, bendecido, merced a los votos ciudadanos, con 47 escaños en el Parlamento magiar, no sólo continúa con alevosa impunidad su campaña de terror contra la minoría romaní sino que no duda en ratificar públicamente sus fuentes ideológicas. El pasado 20 de abril, el canal televisivo CN1 de los filonazis húngaros emitió a través de internet un vídeo de corta duración que conmemoraba el 122º aniversario del nacimiento del siniestro Adolf Hitler y donde se honraba al impulsor del Partido Nazi alemán como “gran estadista que logró alcanzar un gran desarrollo económico y moral de Alemania” y acabó siendo “víctima de una caza de brujas organizada por anglosajones y bolcheviques”.
Gábor Vona, líder del partido Jobbik e inspirador del “Boldog születésnapot, mein Führer![1]”, ya demostró suficientemente su ruindad cuando, en la primavera de 2010, juró su cargo de diputado electo vestido con el uniforme de la organización paramilitar Magyar Gárda, heredera de los facinerosos que durante la II Guerra Mundial colaboraron con la Alemania nazi en la detención y asesinato de miles de judíos y gitanos de nacionalidad húngara.
Cuentan los ancianos patriarcas que, un día, las carretas trashumantes dejaron de rodar por los viejos caminos europeos y enmudecieron las voces que seguían el compás chirriante de los ejes mientras saltaban las ruedas, en repetitivo juego, sobre las piedras talladas a golpes de huída.
Recitan los arrugados sabios nombres impronunciables, retales desiguales de vidas sajadas, recuerdos aprendidos de otras voces que, a su vez, escucharon la desdichada retahíla cuando la memoria todavía no se había distanciado del pasado.
Una vez que el silencio recoge el testigo y entrecierran los ojos los patriarcas, el auditorio, como un único ser humano, se yergue y, una a una, resuenan -en una cascada de dejes plurilingües- las filiaciones de los hombres, mujeres, niñas y niños de etnia romá víctimas del genocidio nazi, con una leve pausa entre uno y otro nombre, en mudo homenaje a aquellos que, amén de la vida, fueron desposeídos también de su identidad.
Dicebamus hesterna die…
NOTA
[1]»¡Feliz cumpleaños, mi Fuhrer!»
Dicen que la historia se repite.
Leer u oír hablar sobre el crecimiento de estos desfasados, por llamarlos de algún modo, me da pánico. También me da pánico ver que poseen 47 escaños y pienso que, muy mal lo han de haber hecho los otros, para haber decantado al votante hasta ese punto, no?
Abrazos
Al parecer, Trini, el discurso nacionalista-patriotero y exclusivista ha hecho mella en una parte de la sociedad -y no sólo en Hungría- que prefiere atribuir la recesión económica a los receptores habituales de la ira -minorías étnicas/religiosas, minorías extranjeras…-.
Afectos.
«Quien no recuerda su historia está condenado a repetirla»
repugnante e insufrible
Para ti un abrazo, soleado hoy
…y peligroso, Almena. Sobre todo, peligroso.
Otro abrazo. Con toques de lluvia.
Estos inmorales se definen a sí mismos como un partido radical, conservador, cristiano y patriota. ¡Se me revuelven las tripas! Principalmente conociendo el resultado de las actividades de su antecesor en alemania… Y lo más grave es que tienen representación parlamentaria con lo que eso significa.
Me pregunto si en el siglo XXI aún caben en el mundo este tipo de ideologías ¿Por qué se permiten? ¿Quizá en nombre de la libertad?
Un abrazo
Caben, Luz, ya ves. Y caben porque sigue habiendo personal que se adhiere a esas consignas que denigran la condición humana porque establecen diferenciaciones que son primas hermanas de las que terminan masacrando a quienes incumplen las «normas» de la supremacía ideada por estos psicópatas patrioteros.
Besazos.
Ultimamente escribes mucho en tu blog. En cambio, yo lo tengo muy descuidado y encima llevo dos, cuando llego a la conclusión de que con uno tengo bastante (me daba pena borrar el otro).
Me pregunto qué fea costumbre es esa de recurrir al nazismo cuando los partidos políticos demuestran su incapacidad de gobierno. Podría decirse que prefieren una dictadura sincera, a una democracia obsoleta.
El problema de llevar un blog -y ya no digo dos- es siempre el mismo: el tiempo. Y me temo que nos afecta a todos y todas.
Saludos cordialísimos, Tío Antonio.