«The Wall»: Marcelo Pferscher
Mrs. Obama ha decidido reposar sus morenas carnes en el cortijo europeo y la parroquia ha sacado del arcón la boina y el botijo para el remake de Bienvenido Mister Marshall, con atrezzo de casposidad y truhanes de última generación avizorando el negocio. Una pancarta -quitada, dicen, con la misma precipitación con que se colocó- parecía ser la penúltima guinda del pastel de naftalina. Welcome Obama Family. Thank you for choosing Marbella.
Que la Primera Dama del Universo haya decidido acomodar su persona, su hija, su séquito y sus avíos en complejo hotelero coquetón y no en palacete marmóreo con bosquecillo exótico anexo, impedirá la esperpéntica visión de una hilera desmesurada de lugareños aspirantes a técnico en rasurado de césped, coiffeur de perro pachón estresado o tañedor de cuerdas de persiana, oficios que puso de moda la dadivosa morería de saya, yate y helipuerto, devenida en franquicia estival del INEM, para un mejor pasar de afligidos parados y avispados buscadores de oportunidades.
Y, ahora toca llenar y rellenar informativos y espacios televisivos y nada, todos a visitar Marbella. por si tropiezan con las Obamas.
Si han dicho en el informativo que se ha creado, a toda prisa, una ruta turistica para que los ciudadanos recorran las mismas calles que ellas y visiten las mismas tiendas y respiren el mismo aire…
En fin, que con algo hay que entretener al personal, así piense poco, o menos en las cuestas diarias.
Abrazos
Digamos que aun cuando el pan termine siendo un artículo de lujo, no faltará circo para silenciar los sonidos estomacales.
Otro abrazo para ti.
La verdad es que no cambiaría mis vacaciones por las de esta gente ¡Qué estrés! Rodeada de medidas de seguridad hasta el punto de no poder apreciar el entorno más próximo y observado y comentado hasta el sabor del helado que se toma…
Y que esto interese de esa manera a la gente… (¡¿?!)
Besos
…es que donde estén la tranquilidad y la privacidad…
Rebienvenida a las deliciosas rutinas de lo cotidiano, Luz.